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Vox y su nueva visión de Núñez Feijóo: del "nacionalista gallego" a la voluntad de diálogo
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Vox y su nueva visión de Núñez Feijóo: del "nacionalista gallego" a la voluntad de diálogo

El partido de Santiago Abascal ha pasado de una crítica feroz contra el futuro líder del PP a celebrar su relevo a Pablo Casado. Tras la crisis de los populares, las relaciones entre las dos formaciones se han regenerado

Foto: Santiago Abascal, durante una sesión en el Congreso. (EFE/Javier Lizón)
Santiago Abascal, durante una sesión en el Congreso. (EFE/Javier Lizón)

El salto de Alberto Núñez Feijóo a Madrid ha dado un giro a las relaciones entre el PP y Vox. El pacto en Castilla y León, ya con Pablo Casado fuera de juego, es una prueba de que el abismo que les separaba ahora es menor. El cambio es tal, que los de Santiago Abascal incluso miran con nuevos ojos al todavía presidente de la Xunta. En el partido no ocultan su agrado por tener enfrente al dirigente gallego para todo lo que está por venir, con una total voluntad de diálogo, pese a que hace dos años era señalado como un enemigo: un "nacionalista gallego" casi al mismo nivel que el clan de los Pujol.

Tan pronto como se supo que Feijóo iba a desembarcar en Génova, tras la violenta crisis de los populares, en Vox aplaudieron el cambio en la dirección. Desde el partido evitaron en todo momento hacer leña del árbol caído, aun cuando Casado y su equipo estaban acorralados y al borde de la dimisión, y defendieron la idea de que un PP fuerte les beneficia también a ellos en su idea de sacar a Pedro Sánchez de la Moncloa. El horizonte que plantean a medio plazo es el de un centroderecha más amplio y fuerte, con los populares creciendo hacia el centro y ellos aglutinando todo lo que queda a la derecha. De hecho, lo prefieren a él antes que a Isabel Díaz Ayuso.

Foto: Santiago Abascal, durante la rueda de prensa de este lunes. (Vox)

Desde la fallida moción de censura, en octubre de 2020, las conversaciones entre ambos partidos se redujeron a la nada. La relación entre Abascal y Casado, amigos en otro tiempo, pasó a lo estrictamente protocolario. Ni un mensaje. Y mucho menos un pacto. Así llegaron las elecciones de Castilla y León, con los puentes destruidos pese a la obviedad de los números y con Génova amenazando incluso con una repetición electoral para evitar una coalición. Pero todo ha cambiado. "Nos alegramos de que haya normalidad y de saber dónde está el PP. Feijóo no ha roto con nosotros, Casado sí llegó a decir que con nosotros nada", explican fuentes de Vox.

"Feijóo puede estar más lejos ideológicamente, pero está dispuesto a hablar", explican en Vox, que celebra el relevo a Casado

Se refieren a la nueva era que, al menos sobre el papel, se abre para el bloque de la derecha. La negociación entre Alfonso Fernández Mañueco y Juan García-Gallardo agotó el plazo antes de la constitución de las Cortes, pero la realidad es que no ha supuesto el problema que se preveía solo unas semanas atrás. "La salida de Casado lo ha facilitado todo", aseguran en la formación ultraconservadora, en alusión al veto que impuso Génova antes del 13-F. Ahora están abiertos a una nueva etapa basada en la voluntad de llegar a acuerdos. Feijóo, aseguran, tiene un perfil idóneo para ello, menos "ofensivo" que su predecesor. "Se expresa en términos menos agresivos, con más capacidad de diálogo. Puede estar más lejos ideológicamente, pero está dispuesto a hablar", añaden las mismas fuentes. Aunque aún no ha habido ningún contacto formal con el presidente de la Xunta de Galicia, en Vox tienen claro que llegará pronto e incluso están dispuestos a dar el primer paso.

