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Deserciones y denuncias en Madrina, la ONG arropada por los políticos de Vox
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DESDE 2017, SIN PRESENTAR CUENTAS

Deserciones y denuncias en Madrina, la ONG arropada por los políticos de Vox

Varios excolaboradores han elevado quejas y denuncias a las autoridades contra la fundación alabada por Vox que provocó una crisis con Almeida tras la aprobación de los presupuestos de Madrid

Foto: Conrado Giménez, presidente y director de la Fundación Madrina, en las 'colas del hambre' hace un año. (EFE/Zipi)
Conrado Giménez, presidente y director de la Fundación Madrina, en las 'colas del hambre' hace un año. (EFE/Zipi)
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Fue una de las caras visibles contra las colas del hambre durante la pandemia, repobló la España vacía de gente sin recursos y se alzó altavoz de la situación en la Cañada Real durante el temporal de Filomena. El estallido de la guerra en Ucrania ha sido su última misión: al poco de iniciarse el conflicto, Conrado Giménez Agrela, presidente de la Fundación Madrina, se presentó con varios autobuses al rescate de refugiados, dando cuenta, como acostumbra, de cada uno de sus pasos en prensa y redes sociales.

Sin embargo, detrás de la cara afable que exhibe ante cámaras, pidiendo más acción institucional, más recursos y más subvenciones para los desfavorecidos, hay una versión distinta: la que ofrecen un nutrido grupo de exvoluntarios y extrabajadores que han colaborado con la fundación y que han acabado elevando quejas que han motivado inspecciones y un requerimiento de la Guardia Civil.

“Varios amigos decidimos ir a Ucrania cuando empezó la guerra. Conseguimos seis furgonetas y cuatro autobuses y creamos una marca —On board to hope— con la que recaudamos 100.000 euros en donaciones, pero necesitábamos a alguna asociación que nos ayudase con la atención a los refugiados, así que llamamos a Conrado porque conocíamos ya la Fundación Madrina”, cuenta un excolaborador de esta fundación, que se formó hace 20 años para dar apoyo psicosocial, médico y legal a madres solas y disuadirlas de abortar.

"A la hora de hacer cosas, todo eran pegas. Quería solo salir en prensa, y si salía otro, se mosqueaba"

Antes incluso de llegar a la frontera con Polonia, de cara a la prensa Madrina ya era la única organizadora. “Le dimos la mitad del dinero recaudado y desde el minuto uno quiso capitalizarlo todo, pero a la hora de hacer cosas todo eran pegas… Solo quería salir en prensa, y si salía otro, se mosqueaba”, añade.

Su 'convoy humanitario' trajo a varias familias y a 87 menores de un orfanato, el 85% con discapacidad mental y unos 30 con alta discapacidad, que necesitaban alojamiento y atención urgente. Tras pasar por la base militar de Torrejón de Ardoz y un hotel, los niños fueron a parar 'in extremis' al colegio La Inmaculada de Armenteros, en Salamanca, donde se cedió un espacio para su atención.

Allí han estado los menores bajo la gestión de la Fundación Madrina desde el 1 de abril y hasta hace unos días, cuando la Junta de Castilla y León les quitó la gestión tras las inspecciones de los Servicios Sociales y la Fiscalía de Menores, alertados por una denuncia de sus propios voluntarios, abrumados por la situación. Según explican desde la Junta, desde el pasado 12 de julio la gestión recae sobre la organización ACCEM, que tiene la competencia de acogida en la crisis de refugiados ucranianos en la comunidad.

En la denuncia de los cinco voluntarios presentada ante la Junta de Castilla y León y el Protectorado de Fundaciones del Estado, a la que ha tenido acceso este diario, se relatan lo que consideran varias deficiencias sobre la atención a los menores, así como la "opacidad en la gestión de las donaciones recibidas" y una "actuación negligente con el destino y finalidad de las mismas".

Según explican, al llegar allí acordaron realizar una serie de reformas con la Junta para acondicionar el espacio para su atención, ya que además uno de los menores usa silla de ruedas. "Conrado Giménez se comprometió a hacer un baño para él, pero a día de hoy sigue haciendo sus necesidades fisiológicas en un cubo y no cuenta con ducha ni lavabo adaptado", dice el escrito presentado a finales de junio.

