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El PP huye de un Gobierno con Vox: "Si hay que repetir las elecciones, se repiten"
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Las encuestas alejan la mayoría absoluta

El PP huye de un Gobierno con Vox: "Si hay que repetir las elecciones, se repiten"

El debate no se abrirá hasta el 13-F, pero los barones alertan de que una coalición con Abascal lastrará a Juanma Moreno en Andalucía y la llegada de Casado a la Moncloa

Foto: El candidato del PP a la presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Raúl Sanchidrián)
El candidato del PP a la presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Raúl Sanchidrián)
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¿Podrían repetirse las elecciones en Castilla y León? La pregunta en plena campaña electoral no parece pertinente, pero el escenario se ha llegado a plantear en las cábalas que se hacen desde el PP para el día después del 13-F. Las expectativas electorales son en estos momentos buenas para el candidato Alfonso Fernández Mañueco, pero también es cierto que encuestas como la de IMOP-Insights para El Confidencial apuntan a un cierto estancamiento en los últimos días que aleja la mayoría absoluta. “No se percibe ese entusiasmo que había con Ayuso en Madrid”. La reflexión es de un cargo del partido que está de bolos por Castilla y León arrimando el hombro para lograr la ansiada movilización. El problema no es tanto que no se llegue a los 41 diputados, porque en España las absolutas están reservadas para muy pocos —Núñez Feijóo firmó la última—, sino a cuántos diputados te quedas. Los más pesimistas hablan de un PP con menos de 36 escaños de los 82 de la Cámara. Este resultado supondría mejorar con respecto a los anteriores comicios, en que se perdió la primera plaza, pero sería un varapalo respecto al triunfalismo de algunas encuestas y, lo más importante, daría más peso al socio de investidura o de gobierno.

Aquí es donde reside la preocupación del PP. Con un resultado en el que no sean suficientes los escaños de la España Vaciada junto con Ciudadanos, se dependerá de Vox y el marco se complica y mucho. Las plataformas provincialistas han ido mejorando sus expectativas y eso perjudica al PP en algunas circunscripciones como Salamanca o Ávila porque les resta y serían insuficientes para hacer a Mañueco presidente. Salvo milagro, el partido que lidera Francisco Igea parece condenado a ser el gran derrotado y desaparecer. En este tablero, ahora bastante probable según los 'trackings' internos, la negociación con los de Santiago Abascal sería a 'cara de perro' y podría llegar a naufragar si exigen entrar en el Gobierno. Esta es la línea roja que se ha impuesto Génova y también desde Andalucía, que está llamada a ser el próximo territorio donde se convoque a las urnas, previsiblemente en junio.

Foto: Pablo Casado, durante el acto del PP en Ávila. (EFE/Raúl Sanchidrián)

En el ciclo electoral que se inicia en Castilla y León y que salvo adelanto electoral por parte de Pedro Sánchez concluirá en 2023 con unas generales, el líder del PP no puede llegar con la mácula de haber metido en gobiernos autonómicos a Vox. Los barones reivindican constantemente su independencia. Tanto Mañueco como el andaluz, Juanma Moreno, reniegan de la teoría de la 'estrategia de los peldaños' que los sitúa como meros trampolines para el camino de Casado a la Moncloa, aunque son conscientes de que los procesos están encadenados. Si Mañueco tiene que hacer vicepresidente al candidato de Vox, Juan García-Gallardo, que desnudó su alma con un tuit contra el feminismo, los inmigrantes y los homosexuales, las alarmas del PP saltarán. “Si hay que repetir las elecciones se repiten antes que un Gobierno con Vox”, sentencia un barón del PP que advierte de que ese pacto “mataría” a todos porque la izquierda ya tendría su argumento hecho.

