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El Gobierno involucra al Rey en su agenda catalana para avanzar en la normalización
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Encuentro informal con Aragonès

El Gobierno involucra al Rey en su agenda catalana para avanzar en la normalización

La nueva hoja de ruta de Moncloa supone un cambio importante con respecto a la trazada hace meses, cuando llegó a vetar la presencia del Rey en la entrega de despachos a jueces en Barcelona

Foto: El rey Felipe VI (c) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i). (EFE)
El rey Felipe VI (c) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i). (EFE)
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El Gobierno concibe como una operación de Estado su apuesta por normalizar las relaciones institucionales con Cataluña, desinflamar un conflicto enquistado y recuperar la estabilidad política. Para ello, otorga una "gran importancia" al papel del Rey, a quien Moncloa ha decidido involucrar con el objetivo de sincronizar agendas, según reconocen fuentes del Ejecutivo. Se trataría de que siga haciendo "agenda catalana siempre que se le requiera", según añaden, avanzando que su presencia en Cataluña se intensificará con el objetivo de compartir foros con representantes del Govern y visibilizar el deshielo tras años de confrontación. Más allá de los gestos con fuerte carga simbólica, el Ejecutivo entiende que el diálogo con Cataluña es "la única manera sensata de defender el Estado".

Anoche coincidieron por primera vez Felipe VI y el 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, en un encuentro informal previo a la cena inaugural de las jornadas del Círculo de Economía en Barcelona, con una amplia delegación de empresarios y el presidente de Corea del Sur. Ni el 'president' ni la alcaldesa de la Ciudad Condal, Ada Colau, estuvieron en el recibimiento oficial del monarca. Pero después, durante la espera previa a la foto de familia, sí coincidieron unos minutos, se saludaron y fueron fotografiados juntos. No evitaron así la imagen conjunta, que fue iniciativa además de la Casa Real. A la cena, eso sí, acabaron acudiendo en representación de la Generalitat la 'consellera' de Presidència, Laura Vilagrà, y la de Acció Exterior, Victòria Alsina.

Donde presumiblemente volverán a coincidir en público el jefe del Estado y el presidente catalán es en la inauguración del Mobile World Congress, el próximo 28 de junio. Además, el 1 de julio, Felipe VI acudirá a la ceremonia de entrega de los premios de la Fundación Princesa de Girona. Tres visitas seguidas que visibilizan el empeño del Gobierno por asentar una relación normalizada con Cataluña. De forma paralela, el Ejecutivo realizará un desembarco de ministros en Cataluña durante los próximos días, incluido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que acudirá mañana a Barcelona para participar junto al presidente italiano, Mario Draghi, en el Foro de Diálogo España-Italia, organizado por Foment del Treball.

La pretensión de involucrar al Rey refuerza el argumento del Gobierno de que su estrategia a favor del diálogo es una cuestión de Estado

No se trata solo de gestos simbólicos. La pretensión de involucrar al Rey refuerza el argumento del Gobierno de que su estrategia a favor del diálogo es una cuestión de Estado, al mismo tiempo que le sirve al Ejecutivo para diluir los ataques de la oposición. Especialmente, después de que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, haya puesto en el disparadero al monarca preguntándose si le harían firmar los indultos a los presos del 'procés', convirtiéndole en "cómplice". Lejos de retractarse sobre una cuestión que está tasada en la Constitución, Ayuso siguió insistiendo en esta posición, asegurando que “el Gobierno y los independentistas ponen al Rey en una trampa. Firme o no firme, haga lo que haga, está en tela de juicio”. Desde Moncloa, afirman que esa posición ha generado malestar en la Casa Real, aunque el PP niega que haya habido contactos en ese sentido e insisten en que el jefe del Estado "sabe" que el PP "siempre protegerá" su figura.

Cambio de guion con el Rey

La nueva hoja de ruta de Moncloa supone un cambio importante con respecto a la trazada hace meses, cuando el Gobierno llegó a vetar la presencia del Rey en una entrega de despachos a jueces en Barcelona para “velar por la convivencia”, según explicó el ministro de Justicia. El acto iba a coincidir con la sentencia sobre la inhabilitación de Quim Torra y con el aniversario del 1 de octubre. Tras el revuelo generado, Moncloa trató de desandar sus pasos y unos días después se produjo un viaje conjunto del Rey y el presidente en el marco de la Barcelona New Economic Week. Como en tantas otras ocasiones, la Ciudad Condal se blindó por las fuerzas y cuerpos de seguridad ante las protestas de los independentistas. Y como suele hacer a menudo el monarca, dividió su discurso en castellano y catalán a partes iguales.