Cristales rotos, humedades, falta de seguridad para que no se escapen del centro o mejoras en la instalación eléctrica son algunas de las deficiencias de las que alertaron al gobierno de la comunidad. "El presidente de la fundación afirmó que se haría cargo, pero hoy en día sigue todo exactamente igual", afirman. Una situación, dicen, que contrasta con un "viaje a Madrid a un hotel de lujo", y otros dos de cuatro días a Santander, donde acudieron el presidente y la directora del orfanato junto a un grupo reducido de menores, "los más fáciles".

placeholder El presidente de la Fundación Madrina, Conrado Giménez, durante un acto en la provincia de Cuenca. (EFE)
El presidente de la Fundación Madrina, Conrado Giménez, durante un acto en la provincia de Cuenca. (EFE)

Tampoco contrató —aseguran— traductores ni personal especializado para atenderles, ya que de los 17 profesores ucranianos que vinieron con ellos, solo cuatro seguían en el centro a finales del mes pasado. "Se trajo de la fundación a dos hermanas monjas trinitarias, que durante casi dos meses y medio han trabajado de lunes a domingo sin escuchar su necesidad de descanso". Ni siquiera para el comedor vieron contratar personal: "Son los niños los que se encargan de recoger, barrer y limpiar las mesas". También eran los que limpiaban sus cuartos, donde se les encerraba con llave: "Todas las habitaciones y los baños están nauseabundos, con un olor insoportable y una suciedad más que palpable", apuntan.

“Fue todo un poco precipitado, a mí me llamó el padre Ángel y ya estaban de camino porque les estaban echando del hotel en el que estaban”, explica al teléfono el padre Blas, director del colegio La Inmaculada, que les cedió el espacio. "Se iban a encargar de acogerles, ayudarles, atenderlos… pero no tenían los medios suficientes porque se basan en voluntarios. Es un tema delicado, porque cuántas ayudas ha recibido solo lo sabe él [Conrado Giménez]. Obras ha hecho alguna y quedaban otras por hacer, pero él no ha sido tampoco muy claro... Al principio había limpieza porque una empresa se ofreció a hacerlo gratis un mes, pero luego han estado desprovistos. Y ya cuando vinieron Servicios Sociales y Fiscalía de Menores se dieron cuenta de que había varias deficiencias”.

Personalidades e instituciones de todo tipo han apoyado a la Fundación Madrina

Para conseguir donativos, Fundación Madrina se ha valido de la imagen de todo tipo de personalidades y organizaciones. Carmen Lomana, Tamara Falcó, María Patiño, la embajada de Tailandia o el Atlético de Madrid han aparecido en su instagram apoyando la organización. Incluso Iker Jiménez le ha dado espacio en su programa 'Horizonte'.

Sin embargo, los voluntarios se cuestionan ahora el destino de las donaciones —algunas de miles de euros—, que se han implicado personalmente en recaudar: "Todo el dinero que se ha gastado en los niños y cualquier necesidad del orfanato (menos el pago dos veces del tanque de gasóleo y algunas medicinas), se ha sufragado siempre por voluntarios o por empresas donantes, nunca por la Fundación Madrina".

Esta misma semana, la fundación ha recibido un requerimiento de la Guardia Civil vinculado a una denuncia por presunta malversación de fondos.

Además, no todas las donaciones que conseguían los voluntarios valían a Giménez: "Conseguimos donaciones alimentarias que iban a servir quincenalmente, de frutas y verduras, D.Conrado Giménez no respondió a ninguna de las llamadas ni mensajes que le hizo esta empresa donante", apuntan en el escrito. Para otra donación conseguida por una voluntaria de una fábrica de embutidos y carne ibérica contestó que "como en el colegio no hay donde almacenar, que se enviase a Madrid", algo a lo que no accedieron.

placeholder Colas ante el banco de alimentos de la fundación hace unos meses. (EFE/Diego Fernández)
Colas ante el banco de alimentos de la fundación hace unos meses. (EFE/Diego Fernández)

La denuncia de los voluntarios está acompañada de otro escrito de la organización Milagros del Corazón, que son incluso más críticos con la gestión de la Fundación Madrina. Esta asociación, subsidiaria de Angels Faces y con sede en Latinoamérica, es la que tenía un programa de acogida con el orfanato ucraniano hasta la guerra y los que planificaron su evacuación conjuntamente con la española Coprodeli. "Teníamos todo listo y aprobado para ir a Pastrana (Guadalajara), pero llegó Fundación Madrina y dijo que nos ponía autobuses gratis, lo cual nos ayudaba mucho porque estábamos invirtiendo ya mucho dinero. Eso fue lo único que aceptamos", explica a este diario Cristina Gutiérrez, presidenta de la organización que lleva una década trabajando en Ucrania.

