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Yolanda Díaz apuntala su retaguardia política para la construcción de la plataforma Sumar
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NUEVO PROYECTO POLÍTICO

Yolanda Díaz apuntala su retaguardia política para la construcción de la plataforma Sumar

A las puertas del lanzamiento del denominado 'proceso de escucha', la vicepresidenta está acabando de perfilar su equipo con la finalidad de ampliarlo y equilibrar su paridad de género

Foto: Diana Morant, Yolanda Díaz, Irene Montero e Ione Belarra, durante un acto institucional. (EFE/Fernando Alvarado)
Diana Morant, Yolanda Díaz, Irene Montero e Ione Belarra, durante un acto institucional. (EFE/Fernando Alvarado)
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La vicepresidenta segunda Yolanda Díaz cuenta con dos gabinetes para sus tareas institucionales y políticas. Uno más técnico, centrado en su trabajo al frente del Ministerio de Trabajo, y otro más enfocado en desarrollar su plataforma, cuya puesta de largo se producirá el próximo viernes en Madrid. Sus colaboradores más allegados, como su jefe de gabinete, Josep Vendrell, o los responsables de comunicación y discurso, suelen combinar ambas tareas, saltando del equipo ministerial al de los 'consejeros' políticos y viceversa. A las puertas del lanzamiento del denominado 'proceso de escucha', que se extenderá hasta final de año, Díaz está acabando de perfilar su equipo político con la finalidad de ampliarlo y equilibrar su paridad de género, según explican desde su entorno.

La última incorporación ha sido la de Xavier Domènech, quien fuera el portavoz de la confluencia catalana de Unidas Podemos en el Congreso y líder de Catalunya en Comú hasta que dejó todos sus cargos en septiembre de 2018. El papel que se le ha encomendado no será tanto el de ideólogo, para definir los parámetros programáticos del "nuevo proyecto de país", sino el de "consejero político" de Díaz. Quienes conocen a la vicepresidenta segunda saben que tiene una serie de referentes que en su mayoría no forman parte de Podemos ni de Izquierda Unida. Uno de los principales es Domènech. "Es una persona muy relevante para Díaz", comenta otra miembro de su equipo, reconociendo que el historiador catalán está llamado a jugar un papel clave entre bambalinas para el lanzamiento de la candidatura de Díaz.

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Otro de los referentes políticos de Díaz y que esta ha intentado atraer a su equipo es Pablo Bustinduy. Sin embargo, el que fuera diputado y secretario de Internacional de Podemos, renunció a incorporarse a su proyecto alegando motivos profesionales y personales. Una renuncia que no le impedirá colaborar de forma informal o ayudar desde la distancia. A esta nómina de contactos esporádicos se pretende incorporar a perfiles profesionales e independientes, referentes a nivel sectorial, que se acerquen al proyecto durante el 'proceso de escucha'. Se parte de la premisa de que en los sectores de la sociedad que llevan tiempo planteando propuestas desde sus ámbitos profesionales correspondientes hay más energía que dentro de las organizaciones políticas. Al igual que en el mundo sindical o académico. De ahí que se busquen sinergias, no solo con una capacidad movilizadora, sino propositiva.

Entre los puntales que ya trabajan codo con codo con Díaz en su proyecto político, además del mencionado Vendrell, destacan figuras que vienen rodeando desde años a la gallega, como el diputado Antón Gómez Reino; el histórico dirigente de IU, Ramón Luque; su directora de comunicación, Virginia Uzal; su encargada de agenda Estela Pazos o su asesor de discurso Fran Lorenzo. En la definición de este y la estrategia trabaja también Rodrigo Amírola, quien fue jefe de Gabinete de la presidenta del grupo parlamentario y coordinadora de los comunes, Jéssica Albiach.

Una de las tareas que Amírola ya desarrolló bajo la batuta de Íñigo Errejón durante la primera etapa de Podemos como miembro del área de discurso y argumentario en la secretaría de Política, con el que entonces era el número dos de la formación morada. Las referencias a la transversalidad son inevitables, junto a otros rasgos aglutinantes de aquel primer Podemos. En la carrera política de Díaz, uno de los más veteranos que la acompaña es Ramón Luque. De la total confianza de Díaz desde que viene colaborando con ella campaña tras campaña, ya durante su etapa política en Galicia, trabaja en la sala de máquinas del proyecto de la vicepresidenta segunda desde Barcelona.

