Del lujo al embargo: batalla judicial contra el expresidente de Empresa Familiar de C-LM

"Construya la casa de sus sueños en Marbella". El expresidentre de la Asociación de Empresa Familiar de Castilla-La Mancha, Aurelio Vázquez, promociona con esta frase su contructora Avymon Houses. "Prioridad al diseño y a la calidad", "tantas opciones y extras como si de un coche se tratara" y "todo ello a un precio satisfactorio". Su página web habla de "lujo en diseño y construcción". Pero el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Talavera de la Reina, donde la empresa tiene su sede, ofrece una imagen distinta: el 8 de febrero de 2021, lanzó una orden de embargo contra Avymon por un importe de 16.565 euros. Tras la cifra emerge una batalla judicial entre un asesor financiero que prestó dinero a Vázquez en 2016 y que después de años de retrasos en la devolución se cansó de promesas.

La historia arranca con un préstamo de 35.000 euros entre enero y marzo de 2016 con un tipo de interés del 6% anual y a devolver en 18 meses. Así lo explica el asesor Carlos O. en su demanda, que apunta a que decidió darle este dinero "dada la amistad personal y la confianza que le daba la condición de presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Castilla-La Mancha". La AEFCLM es una de las organizaciones empresariales más destacadas de esta comunidad autónoma, con grandes grupos como Lácteas García Baquero o Laboratorios Valquer entre sus asociados.

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En 2016, Vázquez era el máximo representante de esta asociación y convenció a Carlos O. de que "quería rehacer su actividad empresarial de promotor inmobiliario en Marbella, promoviendo viviendas de lujo, para lo que solicitó ayuda financiera a amigos de su juventud de Talavera de la Reina con el fin de alquilar un local de lujo en el centro de Puerto Banús, en la zona más cara, que le permitiera dar publicidad a su proyecto empresarial", explica la demanda. Ni siquiera dejaron por escrito el préstamo en un primer momento, pero los pagos acordados no llegaban y Carlos O. comenzó a temerse lo peor: el 1 de marzo de 2018, le convenció para firmar un reconocimiento de deuda y, a partir de ahí, miró con lupa todos los movimientos de Avymon.

"Tras un año y cuatro meses de retraso en la amortización", Avymon firma "un contrato de promoción de una vivienda de lujo de dos millones y medio de euros para un cliente en Israel con certificaciones de obra periódicas". Con esa cifra sobre la mesa, todo apuntaba a que sería cuestión de días que Vázquez recondujera la situación y, como explica la demanda, "fue amortizando cantidades del principal", pero "sin detallar intereses más que en una ocasión".

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El malestar de Carlos O. dio paso a que le recordara "sus incumplimientos reiterados" y reclamara "un calendario de pago que contemple la amortización inmediata del préstamo y que incluya unos intereses de demora del 11%". Pero cualquier intento de llegar a buen puerto terminó por saltar por los aires el 10 de febrero de 2020, cuando Carlos O. demandó a la constructora ante los juzgados de Talavera de la Reina: "A fecha de la redacción de este escrito, Avymon ha incumplido su propio 'ya incumplido calendario' siendo el último pago realizado el del 5 de septiembre 2018 sin que se haya realizado pago alguno el 5 de diciembre 2018, ni el 5 de Marzo de 2019", advertía entonces.

Un año después, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Talavera de la Reina ha lanzado una orden de embargo contra Avymon Houses: le ordena que "en el plazo de diez días" manifieste "bienes y derechos suficientes para cubrir la cuantía de la ejecución que asciende a la cantidad de 12.765 euros, en concepto de principal, intereses ordinarios y moratorios vencidos, más la de 3.800 euros, que se fija provisionalmente para intereses y costas de la ejecución". También le han sido embargados "los saldos bancarios favorables". Atrás queda la empresa que prometía "lujo en diseño y construcción" por una deuda de poco más de 10.000 euros.

El Confidencial se ha puesto en contacto con Vázquez para recoger su postura, pero no ha obtenido respuesta. Carlos O. asegura por su parte que todavía no ha cobrado el dinero.