A partir de ese momento relata vivir una auténtica "pesadilla": "Al llegar a Lviv nos acusó de mentir y engañarlo porque había un niño en sillas de ruedas y a partir de allí no han parado los problemas. El Sr. Conrado no quería transportarlo y estaba muy enojado porque en el grupo había niños con necesidades especiales [...]. Hemos padecido todo tipo de humillaciones, descalificación, gritos y malos tratos de su parte. En ningún momento se lo autorizó a hacerse cargo del grupo o a tomar decisiones", recogen en su escrito a la Junta.

"Los niños se vieron obligados a esperar horas mientras él hablaba con la prensa"

El viaje a España se prolongó más de la cuenta, ya que Giménez pasó "muchísimo tiempo promoviendo y publicitando lo que él llamo 'su rescate'. Los niños se vieron obligados a esperar horas mientras él hablaba con la prensa, la falta total de preocupación por los niños y los adultos acompañantes demuestra que para él este proyecto solo representa una fuente extra de ingresos y que a él no le importan en absoluto los niños ni su situación", añaden.

Aunque Milagros del Corazón tenía ya un lugar para ellos, un convento en Pastrana, el presidente de la Fundación Madrina les dijo camino a Madrid que "Castilla La Mancha no autorizaba llevarlos allí porque no estaba en condiciones". Acabaron en un cuartel en Torrejón de Ardoz durmiendo en catres y usando letrinas, luego en un hotel y, finalmente, por mediación de una voluntaria, consiguieron sitio en Armenteros. "Sin su intervención [la de Giménez], habríamos llegado a Pastrana y ya está. Se metió y él era el superhéroe, dando conferencias de prensa, contando en todos los sitios el pánico que había pasado entrando en Lviv...".

Tampoco esta organización sabe a dónde fue a parar el dinero que le cedieron. Aunque Madrina les pidió 60.000 euros para sufragar los gastos, aceptaron darle la mitad: 5.000 euros mensuales durante seis meses. Solo llegaron a hacer un pago, en abril. "Por alguien que estaba allí supimos que el dinero no había llegado al padre Blas y que no se había empleado en servicios ni comida, así que lo suspendimos", dice Gutierrez, quien lamenta que con la expulsión de la fundación de Armenteros, también ellos han perdido el acceso al centro y el contacto con los menores, que conocen desde hace años por su programa de acogida.

Según Fundación Madrina, fueron el resto de ONG las que se desentendieron de los menores, y ellos lo asumieron "por petición de la directora del orfanato" ya en la vuelta de Ucrania. Además, acusan a la Junta de Castilla y León de quedarse con la tutela de los menores de manera ilegal por intereses económicos, y de hacer la inspección justamente un día que era festivo en Ucrania, por lo que no había clase. En cuanto a las donaciones, aseguran haber recibido cerca de 20.000 euros que se han empleado en su totalidad en la atención de los menores, como medicinas o gasoil para la caldera.

Afirman que el origen de estas denuncias es el descontento de una de las voluntarias, que se negó a ingresar a uno de los menores en un centro psiquiátrico, y que también está detrás del requerimiento de la Guardia Civil. También que la fundación ha contado siempre con una decena de personas contratadas en Armenteros y que tanto su atención sanitaria como educativa ha estado garantizada. En cuanto a las quejas de Milagros del Corazón, aseguran que surgen después de que la organización quisiera dar a uno de los menores en adopción a una familia de Chile. "No tiene ningún sentido, nosotros estamos en otro país y no tenemos permisos para tramitar algo así", se defiende Gutiérrez.

Sin presentar cuentas desde 2017

A pesar de constituirse hace dos décadas, ha sido en los últimos años cuando su presencia en los medios de comunicación ha empezado a intensificarse, incluido este periódico, de manera inversamente proporcional a su transparencia: desde 2017 no hay rastro de su contabilidad, según una consulta al Registro de Fundaciones a la que ha tenido acceso por este diario.

Todas las fundaciones están obligadas a presentar sus cuentas anuales, aunque no hacerlo no conlleva ninguna sanción administrativa (artículo 25 Ley 50/2002, de 26 de diciembre). “Al mismo tiempo, una de las obligaciones para que una fundación esté acogida a la legislación de mecenazgo (Ley 49/2002) y las donaciones desgraven al donante, es que esas cuentas se presenten en plazo y forma ante el protectorado”, aclara Isabel Peñalosa, directora de Relaciones Institucionales y Asesoría Jurídica de la Asociación Española de Fundaciones.