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Completan el equipo asesores provenientes del mundo de las Mareas, como Xaime Subiela; la asesora jurídica Elena Cardezo; la responsable de redes sociales Mariña Sánchez y, en un lugar destacado, el asesor económico Manuel Lago. Este último, economista de formación, fue miembro del Gabinete Confederal de CCOO desde 2013 —antes ya coordinó el Gabinete económico del sindicato en Galicia— y portavoz de En Marea en el Parlamento gallego.

En la cuarta planta del Ministerio de Trabajo, a la cabeza del equipo de Díaz, se encuentra Joaquín Pérez Rey. El secretario de Estado, con un perfil académico y sindical, es una pieza angular del equipo más técnico. Mandatado para negociar en el diálogo social, seña de identidad del ministerio, acumula cientos de horas en la mesa de negociación junto a patronal y sindicatos.

La dirección general de Trabajo la ocupa Verónica Martínez, la de Trabajo Autónomo Maravillas Espín y la de Inspección de Trabajo, Carmen Collado, quien sustituyó a Héctor Illueca. Este último fue nombrado vicepresidente segundo del Gobierno de la Generalitat Valenciana y es una de las manos derechas de Díaz para desarrollar su proyecto en esta comunidad. En las labores de coordinación jurídica se encuentra Amparo Ballester, catedrática de Derecho del Trabajo y con un perfil eminentemente técnico, que desde entonces desarrolla las labores de directora de Coordinación Jurídica. El equipo de la vicepresidenta segunda lo completan los asesores Héctor Morán, especialista en modelos productivos, María Xosé López, experta en información económica, y Ricardo Morón, especialista en derecho del trabajo.

Un programa por definir

El arranque oficial del proyecto político de Díaz se producirá este viernes día 8, aunque la metodología, los grupos de trabajo o las aspiraciones de lo que denominan un "nuevo proyecto de país" son cuestiones que llevaban tiempo perfiladas. Según la hoja ruta trazada, en una primera fase se pretende recoger las aportaciones de colectivos y profesionales de diferente índole, donde el protagonismo no será de los partidos, sino de los sectores de la sociedad que llevan tiempo planteando propuestas desde sus ámbitos correspondientes. El objetivo pasa por dar la batalla para diseñar un nuevo modelo de país. De ahí que se conciba a 10 años vista, de cara a poder desplegarlo en todos los terrenos en los que defienden que debe transformarse España.

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Tras ello se iniciaría el trabajo de concretar y traducir en un programa político todas las aportaciones. Momento en el que ya se apelaría directamente a los partidos, comenzando a dibujar el frente amplio al que aspira. El camino pasa por dejar en un segundo plano las posiciones ideológicas para centrarse en la "resolución de los problemas". No se busca a los convencidos, sino a los que puedan empatizar o quieran aportar al margen de las siglas, ensanchando así la plataforma e integrando desde la diferencia. La falta de protagonismo de los partidos en este proceso lleva tiempo generando recelos en Unidas Podemos, que se resiste a perder un papel protagonista. Parte de la izquierda que busca aglutinar también se mantiene a la expectativa de un proyecto que se ha llegado a tildar de personalista y centrado en lo comunicativo.

La transversalidad es la seña de identidad que Díaz pretende imprimir a su proyecto, huyendo incluso del eje ideológico de izquierda-derecha para no quedarse arrinconada en una esquina del tablero. Una búsqueda de la centralidad que, sin haber desarrollado todavía un programa político, llena con las ideas fuerza de institucionalidad, diálogo, acuerdo y mejorar la vida de la gente. Mensajes que no difieren mucho de los que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompaña en la mayoría de sus discursos. Todo ello, junto al personalismo que de momento tiene su plataforma, está haciendo que Díaz intente abrocharse un perfil presidencialista.

La vicepresidenta segunda Yolanda Díaz cuenta con dos gabinetes para sus tareas institucionales y políticas. Uno más técnico, centrado en su trabajo al frente del Ministerio de Trabajo, y otro más enfocado en desarrollar su plataforma, cuya puesta de largo se producirá el próximo viernes en Madrid. Sus colaboradores más allegados, como su jefe de gabinete, Josep Vendrell, o los responsables de comunicación y discurso, suelen combinar ambas tareas, saltando del equipo ministerial al de los 'consejeros' políticos y viceversa. A las puertas del lanzamiento del denominado 'proceso de escucha', que se extenderá hasta final de año, Díaz está acabando de perfilar su equipo político con la finalidad de ampliarlo y equilibrar su paridad de género, según explican desde su entorno.

Yolanda Díaz
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