"Apartheid lingüístico"

La visión sobre Alberto Núñez Feijóo, sin embargo, no siempre fue así. Vox se ha explayado a gusto en contra del barón gallego en multitud de ocasiones, al que nunca ha conseguido vencer y al que ha señalado como uno de los artífices de los que considera el "consenso progre". Lo ha considerado incluso como el ejecutor de un "apartheid lingüístico" en Galicia, además de acusarlo de limitar derechos fundamentales en la gestión de la pandemia. La hemeroteca está trufada de declaraciones lanzadas con pólvora, especialmente hace ahora dos años, en la campaña electoral de las elecciones gallegas. "Una comunidad en la que no te puedes dirigir a la Administración en ningún otro idioma que no sea el gallego o una comunidad en la que en las autovías no se ven nombres en español... Es una comunidad nacionalista", dijo entonces Iván Espinosa de los Monteros en una entrevista con RNE, donde añadió que Galicia está en el mismo punto que Cataluña hace 15 años.

"Feijóo es un aprendiz de nacionalista que cada vez se parece más a los Pujol", dijo Ortega Smith en 2020, durante un acto en Ourense

Pero no fue el único. Javier Ortega Smith, también cargó con dureza e hizo otro paralelismo con la Cataluña independentista. "Galicia tiene un presidente camuflado, escondido y disfrazado pero que, en cuanto rascas, sale el nacionalista que tiene dentro. Feijóo es un aprendiz de nacionalista que cada vez se parece más a los Pujol", dijo el secretario general de Vox en junio de 2020, durante un acto en Ourense. Y aunque la intensidad ha bajado, esta misma semana también hubo críticas para Feijóo en el Congreso, durante un debate sobre ampliar la seguridad en la frontera de Ceuta y Melilla con Marruecos. Con un choque entre PP y Vox por la gestión que se debe hacer, la diputada Rocío de Meer culpó al presidente gallego de contribuir a la "invasión migratoria" por "agilizar el acceso a la nacionalidad" en su comunidad.

Foto: Alberto Núñez Feijóo. (EFE/J.L. Cereijido)

El juego de guiños y críticas, no obstante, no es algo exclusivo de Vox. El PP también ha dado muestras de ello en los últimos días. Esteban González Pons, hombre fuerte de Alberto Núñez Feijóo en el nuevo organigrama popular, no tardó en calificar como "ultraderecha" a Vox. Pero fue el propio líder gallego quien esta misma semana asumió uno de los pilares del argumentario de Vox, al decir que la violencia vicaria, que supone hacer daño a la mujer por medio de sus seres queridos, no es violencia de género, sino violencia intrafamiliar. "Hace algún tiempo tuvimos que sufrir el asesinato producido por un padre que, por un problema con su pareja, asesinó a sus dos hijos. Eso no es violencia machista, eso es violencia intrafamiliar", declaró Feijóo, que horas después reculó.

Estos vaivenes no son más que un reflejo de que, pese a que se avecina un nuevo escenario, la sintonía no es total y ambos van a combinar siempre la cal y la arena. El pulso electoral está más abierto que nunca. Según las encuestas, Santiago Abascal atraviesa su mejor momento y si hubiera unas elecciones generales estaría en condiciones de dar el sorpaso a los populares. El CIS de Tezanos lo ha afianzado como la tercera fuerza política, ya por encima del 16% del voto aunque lejos de Feijóo, mientras que en el sondeo de IMOP-Insights publicado por El Confidencial señala un empate técnico. Vox supera al PP en 19 provincias, con pleno en Andalucía. Tampoco hay que olvidar que Feijóo es una de las bestias negras de Vox, uno de los pocos barones populares que evitó el crecimiento de Vox, reduciéndolo a la nada en Galicia.

El salto de Alberto Núñez Feijóo a Madrid ha dado un giro a las relaciones entre el PP y Vox. El pacto en Castilla y León, ya con Pablo Casado fuera de juego, es una prueba de que el abismo que les separaba ahora es menor. El cambio es tal, que los de Santiago Abascal incluso miran con nuevos ojos al todavía presidente de la Xunta. En el partido no ocultan su agrado por tener enfrente al dirigente gallego para todo lo que está por venir, con una total voluntad de diálogo, pese a que hace dos años era señalado como un enemigo: un "nacionalista gallego" casi al mismo nivel que el clan de los Pujol.

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