Todas las fundaciones están obligadas a presentar sus cuentas anuales, aunque no hacerlo no conlleva ninguna sanción

Además, si en un año cualquier fundación suma más de 600.000 euros en subvenciones, sus cuentas están obligadas a auditarse. En el caso de Madrina, en 2021 ingresó 682.177 entre el ayuntamiento de la capital y la comunidad. Del total, 482.177 euros correponden a la Comunidad de Madrid a través del 0,7% de la declaración de la renta para fines sociales, según la información del portal de Transparencia, y otros 22.675 dentro del programa Red Madre. La cifra se ha multiplicado si se compara con los cerca de 20.000 que recibió en 2019 por parte del Gobierno regional y los 17.000 de 2018 y 2017.

La Fundación Madrina se constituyó en el año 2000, y en 2001 fue declarada de interés general. La premisa de su constitución es que el “95% de los casos de las jóvenes y adolescentes en España, en situación de riesgo y dificultad psico-social, quedan desatendidos por falta de recursos”. No obsante, al buscar el dato, la única referencia que existe es la propia fundación, que no especifica la fuente.

La trayectoria de Conrado Giménez, difundida por él mismo a los periodistas en forma de relato, no tenía nada que ver con el mundo de las ONGs. Experto en biología molecular, trabajaba en el Gabinete de la Presidencia del Grupo Santander-Banesto hasta que un día, a la salida de un consejo, tuvo un accidente de coche. “Solo tuve unos segundos de consciencia para pedir un sacerdote que no llegó y pedirle perdón a Dios por mi vida, llena de soberbia y excesos”.

Le pidió al altísimo una segunda oportunidad y al poco tiempo cambió los balances y las juntas por la caridad. “Hablaba con mendigos por la calle, me hice voluntario de la madre Teresa de Calcuta para cuidar enfermos de sida”, relata. Un hombre que se describe en sus memorias como alguien que tenía un sastre personal que no podía permitirse ni el rey, asegura que colgó definitivamente las corbatas a la vuelta de un viaje en Perú donde ver a menores pasar hambre le impulsó a crear una organización que ayudase a madres y niños vulnerables.

"Nos hacían decir que se daba alimentos a 4.000 personas diarias, cuando eran 200 durante la pandemia y luego 100", afirma una trabajadora

Una trabajadora que atendía a usuarios en la fundación hasta hace unos meses confirma que el mensaje que se lanzaba hacia fuera no coincidía con lo que ellos veían en su día a día, afirmación que coincide con la de otros extrabajadores y voluntarios: “Nos hacían decir que se daba alimentos a 4.000 personas diarias, cuando eran 200 durante la pandemia y luego 100".

“Siempre dicen que reciben muchas llamadas al minuto e intentan coger todas las posibles. Otra gran mentira, he estado en el Call Center y cogían 4 en una hora (como mucho)”, apunta la reseña de otro voluntario bajo el nombre de Francisco Gutiérrez en Google hace un año. “Los reporteros necesitan entrevistar a usuarias y los trabajadores de la fundación quieren que en la televisión se vea una cola larguísima, por lo que deciden convocar a las personas a las OCHO DE LA MAÑANA, para estar esperando MÁS DE CUATRO HORAS”.

placeholder Reseña en Google.
Reseña en Google.

El principal objetivo de estas ayudas es el acompañamiento a las madres solteras. Algo que contrasta con una queja presentada por otra trabajadora el pasado mes de octubre ante la Consejería de Familia y Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid a la que ha tenido acceso este diario. Según el escrito, las usuarias de los pisos de acogida que tiene la organización para ellas y sus bebés “se eternizan en los centros de acogida”.

“El programa presentado para su autorización no se cumple, no se trabaja su inserción laboral, ni su formación, esto dificulta que puedan realizar una vida autónoma”, explica la queja. "Tiene plazas concertadas con la Comunidad de Madrid y no quiere que las madres se liberen para seguir cobrando la subvención", explica otra extrabajadora que prefiere permanecer en el anonimato.

Además, según el escrito y varios testimonios, la comida que se les facilita está a menudo caducada y son las trabajadoras sociales y las voluntarias las que en ocasiones tienen que comprarles la comida de su bolsillo. Tampoco se les proporciona tarjeta de transporte a las madres para que vayan a entrevistas o a cursos y se las manda a limpiar la sede. “Habitualmente se reciben inspecciones por parte de la Comunidad de Madrid, pero los técnicos suelen llamar antes de pasarse, con lo que tienen margen suficiente de tiempo para reaccionar”, alerta el escrito mandado la consejería.