placeholder El Rey y el 'president', Pere Aragonès, coincidieron en un acto del Círculo de Economía. (EFE)
El Rey y el 'president', Pere Aragonès, coincidieron en un acto del Círculo de Economía. (EFE)

El pasado mes de marzo, Felipe VI volvió a Barcelona con Sánchez para visitar la planta de SEAT de Martorell buscando dar apoyo institucional a la industria del automóvil, tan golpeada por la pandemia. Ni siquiera una visita tan crucial para los intereses económicos de Cataluña sirvió para contar con la presencia de la Generalitat, que volvió a plantar al Rey. Hubo un primer amago de que el 'president' entonces en funciones, Aragonès, acudiría. Pero no.

Foto: Felipe VI y Pedro Sánchez visitan la planta de Seat en Martorell. (EFE)

Precisamente, las palabras del presidente del Gobierno este martes, cuando se quejó de la ausencia de algunas instituciones ante la primera visita de Estado que recibe España después de la crisis del coronavirus, recordaron a los reproches de aquella ocasión. "Cuando hablamos de una visita de Estado tan importante como la del presidente de Corea del Sur, sería bueno y deseable que estuviesen todas las instituciones representadas", dijo Sánchez enviando un recado evidente.

El Gobierno se reafirma en los indultos

Este miércoles, aprovechando la presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y tras dar luz verde al plan de recuperación, Sánchez insistió en que el "problema" catalán "hay que abordarlo", haciendo hincapié en la necesidad de "reparar el dolor y el desgarro emocional" sufridos en 2017 con el 'procés'. De la pedagogía sobre los indultos, Sánchez pasó a lanzar mensajes empáticos directamente dirigidos a la mayoría de españoles que rechazan la medida de gracia: "Habrá personas que tengan muchos reparos y dudas sobre la decisión. Les pido un voto de confianza, les pido simplemente que entre todos hagamos un ejercicio de magnanimidad para superar la situación y poder mirar a un futuro de convivencia y concordia".

El Gobierno asume que esta operación para asentar un marco de convivencia es compleja y que no está exenta de riesgos

El Gobierno asume que esta operación para asentar un marco de convivencia es compleja y que no está exenta de riesgos. Principalmente, porque se entiende que el sector más rupturista presiona para que descabalgue el diálogo. Si en los primeros compases del 'procés' este papel lo jugó ERC, cuando la presidencia de la Generalitat estaba en manos de los posconvergentes y los republicanos eran sus socios de gobierno, ahora sería al revés. Un miembro del Gobierno reconoce la voluntad de ERC de abrir una negociación, pero advierte de que "sus socios no se lo van a poner fácil". Otro ministro apunta en la misma dirección, avanzando que su preocupación respecto a la mesa de diálogo, que previsiblemente se reactivará en julio, tras la reunión de Pedro Sánchez con Pere Aragonès en el Palacio de la Moncloa y una vez concedidos los indultos, es la posición que adopte Junts.

Foto: El líder del PP, Pablo Casado, en la sesión de control al Gobierno. (EFE)

La división entre la oposición visibilizada en la protesta de Colón contra los indultos no ha hecho más que reafirmar la hoja de ruta del Gobierno. Pretenden aprovechar esta ventana de oportunidad para acelerar la aprobación de la medida de gracia. La intención pasa por conceder los indultos antes de la reunión entre Sánchez y Aragonès en el Palacio de la Moncloa, comprometida para este mes de junio.

El presidente del Gobierno expondrá durante la primera mitad de julio en el Congreso, previsiblemente el día 7, las razones por las que concederá los indultos a los presos catalanes acusados de llevar a cabo el 'procés'. La medida de gracia, como adelantó este diario y ha confirmado la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, se producirá antes de que remate el mes de junio, previsiblemente en el Consejo de Ministros del próximo martes o bien en el del 29.

El Gobierno concibe como una operación de Estado su apuesta por normalizar las relaciones institucionales con Cataluña, desinflamar un conflicto enquistado y recuperar la estabilidad política. Para ello, otorga una "gran importancia" al papel del Rey, a quien Moncloa ha decidido involucrar con el objetivo de sincronizar agendas, según reconocen fuentes del Ejecutivo. Se trataría de que siga haciendo "agenda catalana siempre que se le requiera", según añaden, avanzando que su presencia en Cataluña se intensificará con el objetivo de compartir foros con representantes del Govern y visibilizar el deshielo tras años de confrontación. Más allá de los gestos con fuerte carga simbólica, el Ejecutivo entiende que el diálogo con Cataluña es "la única manera sensata de defender el Estado".

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