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Casado solemnizará en Valencia su PP: moderado, con visión de Estado y lejos de Vox
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Casado solemnizará en Valencia su PP: moderado, con visión de Estado y lejos de Vox

El líder de los populares retoca en secreto el discurso que aglutinará el cuerpo doctrinal de un partido renovado que enfatizará cuatro señas de identidad: centro, europeísmo, con altura de Estado y libre de populismos

Foto: El líder del PP, Pablo Casado (d), junto al expresidente francés Nicolas Sarkozy. (EFE)
El líder del PP, Pablo Casado (d), junto al expresidente francés Nicolas Sarkozy. (EFE)

El PP tiene una certeza sobre la presidencia de Pablo Casado: el discurso que dio en el Congreso el pasado 22 de octubre de 2020, en el segundo día del debate sobre la moción de censura presentada por Vox, es el mejor que ha hecho de largo. Aquella mañana, su bancada, diezmada por las restricciones de aforo derivadas de la pandemia, le aplaudió a rabiar cuando acabó y le regaló varios gritos de "bravo" y "presidente". Fue una intervención que descolocó al candidato alternativo, Santiago Abascal, y que, por encima de todo, definió el espacio en el que habría de habitar su partido: la moderación, el centro, la concordia. Las bases de ese discurso las repetirá en Valencia el domingo próximo cuando clausure la convención, han informado a El Confidencial fuentes de la dirección popular.

Foto: Casado y los barones del PP. (David Mudarra)

Casado, como con casi toda la planificación del cónclave, está terminando de retocar el discurso con un grupo de colaboradores muy reducido. No trascienden medidas concretas ni anuncios específicos, pero sí el armazón. En gran parte, será el mismo de aquel discurso en el que afirmó cosas como esta: "El PP no somos ni furia ni ruido; no alimentamos fracturas, sino que queremos cerrarlas y unir a los españoles; crear una España en red, una sociedad abierta y libre; una España unida y cohesionada". O bien: "Nosotros no apelamos a la identidad como vacuna contra la falsa superioridad moral. Hacemos políticas sin complejos, pero con cabeza. No caemos en la demagogia ni en el populismo. Defendemos la libertad y la tolerancia de los ciudadanos, recen al dios que recen, amen a la persona que amen, sueñen en la lengua en la que sueñen".

Una de las claves está en el lema

La convención, que se está desarrollando durante la semana con una serie de actos y mesas redondas en diferentes ciudades españoles (este jueves, en Sevilla con la participación de José María Aznar), tendrá en Valencia, durante el fin de semana, su colofón. El secretario general de la formación, Teodoro García Egea, se encuentra ya en la capital levantina para ultimar los detalles de la organización, en especial la del acto de clausura en la plaza de toros, que las previsiones dicen se va a llenar. Las limitaciones de aforo que aún perviven como consecuencia de la pandemia, aunque más relajadas, rebajarán la asistencia, pero la imagen que busca la dirección del partido, la del lleno, la de la euforia, parece que se va a lograr.

'Creemos' es el lema de la convención. La elección del verbo, su tiempo y su conjugación entroncan con la filosofía que persigue Casado. La convención está destinada a forjar el cuerpo ideológico del PP que habría de desbancar a Pedro Sánchez de la Moncloa en las elecciones de finales de 2023. El líder de los conservadores pretende regresar a Madrid el domingo por la tarde con una serie de ideas fuerza sobre el rumbo a seguir. No va a renunciar a nada de lo que ha constituido el carácter de la formación durante más de 40 años de democracia, y ahí estarán los guiños a la Transición, a la defensa de la libertad, a la UE, a la Constitución y a las víctimas del terrorismo.

Sin embargo, su aspiración consiste en renovar la pátina económica, y sobre todo, social. La primera, con el fin de adaptar el cuerpo doctrinal a una economía impregnada de incertidumbre por culpa de la pandemia. La segunda, porque Casado necesita sintonizar con sectores de población que últimamente se le resisten, principalmente las mujeres y los jóvenes.

Por segmentos ideológicos, el líder del PP quiere realzar el espacio de centro y de moderación que encarnan las siglas, a su juicio, y por ello, espera atraer a todos los que apostaron y apuestan por Ciudadanos y a los que han mirado y miran a Vox. A estos últimos les enviará mensajes rotundos sobre la defensa de la cohesión territorial y sobre la necesidad de apear a Sánchez de la presidencia del Gobierno, para lo que buscará convencerles de que solo eso es posible si la papeleta electoral escogida es la del Partido Popular.