Fundación Madrina apunta a una exempleada con la que tiene abierto un juicio penal como origen de las críticas, también como responsable de que no se presentasen cuentas desde 2017 y de la desaparición de documentación. Respecto a las condiciones de los pisos de acogida, aseguran haber pasado de manera satisfactoria todas las inspecciones. "Yo ayer mismo comí en los pisos de acogida y había carne, tuve que decir que no pusieran tanta, pero a las madres les gusta", asegura Conrado Giménez sobre la calidad de la comida. "Si se les obliga a ir a la sede es porque algunas son muy perezosas y tienen que buscar trabajo", añade.

Apoyo institucional

Como publicó el diario 'El País' en 2011, esta Fundación se dedicaba por aquel entonces a captar mujeres a las puertas de las clínicas antiaborto para convencerlas de no abortar con la promesa de proporcionarles ayuda. Sin embargo, con la pandemia amplió su objetivo y ya no se dedicaba en exclusiva a madres solteras, si no a cualquier persona necesitada. Luego vino la Cañada y, por último, los refugiados de la guerra de Ucrania. “Va a lo que vende en cada momento”, dice una de las extrabajadoras, que estuvo varios años en la fundación.

placeholder Ayuso, en un acto de la Fundación Madrina. Conrado, al fondo a la izquierda. (Web de la CAM)
Ayuso, en un acto de la Fundación Madrina. Conrado, al fondo a la izquierda. (Web de la CAM)

Pero cuando más saltó a los titulares fue cuando el Ayuntamiento de Madrid le retiró las subvenciones que recibía como parte del pacto de los presupuestos en enero de este año tras ponerlo como condición el grupo Recupera Madrid para sacarlos adelante. En lugar de dicha subvención discrecional, el ayuntamiento lanzó una línea específica dotada con 162.000 euros dirigida a proyectos que ofrezcan información, asesoramiento y atención individualizada a adolescentes y jóvenes sobre su embarazo “para que pudiera optar a ella cualquier entidad e institución”. Ahora mismo ya no recibe ninguna ayuda por parte del consistorio.

Solo Vox apoyó a la fundación después de que se le retirase esta ayuda directa. “Si por nosotros fuera, triplicaríamos las ayudas a Fundación Madrina porque ese medio millón que ha dado (Almeida) a los lobbies para la organización del chiringuito del Día del Orgullo, que se embolsan cuatro empresarios del lobby gay, lo preferimos convertir en leche, pañales y casas de acogida para las madres que no quieren abortar”, afirmó Ortega Smith, portavoz de Vox en la sede de la fundación cuando les retiraron esta licitación. También Santiago Abascal pidió su amparo ante la presidenta. Por su parte, Rocío Monasterio ha colaborado activamente con recogidas de comida, subastas y coloquios, subiendo a sus redes sociales fotos y muestras de apoyo en varias ocasiones.

El gobierno de Isabel Díaz Ayuso recogió el guante y a partir de ese momento multiplicó la ayuda a la fundación de Giménez. La presidenta sí ha salido en prensa en algún momento apoyando a Madrina, y hasta el entonces consejero de sanidad, Ruiz Escudero, agradeció a la fundación en un acto en mayo del año pasado “estar haciendo un mejor lugar para vivir”. Desde la Comunidad de Madrid señalan que se trata de una entidad privada, y que las ayudas de este año se otorgan en relación a unos requisitos que la entidad, sobre la que tendrá que dar cuenta en 2023, salvo los de Red Madre, que ya han sido justificados. Sobre las quejas presentadas en octubre en relación a los pisos tutelados, afirman que en todos los casos se hacen las comprobaciones pertinentes para verificar que los contratos públicos se ejecutan cumpliendo los pliegos.

"No dudo que la fundación haga una gran labor, porque la hace —asegura una de las extrabajadoras—, pero por los voluntarios que se dejan la piel. Y luego hay quien vive de ello. Esas madres se merecen algo mejor".

Fue una de las caras visibles contra las colas del hambre durante la pandemia, repobló la España vacía de gente sin recursos y se alzó altavoz de la situación en la Cañada Real durante el temporal de Filomena. El estallido de la guerra en Ucrania ha sido su última misión: al poco de iniciarse el conflicto, Conrado Giménez Agrela, presidente de la Fundación Madrina, se presentó con varios autobuses al rescate de refugiados, dando cuenta, como acostumbra, de cada uno de sus pasos en prensa y redes sociales.

Social Isabel Díaz Ayuso Asociación Española de Fundaciones (AEF) Ayuntamiento de Madrid
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