Temor por las fiestas del 15 de agosto: "Hay riesgo de rebrotes como los del fin de curso"

Habrá pocos pueblos en España que no celebren algo el 15 de agosto. Es una de las fechas señaladas del verano y varias comunidades temen que este fin de semana, a pesar de que muchas localidades han cancelado sus festejos o los han limitado de forma considerable, se convierta en el caldo de cultivo ideal para que el covid se multiplique. Reuniones, cenas, copas y aglomeraciones que, advierten las autoridades sanitarias de diferentes regiones, pueden ser el origen de nuevos brotes como sucedió con los viajes de fin de curso el pasado junio, justo además en un momento en el que se ha conseguido doblegar la quinta ola. "Nos acercamos a unos días que van a ser críticos", remarcaba este jueves el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria. La región sacará a la calle a toda la policía disponible para garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias, la prevención de aglomeraciones y también para la disolución de posibles altercados.

En el País Vasco saben de lo que hablan, a finales del pasado junio, la localidad guipuzcoana de Hernani vio como en tan solo seis días su incidencia acumulada pasó de 74 casos por cada 100.000 habitantes a rozar los 1.000. Fue la consecuencia de las 'no fiestas' de San Juan. Y con este y otros precedentes, el comité técnico que asesora al Ejecutivo autonómico ha expresado a través de un comunicado su temor a que en un fin de semana se pierda todo lo que se ha ganado desde el pasado 30 de julio, cuando la incidencia en la comunidad empezó a descender. En su escrito, los especialistas recuerdan que estos días un gran número de localidades de la región tendrían que estar celebrando sus fiestas patronales y, aunque "en la mayor parte de los casos no habrá programa, es de temer que serán, previsiblemente, una ocasión para el incremento de encuentros e interacciones sociales de riesgo".

"Tanto este fin de semana como durante el calendario de fiestas suspendidas del resto del verano, corremos el riesgo de rebrotes, similares a los que se produjeron con motivo de las celebraciones de los 'sanjuanes', o del fin de curso y de los exámenes de selectividad. Rebrotes que, tal y como ya hemos comenzado a sentir, podrían modificar la actual tendencia a la baja en los distintos indicadores; rebrotes que se traducirían, no podemos olvidarlo, en infecciones, enfermedad, hospitalizaciones, ingresos UCI y fallecimientos", sigue la nota.

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El consejero de Salud de Galicia, Julio García Comesaña, insistió en la misma idea este lunes, advirtiendo de los peligros que puede traer aparejado el puente de este fin de semana —en algunas comunidades el 16 es festivo—. Advirtió del "peligro" de las fiestas privadas y de las reuniones, origen, recordó, de la mayoría de brotes. Fuentes del departamento, en declaraciones a El Confidencial, lo resumen así: "Sí, nos preocupa, y mucho". El dirigente gallego pidió la colaboración de la policía para hacer cumplir la normativa sanitaria y este mismo viernes las autoridades de la región han mantenido un encuentro con los diferentes mandos implicados para abordar la situación.

En Andalucía se ha recomendado que no haya celebraciones de ningún tipo y Madrid anunció el martes que quedaban prohibidas para lo que queda de mes las verbenas y los encierros. Sí que se mantienen las actividades de feriantes, los eventos culturales y las corridas, no obstante, en este último supuesto los promotores deberán pedir una autorización a Salud Pública, y esta avalar el espectáculo.

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El consejero de Sanidad de Extremadura, José María Vergeles, hizo un llamamiento a la responsabilidad ciudadana de cara a este fin de semana por el alto volumen de desplazamientos previstos. Con una situación en la región que tildó de "transmisión comunitaria descontrolada", aunque con tendencia descendente, recordó que el objetivo es evitar a toda costa que el virus acabe por entrar en las residencias de mayores y en los centros hospitalarios.

Un toque de queda 'ad hoc'

Fuentes de la consejería de Sanidad de Castilla y León también expresan a El Confidencial su temor por lo que pueda suceder este fin de semana y lamentan, una vez más, la falta de un marco común y el respaldo del Gobierno central para la adopción de restricciones más duras para el control de la pandemia. La comunidad cuenta con un protocolo específico para la celebración de fiestas, igual que La Rioja.

Precisamente, ante el descontrol que se ha vivido en multitud de localidades a lo largo del verano, Navarra solicitó un toque de queda específico para aplicar en aquellos municipios que tendrían que estar celebrando sus fiestas patronales, aunque las hubiesen suspendido. El objetivo, evitar por cualquier medio botellones, reuniones en casas particulares u otros eventos que pudiese propiciar una explosión de contagios. La medida fue avalada por la justicia y este fin de semana se implantará la restricción en 28 pueblos de la región por este motivo.

Otras autonomías no han previsto medidas específicas más allá de las que llevan aplicando

Otras autonomías no han previsto medidas específicas más allá de las que llevan aplicando a lo largo de todo el periodo estival, pero, según remarcan, son restricciones enfocadas para evitar que por la noche la gente se descontrole. En Murcia, en 20 municipios, este fin de semana se realizarán cribados masivos para la población de entre 14 y 49 años. Además, el ocio nocturno permanece cerrado y de 02.00 a 06.00 no están permitidas las reuniones entre no convivientes. Es una medida que también está vigente en Baleares, con la salvedad de que en las islas entra en vigor a la 01.00.

Un problema de seguridad

Los botellones, especialmente, se han convertido este verano en un auténtico quebradero de cabeza para las autoridades. Son uno de los contextos en los que los contagios pueden multiplicarse, pero más allá del reto sanitario inherente a los mismos, en muchos casos se han terminado por convertir en un problema de seguridad ciudadana. Por eso, el portavoz del Gobierno vasco avanzaba que este fin de semana la comunidad sacará a la calle a todos los agentes disponibles, entre Ertzaintza y policías locales.

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El 1 de agosto, Alexandru Ionita, de 23 años, recibía una brutal paliza en un parque de Amorebieta (Vizcaya). El chico, que sigue en estado crítico, se enfrentó a varios miembros de una banda denominada Los Hermanos Koala. Los agresores estaban increpando, molestando y robando a varios jóvenes que en ese momento estaban de botellón. Otro de los sucesos que ha marcado el verano, el asesinato de Samuel Luiz en La Coruña también se produjo en un contexto de fiesta.

Son dos ejemplos extremos, pero lo cierto es que tanto en el País Vasco, como en Andalucía, en Baleares y Murcia muchos botellones han terminado este verano en altercados y cargas policiales.