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Así votó Casero, mano derecha de García Egea, a favor de la reforma laboral de Sánchez
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El polémico voto del diputado del PP

Así votó Casero, mano derecha de García Egea, a favor de la reforma laboral de Sánchez

El alto cargo del PP aseguró haber votado en contra y habla de error técnico. Llamó a Batet. No le atendieron y se presentó, pese a estar enfermo, en el Congreso. Una reunión en el despacho de la presidenta acabó a gritos

Foto: El diputado del PP Alberto Casero. (Casa América)
El diputado del PP Alberto Casero. (Casa América)
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Alberto Casero Ávila, 43 años y natural de Trujillo. Un semidesconocido para muchos, pero un peso pesado para el PP. Es mano derecha de Teodoro García Egea, un fontanero clave para el secretario general. Este jueves no pensaba acudir al Congreso de los Diputados. Estaba enfermo y, según explican fuentes de su entorno, aportó un certificado médico para no asistir al hemiciclo. Aportar este documento era necesario en una sesión como la de ayer donde se convalidaba una de las leyes más importantes de la legislatura. Pero a las 17:30 todo se complicó.

Los diputados ausentes tenían 45 minutos para votar. Entre las 17:30 y las 18:15, la presidenta del Congreso hizo un receso para que los posicionamientos telemáticos fueran registrándose en el sistema. Y es en ese lapso cuando ocurrió todo.

Casero aseguró a su grupo haber votado no a la reforma laboral del Gobierno. Pero el programa le marcó un sí. Fuentes parlamentarias dudan de esta versión, porque el programa informático incorporó con la pandemia un sistema de verificación. Una especie de '¿está seguro que quiere votar sí/no a la reforma laboral?'. Este método sustituyó a una llamada telefónica que se realizaba antes de la llegada del covid. El caso es que el voto telemático del diputado del PP fue sí.

El extremeño contactó inmediatamente con su grupo parlamentario y con la presidencia de la Cámara, aseguran las mismas fuentes. El grupo parlamentario popular se puso en movimiento. El secretario general de los diputados del PP, Guillermo Mariscal, contactó con el letrado mayor. La vicepresidenta segunda de la Cámara, Ana Pastor, hizo lo propio con Meritxell Batet. Y el PP pidió a Casero que se presentara en el Congreso. Vive en una zona cercana a la sede nacional de Génova, así que tardó apenas unos minutos en acudir hasta la Carrera de San Jerónimo.

Foto: El diputado del PP Alberto Casero. (Casa América)

Pero los populares denuncian que sus demandas no fueron atendidas por la presidenta de la Cámara Baja. Lo que planteaban, en intensas conversaciones, era aplicar el artículo 6 de un reglamento de 2012, de la etapa de Jesús Posada en la presidencia, sobre votaciones telemáticas. En ese documento de funcionamiento interno, se puede leer que "el diputado que hubiera emitido su voto mediante el procedimiento telemático no podrá emitir su voto presencial sin autorización expresa de la Mesa de la Cámara que, en el supuesto en que decida autorizar el voto presencial, declarará el voto telemático nulo y no emitido".

Es decir, el PP pedía que la Mesa anulase el voto telemático de Casero y que el diputado pudiera entrar en el hemiciclo a votar presencialmente. Pero al dirigente popular no se le permitió acceder. Los ujieres de la Cámara, denuncia el PP, tenían orden de no dejarle ocupar su escaño en el hemiciclo y, por tanto, no pudo apretar el botón.

Votación perdida por 30 segundos

Minutos después, Batet dio por perdida la votación. Los miembros del Gobierno, con Pedro Sánchez a la cabeza, se miraban atónitos. Los dos diputados de UPN, que llevaban todo el día proclamando que acatarían la disciplina de voto, la rompieron. Y el Ejecutivo tembló. Pero apenas 30 segundos después la presidenta del Congreso rectificaba y daba por convalidada la reforma laboral. El PP protestó airadamente, con su portavoz, Cuca Gamarra, y el secretario general, Teodoro García Egea, a la cabeza. Pero Batet se mostró inflexible y cerró la sesión.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (Reuters/Juan Medina) Opinión

El PP denuncia que Batet llegó a afirmar en el hemiciclo que la Mesa tenía conocimiento de la petición de Casero para que se anulara su voto telemático. Pero que no la escuchó. Por eso van a presentar un recurso ante el órgano de gobierno de la Cámara y han anunciado que acudirán al Tribunal Constitucional. Las palabras concretas de la presidenta del Congreso fueron: "Como la Mesa es conocedora y ha podido analizar lo que usted me podía plantear, no le voy a dar la palabra. Muchas gracias, se levanta la sesión", culminó Batet el debate y votación de la reforma laboral. El PP denuncia, sin embargo, que la Mesa no podía conocer la demanda de Casero porque la presidenta no la había convocado previamente.

Pero la bronca no acabó ahí. Al abandonar el hemiciclo, Batet se dirigió a su despacho en la zona de palacio y tuvo que seguir aguantando las 'presiones' del PP. García Egea, Pastor y el secretario cuarto de la Mesa, Adolfo Suárez Illana, se presentaron en la puerta. La presidenta les invitó a pasar. Se produjo, entonces, una fuerte discusión. Presidencia considera que el PP podía haber presentado un escrito a la Mesa reclamando que Casero repitiera su voto presencialmente, pero no lo hizo. Sí lo hizo horas más tarde reclamando una reunión urgente de la Mesa del Congreso.

Foto: Olona y Espinosa de los Monteros (EFE/Fernando Villar)

Casero, hombre con galones en Génova

El protagonista involuntario de la convalidación de la reforma laboral no es un recién llegado a la política, sino que acumula ya una trayectoria reseñable tanto en su territorio natal como en el Congreso de los Diputados. Es, además, un hombre de la máxima confianza de Pablo Casado. Alberto Casero es secretario ejecutivo nacional del PP y forma parte del núcleo duro de Génova. Mano derecha de Teodoro García Egea, está integrado en el equipo que dirige la estrategia de los populares. Tiene, por tanto, acceso a las decisiones más importantes que se toman en el partido y su voz cuenta de manera reseñable tanto para el presidente como para el secretario general.

El diputado conoce también los sondeos que se manejan en Génova y, por extensión, forma parte del equipo que prepara y ejecuta las diferentes estrategias electorales. Ha participado, por tanto, en el diseño de la actual campaña electoral del PP en Castilla y León como hombre de máxima confianza de García Egea. Licenciado en Derecho, Casero se estrenó en el Congreso de los Diputados en la XIII legislatura y anteriormente fue senador. Es miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP desde el año 2017 y anteriormente fue alcalde de Trujillo, en Cáceres. Alberto Casero habla en todo momento de “error informático” al votar sí a la reforma laboral del Gobierno, pero lo cierto es que ayer se equivocó hasta en tres ocasiones: en la convalidación, votando en contra de la tramitación como proyecto de ley y haciendo lo propio en otro punto sobre el plan anual normativo del Gobierno.

Alberto Casero Ávila, 43 años y natural de Trujillo. Un semidesconocido para muchos, pero un peso pesado para el PP. Es mano derecha de Teodoro García Egea, un fontanero clave para el secretario general. Este jueves no pensaba acudir al Congreso de los Diputados. Estaba enfermo y, según explican fuentes de su entorno, aportó un certificado médico para no asistir al hemiciclo. Aportar este documento era necesario en una sesión como la de ayer donde se convalidaba una de las leyes más importantes de la legislatura. Pero a las 17:30 todo se complicó.

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