Sarkorzy: "El independentismo lo podría pagar toda Europa. Solo hay una España"

En el ecuador de la semana, la convención nacional del PP llegó a Madrid en una jornada clave. A pesar de la ausencia de Isabel Díaz Ayuso, los titulares se acumularon. José Luis Martínez-Almeida, que se llevó una importante ovación, ejerció como anfitrión en la capital con todos sus concejales y los consejeros del gobierno autonómico, y compartió intervención con José Manuel Durao Barroso, expresidente de la Comisión Europea y de Portugal. También reapareció Esperanza Aguirre en la cita, cerrando filas con Pablo Casado. Y el plato fuerte llegó con el expresidente de Francia, Nicolás Sarkozy, que no sólo auguró la llegada del líder del PP a la Moncloa, sino que apoyó de lleno todos los postulados de su partido.

Fue especialmente contundente al abordar el independentismo catalán, advirtiendo que “no es simplemente un problema para España” porque si España “tuviese que desunirse toda Europa pagaría el precio”. Aseguró que tendencias secesionistas existen en muchos países, señalando el caso de Francia y Bélgica, y que sería un problema para todos ellos que algo así sucediera en el país vecino. “Esto queda claro. Solamente hay una España unida, que tiene su capital en Madrid y una Corona con un rey que representa la unidad de España. Y eso no puede cambiar nunca”. Los dirigentes populares estallaron en aplausos, que se repitieron después cuando Sarkozy contó que al ver por primera vez a Casado en el Elíseo le dijo: “Un día serás presidente del Gobierno. No necesitaba uno ser muy inteligente”.

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Paloma Esteban

El expresidente francés, que fue condenado por corrupción y tráfico de influencias, fue muy crítico con la situación actual que atraviesa la Unión Europea, a la que calificó de “débil” y recomendó “cambiar por completo su funcionamiento si no quiere desaparecer del mapa”. Insistió en que la Unión debe mostrar fortaleza porque, a pesar del papel mundial que juega Estados Unidos, “los europeos no podemos ser los vasallos de nadie”.

“Nuestros amigos americanos sólo respetan a los fuertes. Yo soy amigo de EEUU, pero un amigo de pie y no acostado”, repitió bajo la atenta mirada de Durao Barroso, con el que interaccionó en distintos momentos, pero también de algunos pesos pesados del PP en Bruselas como Antonio López-Astúriz.

“Ayuso te manda un saludo”

Sarkozy también insistió mucho en la idea de que “ser europeo es estar a favor de las reformas y no del inmovilismo” defendiendo que “ser de derechas no significa ser timoratos ni ser conservadores, sino estar a favor de tomar la iniciativa, de la pasión del debate”. Tras apoyar con claridad al PP, Casado volvió a tomar la palabra recordando que su partido “lleva muchísimo tiempo gobernando en Madrid”. Citó a Esperanza Aguirre, situada en el público, y al exalcalde José María Álvarez del Manzano, que también estaba allí. “La presidenta no ha podido venir porque tenía agendado un viaje a EEUU desde hace mucho, pero te manda un saludo muy fuerte”, zanjó Casado, sin evitar uno de los grandes debates que ha sacudido la convención.

En el caso del presidente del PP, aprovechó la presencia del presidente francés que tanto protagonismo tuvo también en la lucha contra ETA, para cargar contra los pactos de Pedro Sánchez con formaciones políticas como EH Bildu y, sobre todo, por enterrar, a su juicio, los valores de la democracia liberal, dando paso a los populismo y a la “supuesta democracia asamblearia”.

“¿Alguien hubiera entendido que Sarkozy pactara con los terroristas del Bataclan?”, se preguntó Casado, utilizando las mismas palabras que ha emprendido en otras de sus intervenciones. “Aunque las fechas sean posteriores, ¿alguien se lo imagina”, repitió. “¿O alguien piensa que Sarkozy podría pactar algo con los independentistas que hay en departamentos franceses? ¿No habría actuado Francia con su Constitución que defiende la integración territorial? Pues eso es lo que pide el PP”, zanjó Casado.

El jefe de la oposición pidió una reflexión sobre el crecimiento económico y la creación de empleo como únicas garantías del bienestar para toda Europa en un momento, además, “que la inflación devora nuestro país con un 4%, con la luz marcando otro máximo y la industria del turismo siendo demonizada”. “Algo va mal en España”, concluyó.