En los equipos de trabajo tanto nacional como regionales, saben que el PSOE jugará la baza de unirles a la extrema derecha y que apelará al miedo para movilizar a un electorado de izquierdas que ahora no lo está. En Andalucía sería demoledor, porque además es un bastión tradicionalmente socialista y si acaba desembarcando la diputada Macarena Olona como candidata de Vox el votante moderado que hoy apoyaría al candidato del PP volvería al PSOE por miedo a un pacto con la extrema derecha. Juanma Moreno perdería el centro y probablemente la Junta de Andalucía. Este mismo esquema se puede extrapolar a las municipales y autonómicas del año que viene y a unas generales donde Sánchez se presentaría como el cordón para frenar los extremismos frente a un 'entregado' Casado. En el equipo de Mañueco no quieren ni plantearse este escenario. “Hay que estar tranquilos y movilizar a los nuestros” aseguran.

Foto: El presidente del Partido Popular, Pablo Casado (d), visita Matadeón de los Oteros (León). (EFE/J. Casares)

El presidente del PP ya levantó su propio muro frente Abascal en aquel duro discurso de la moción de censura y se ha impuesto no hablar de Vox sino de su proyecto. Ayer rompió la consigna en la campaña y afeó a Abascal que hiciera de anfitrión en Madrid de una cumbre de líderes de extrema derecha nacionalista como Tom Van Grieken, el líder del partido nacionalista flamenco que ha apoyado al prófugo Puigdemont. La postura de Vox en Europa lo aleja del PP y es otro gran hándicap para posibles alianzas de gobierno que Bruselas no entendería.

Pero lo más esperado de la intervención de Casado fue su contestación al expresidente José María Aznar, que el sábado lanzó varios dardos al que antaño fue su hijo político. “La cuestión no es que haya que ganar para que vaya no sé quién a la Moncloa, la pregunta que hay que responder es para qué gobernar”, lanzaba Aznar, a lo que Casado ha respondido que él es un “reformista”, en alusión a su proyecto de país. La participación del expresidente en la campaña se ha contemplado desde el primer día por su arraigo a la tierra donde, como él mismo recordó, “empezó todo”, pero los organizadores reconocen que es “imprevisible”. Aznar decide cómo y cuándo quiere ir y por supuesto "dice lo que le da la gana. No mide". Esta actitud se contrapone dentro de la dirección del partido con la de Mariano Rajoy, que “siempre está dispuesto a ayudar”. En los últimos meses, Rajoy y Casado han intensificado su relación. El consejo que le ha dado su antecesor en el mando del PP es claro: “Suma 176 con Vox y luego ya se verá cómo”. Quizá la experiencia dice que Vox tampoco forzará la máquina para entrar en los gobiernos. El ejemplo de Cs les sirve de ejemplo de que gestionar desgasta. "Jugarán fuerte, pero a Santi tampoco le interesa que se vea que no tienen un proyecto". El 14-F empezará el baile.

¿Podrían repetirse las elecciones en Castilla y León? La pregunta en plena campaña electoral no parece pertinente, pero el escenario se ha llegado a plantear en las cábalas que se hacen desde el PP para el día después del 13-F. Las expectativas electorales son en estos momentos buenas para el candidato Alfonso Fernández Mañueco, pero también es cierto que encuestas como la de IMOP-Insights para El Confidencial apuntan a un cierto estancamiento en los últimos días que aleja la mayoría absoluta. “No se percibe ese entusiasmo que había con Ayuso en Madrid”. La reflexión es de un cargo del partido que está de bolos por Castilla y León arrimando el hombro para lograr la ansiada movilización. El problema no es tanto que no se llegue a los 41 diputados, porque en España las absolutas están reservadas para muy pocos —Núñez Feijóo firmó la última—, sino a cuántos diputados te quedas. Los más pesimistas hablan de un PP con menos de 36 escaños de los 82 de la Cámara. Este resultado supondría mejorar con respecto a los anteriores comicios, en que se perdió la primera plaza, pero sería un varapalo respecto al triunfalismo de algunas encuestas y, lo más importante, daría más peso al socio de investidura o de gobierno.

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