El lema, 'Creemos', se dirige por tanto a convencer al centro derecha de que la llegada al poder es posible y está al alcance de la mano. Lo que Casado hará tras Valencia será construir, crear, ese edificio común. La secuencia se puede resumir así: la convención diseña el edificio y el congreso nacional de 2022 lo construye. Será la casa común de los votantes de todo el espectro, el que ahora mismo forman Cs, Vox y el propio Partido Popular.

El músculo orgánico del PP

Una de las fotografías más anheladas será la de los barones y alcaldes al lado de los integrantes de la dirección nacional de la organización. Será la visualización de la unidad, aunque no desaparecerán las rencillas internas. Haberlas, haylas. Es de prever un recrudecimiento de la pelea por el control del Partido Popular de Madrid tras la convención. Continuará, además, el calendario de los congresos autonómicos, preludio del congreso nacional en el que Casado exhibirá su programa de gobierno, y nadie descarta tensiones inesperadas. Ahora bien, para llegar a Valencia, la dirección del PP ha recorrido un camino bacheado, porque no han faltado escarceos y escollos en Andalucía, Castilla y León o Galicia. La mayoría han pasado desapercibidos y ha podido prevalecer la cohesión orgánica.

placeholder Isabel Díaz Ayuso, en Nueva York. (EFE)
Isabel Díaz Ayuso, en Nueva York. (EFE)

Ese partido renovado e ilusionado es al que Casado apelará en la plaza de toros de Valencia. Precisamente, la capital levantina simboliza lo que quiere Génova, lo que espera de las direcciones territoriales. Una organización desencantada y lastrada por la corrupción ha empezado a reactivarse de la mano de Carlos Mazón, a quien se ha guardado un papel destacado en la convención. En el itinerario hacia la Moncloa de Casado, ganar en la Comunidad Valenciana es crucial. El líder transmitirá su convicción de que si el PP está fuerte y sale a la calle, no habrá partido que lo detenga. La ramificación territorial de su estructura es el trampolín.

Europa reniega del populismo; Casado, también

Así que habrá mensajes en clave interna, especialmente dirigidos a Isabel Díaz Ayuso. Ha sentado muy mal ver cómo, en paralelo a las mesas redondas de Casado con Donald Tusk, Nicolas Sarkozy o Antonio Tajani, la presidenta madrileña se prodigaba en declaraciones contra el indigenismo y hasta contra el Papa en Estados Unidos. No han sentado mal porque crea Génova que ha perjudicado el efecto de la convención, sino porque se constata que ella se mueve en una agenda completamente desvinculada de la formación.

Con todo, Casado pondrá el énfasis en traspasar fronteras y llegar hasta Bruselas, en donde quiere instalar una certeza. Su partido es garantía de europeísmo y solidaridad. Como en la jerarquía de la Unión nada inquieta y cabrea más que el populismo, sea de izquierdas o de derechas, el líder del PP dejará claro en Valencia que él no está en eso. Su apuesta por la institucionalidad, tanto la nacional como la continental, se convertirá en una de sus proclamaciones más sonoras. Por tanto: nada que ver con Vox.

En la intervención del debate sobre la moción de censura, Casado dijo: "Decimos no a la polarización, no a la España de garrotazos, de la ira y el miedo; no a la antipolítica cainita destinada a hacer que los españoles se odien y se teman. Decimos sí a la España de convivencia y tolerancia, a la Unión Europea de derechos y libertades, a la globalización y al libre mercado, a la Constitución entera, no por fascículos; sí al Estado de derecho, a la seguridad y a la ley sin atajos, sí al Estado autonómico, sí a la libertad educativa, sí a las familias, al futuro de los jóvenes, a la igualdad de hombres y mujeres, a la bajada de impuestos, a la flexibilidad laboral, al apoyo a los autónomos y a las pymes, sí al medio ambiente y a la digitalización".

En Valencia, con otras palabras, dirá lo mismo.

El PP tiene una certeza sobre la presidencia de Pablo Casado: el discurso que dio en el Congreso el pasado 22 de octubre de 2020, en el segundo día del debate sobre la moción de censura presentada por Vox, es el mejor que ha hecho de largo. Aquella mañana, su bancada, diezmada por las restricciones de aforo derivadas de la pandemia, le aplaudió a rabiar cuando acabó y le regaló varios gritos de "bravo" y "presidente". Fue una intervención que descolocó al candidato alternativo, Santiago Abascal, y que, por encima de todo, definió el espacio en el que habría de habitar su partido: la moderación, el centro, la concordia. Las bases de ese discurso las repetirá en Valencia el domingo próximo cuando clausure la convención, han informado a El Confidencial fuentes de la dirección popular.

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