El PP arropa a Ayuso y apunta a un "montaje" de Casado tras archivarse el caso mascarillas

En el PP hay sensación de alivio tras el archivo de la Fiscalía Anticorrupción de la investigación sobre el contrato de mascarillas al hermano de Isabel Díaz Ayuso. Alberto Núñez Feijóo creyó desde el principio en la palabra de la presidenta de la Comunidad de Madrid y arriesgó una defensa ciega de su honorabilidad. La apuesta le ha salido bien. Tras conocerse la noticia, envió un mensaje a su baronesa felicitándola. "Nos alegramos mucho por Isabel", aseguraban en Génova, donde reconocen que el espaldarazo del fiscal es muy importante para cerrar también en lo político una crisis sin precedentes en el partido.

En la Puerta del Sol siempre han confiado en que no tendría recorrido judicial, pero reconocen que "la presidenta lo ha pasado muy mal porque la sospecha la han sembrado los suyos". Ni ella ni su equipo han querido citar directamente a Pablo Casado, que era uno de los nombres que ayer protagonizaron los chats internos. "Quiero dar las gracias, especialmente, al presidente de mi partido, Feijóo, porque gracias a que ha confiado en mí, hoy soy presidenta del grupo y del partido que sostiene a mi Gobierno", manifestó en la Asamblea.

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Los más duros con el expresidente hablaban de que había quedado demostrado que "todo era un montaje para destruirla" y colocan al frente de la trama al ex secretario general Teodoro García Egea. Otros atribuyen la batalla Casado-Ayuso a la "inseguridad" del primero, que temió que si no ganaba las elecciones generales en 2023, su pupila le acabaría arrebatando el liderazgo. "Desde que llegaron, su único afán era acabar con los que les podían hacer sombra", denuncia uno de los purgados.

En el partido no esperaban que Anticorrupción diera carpetazo tan pronto al caso. De hecho, se temía que la presidenta llegase a las próximas elecciones con esa espada de Damocles, pese a que en su primer escrito ya apuntaba el Ministerio Fiscal que no había indicios de delito en el contrato de mascarillas por el que el hermano de la presidenta madrileña cobró una comisión de 234.000 euros según el escrito del fiscal. Alejandro Luzón descarta "la existencia de conductas penales relevantes" tras investigar el contrato de 1,5 millones de euros en que intermedió Tomás Ayuso para hacer llegar material sanitario en plena pandemia. "No consta intervención directa ni indirecta de la presidenta de la Comunidad de Madrid en este expediente, como tampoco de la mediación en su nombre de Tomás Díaz Ayuso ante funcionario o autoridad alguna".

La argumentación deja pocas dudas y por eso en el PP aventuran que las pesquisas de la Fiscalía Europea tampoco tendrán recorrido. Con el horizonte despejado en los tribunales en clave interna, Ayuso sale reforzada. Entre los que había alguna mínima duda sobre la versión de la presidenta, estas han quedado disipadas. Muchos no alcanzan a entender cómo Casado abrió este melón. "A Génova llegan cada día anónimos como el que Pablo usó para construir este caso", afirma un exfontanero del PP, que lamenta "el espectáculo" que se dio y atribuye lo ocurrido a los "celos" de Casado hacia el "liderazgo indiscutible" de la baronesa.

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"Casado es muy confiado y se quiso creer todo lo que le contaron porque encajaba en sus planes", justifica un diputado que ha trabajado estrechamente con él. El expresidente del PP sigue en un discreto segundo plano. Fue uno de los dos españoles, junto con el ministro de Exteriores, que participaron en la reunión del exclusivo Club Bilderberg y, según su entorno, está volcado en replantear su futuro. Aún está digiriendo lo ocurrido, porque siempre pensó que denunciaba un caso de presuntas irregularidades y su obsesión era evitar que la corrupción volviese a destruir al PP, defienden sus más cercanos. Mantiene contactos con algunos de sus compañeros. Por ejemplo, con Juanma Moreno habló varias veces durante la campaña y le felicitó por el resultado.

El PP abre una nueva etapa en la que Feijóo aprovechará lo que cada uno de sus líderes territoriales pueda aportar para llegar a la Moncloa en 2023. Con Ayuso hay distancia en lo ideológico e incluso en las formas, pero la máxima es no dejar entrever ni una fisura. La presidenta madrileña fue clave para que el nuevo líder diese un salto que llevaban meses pidiendo algunos barones. Empezó a abordar el futuro del partido con Feijóo mucho antes de que estallase la bomba entre Génova y la Puerta del Sol, según reconocen ahora altos cargos del partido.