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Juan Carlos I vendió un Rolls-Royce descapotable de Casa Real a Villar Mir por 210.000 €
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el monarca matriculó el coche en 2008

Juan Carlos I vendió un Rolls-Royce descapotable de Casa Real a Villar Mir por 210.000 €

El Rey emérito se convirtió en 2008 en propietario de un Rolls-Royce descapotable con un precio en concesionario de 550.000 euros y se lo traspasó dos años después al expresidente de OHL

Foto: Foto: SuperVettura.
Foto: SuperVettura.

El rey Juan Carlos se convirtió en propietario en 2008 de un Rolls-Royce valorado en 550.000 euros, uno de los vehículos más exclusivos del mercado. El coche pasó a formar parte del patrimonio de la Casa Real y se integró en la flota de automóviles de la institución. Sin embargo, solo dos años después, el monarca decidió vendérselo al empresario Juan Miguel Villar Mir, según ha podido confirmar El Confidencial. El antiguo presidente de la constructora OHL pagó por el coche 210.000 euros y lo puso a su nombre. No hay ningún dato sobre el procedimiento que empleó el Rey emérito para enajenar ese bien del Estado ni sobre el destino del dinero que abonó el industrial.

El vehículo llegó a manos de Juan Carlos I el 30 de septiembre de 2008. Esa es la fecha de primera matriculación del automóvil que consta en los archivos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Los documentos no aclaran si fue adquirido por Casa Real o se trató de un regalo al monarca, aunque en este último supuesto también habría terminado engrosando el balance de activos de la jefatura del Estado. Se da la circunstancia de que un mes antes, en agosto de 2008, Juan Carlos I recibió en una cuenta del banco Mirabaud en Suiza una transferencia de 100 millones de dólares (65 millones de euros al cambio de la época) del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí por razones que aún se desconocen.

Se trataba de un Rolls-Royce modelo Phantom Drophead Coupé, un deportivo descapotable del lujoso fabricante británico equipado con un motor de 12 cilindros de 6.749 centímetros cúbicos y 453 caballos de potencia que, a pesar de superar los 2.600 kilos de peso, le permitían acelerar de cero a 100 km/h en tan solo 5,9 segundos. Su carrocería tenía dos tonos de verde: uno más oscuro, color botella en una franja central que recorría el coche longitudinalmente, pasando por la zona del capó; y otro más claro, en los laterales. Su consumo se disparaba hasta los 23,2 litros/100 km en ciudad y 11,3 litros/100 km en carretera, pero no estaba pensado para conductores que tuvieran problemas para llenar su depósito. Sin impuestos ni extras, el modelo salió a la venta en el mercado nacional con un precio de partida de 498.716 euros, según varias publicaciones especializadas.

Juan Carlos I, que nunca ha escondido su afición a los coches, utilizó el Rolls-Royce para conducir por el interior del recinto del Palacio de la Zarzuela y en las carreteras de su entorno, así como para recoger en el aeropuerto a otros mandatarios de visita privada en España. Sin embargo, tras dos años de uso en los que apenas hizo 2.000 kilómetros con el deportivo (83 kilómetros de media al mes), decidió venderlo. El monarca se lo ofreció a Villar Mir, uno de sus grandes amigos y también aficionado a los coches, con una enorme colección privada de vehículos históricos.

Foto: La reina Letizia junto a un coche en un viaje oficial. (Getty)

El entonces jefe del Estado y el empresario pactaron el traspaso del Rolls-Royce en un precio de 210.000 euros. Villar Mir abonó ese importe a Juan Carlos I y lo registró a su nombre el 7 de octubre de 2010, recogen los documentos a los que ha tenido acceso este diario. Desde entonces, el descapotable no ha tenido más titulares. El coche ha pasado la ITV siete veces desde que fue matriculado por primera vez y hasta el pasado noviembre únicamente había recorrido 9.954 kilómetros.

No hay información sobre este coche en ningún registro público de la Casa Real, ni del Parque Móvil del Estado ni de Patrimonio Nacional. Tampoco hay ningún detalle sobre el procedimiento que utilizó el monarca para desprender del vehículo. En 2017, Hacienda subastó dos Ferrari FF que habían sido regalados seis años antes a Juan Carlos I por Mohamed bin Rashid al Maktoum, primer ministro de Emiratos Árabes y jeque de Dubái. Los 443.842 euros recaudados con la venta fueron ingresados en las arcas del Estado.

Según fuentes próximas a la operación, el Rolls-Royce Phantom Drophead fue adquirido por Villar Mir sin que mediara ningún anuncio ni concurso público. Tampoco hay información sobre los fondos que el expresidente de OHL entregó al Rey por el coche. Un portavoz de la Casa Real ha explicado a este diario que se trata de un automóvil que forma parte de la etapa previa al reinado de Felipe VI y que no hay datos disponibles sobre él.

El rey Juan Carlos se convirtió en propietario en 2008 de un Rolls-Royce valorado en 550.000 euros, uno de los vehículos más exclusivos del mercado. El coche pasó a formar parte del patrimonio de la Casa Real y se integró en la flota de automóviles de la institución. Sin embargo, solo dos años después, el monarca decidió vendérselo al empresario Juan Miguel Villar Mir, según ha podido confirmar El Confidencial. El antiguo presidente de la constructora OHL pagó por el coche 210.000 euros y lo puso a su nombre. No hay ningún dato sobre el procedimiento que empleó el Rey emérito para enajenar ese bien del Estado ni sobre el destino del dinero que abonó el industrial.

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