La batalla de Puigdemont contra Llarena se aviva en Europa: acusa al juez de ser político
En un largo escrito sobre la iniciativa de buscar el arbitrio del TJUE el 'expresident' se pinta como un represaliado y dice que el juez ha actuado con "manifiesta arbitrariedad"
Se está gestando una nueva batalla entre el Tribunal Supremo y el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont que se librará en Europa. La iniciativa del juez Pablo Llarena de reclamar que el Tribunal de la UE sirva de árbitro en los desacuerdos entre la justicia española y la belga ha provocado ya un cruce de escritos. Puigdemont, como no podía ser de otro modo, ha aprovechado su informe para hacer reproches. En la argumentación que ha remitido al instructor del 'procés', desarrollada a lo largo de más de 200 páginas, acusa al magistrado de ser arbitrario y de no basar sus decisiones exclusivamente en motivos jurídicos.
La nueva pelea se reavivará a partir de este lunes. Ese día, el Parlamento Europeo arranca su sesión plenaria y tiene previsto aprobar de forma definitiva el levantamiento de su inmunidad como eurodiputado. Con este acto, el cronómetro de la entrega se pondrá en marcha y ya no habrá nuevas oportunidades. Llarena ya ha dado el primer paso para que el TJUE tome cartas en el asunto; eso sí, sin ninguna garantía de que el juez belga que debe pronunciarse sobre Puigdemont congele su decisión a la espera de que este se pronuncie.
La respuesta de Puigdemont al magistrado —que preguntó a las partes si debía o no plantear la cuestión prejudicial que estará en el centro de la nueva guerra— está plagada de reproches. No se opone a acudir al tribunal europeo (todo lo contrario, invita a Llarena "encarecidamente" a que lo haga) pero ataca varias de sus decisiones pasadas. Para Puigdemont, la Sala de lo Penal del TS ha operado con "manifiesta arbitrariedad". Los huidos no son tales sino "represaliados políticos catalanes" y el instructor se encuentra en este brete, esta "penosa situación", por su mala cabeza. "Sin un ápice de pudor, viene adoptando, desde hace más de tres años, decisiones judiciales basadas en criterios estrictamente políticos", lanza.
"Las decisiones del magistrado instructor, por completo antijurídicas, basadas en consideraciones estrictamente políticas como correctamente apreció el Grupo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas, son, como decimos, las que lo han situado en la situación en que se encuentra actualmente. De su deriva contraria a los principios elementales del Estado de Derecho ha venido siendo advertido en esta causa por esta parte", destaca también.
"Esta vulneración, absolutamente premeditada, se basó en razones de pura oportunidad política"
Con esta argumentación, el expresidente insiste en varios mantras que, al menos de momento, han triunfado en Bélgica: la violación de los derechos fundamentales de los fugados y la falta de competencia del Supremo para reclamarlos. Existen —indica— "sobradas razones, serias y fundadas, para creer que las personas reclamadas correrán un riesgo real de que se les viole no uno, sino distintos derechos fundamentales en caso de ser entregadas".
"Esta vulneración, absolutamente premeditada, estuvo basada en razones de pura oportunidad política, lo que obviamente resulta impropio en un Estado de Derecho. Dicho de otro modo, la pretendida discrepancia del Tribunal Supremo con la autoridad de ejecución belga, que no ha hecho otra cosa que aplicar la interpretación del derecho de la Unión y de la Decisión Marco 2002/548 establecida por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, es en realidad una discrepancia del Tribunal Supremo con la doctrina del TJUE, lo cual huelga decir que no se resuelve con una cuestión prejudicial sino con el puro y simple acatamiento por parte del magistrado instructor de lo que son sentencias de la instancia suprema para interpretar el derecho de la Unión", destaca también.
Puigdemont dedica gran parte de esos 200 folios a recordar (y reproducir) sus peticiones en distintos recursos para que se cursaran comisiones rogatorias. Destaca que todas ellas fueron denegadas. "No deja de resultar sorprendente que mientras el Excmo. Sr. Instructor no alberga duda alguna ni sobre la vigencia ni sobre la forma en que ha de interpretarse el derecho de la Unión cuando lo solicitan las defensas sin que le surjan esas dudas sobre cómo lo han interpretado las autoridades de ejecución belgas a la hora de denegar la entrega".
Es "escandaloso"
El escrito también señala que es "escandaloso que se pretendan plantear cuestiones prejudiciales exclusivamente dirigidas a cuestionar la referida decisión una vez que, estratégicamente, todo apunta al levantamiento de la inmunidad parlamentaria de otros tres de nuestros representados en esta causa especial". En otro reproche más, acusa al juez de tirar de estrategia y le indica que, con terceros países, debería actuar con base en el principio de cooperación leal.
Llarena busca que el TJUE precise las razones para pedir y denegar una euroorden
En su informe al magistrado, la Fiscalía del Tribunal Supremo se opuso de forma rotunda a estos argumentos y dijo que el tribunal belga "se ha excedido al realizar una interpretación contraria a la jurisprudencia del TJUE". El juez instructor de la causa del 'procés' planteó a las partes hace unos días la posibilidad de presentar una cuestión prejudicial para que sea el Tribunal de la UE quien determine el alcance de las euroórdenes emitidas contra el expresidente de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, y los 'exconsellers' Clara Ponsatí, Antoni Comín y Lluis Puig, después de que los jueces belgas se negaran a entregar a este último.
Llarena busca que el TJUE precise las razones para pedir y denegar una euroorden con la finalidad de "poder establecer criterios estables que conduzcan a la decisión de mantener, retirar o emitir nuevas órdenes europeas de detención contra todos o algunos de los procesados". El instructor ha propuesto llamar a la puerta del TJUE después de que la justicia belga se negara a entregar a Puig por considerar que el Tribunal Supremo no es el órgano competente para asumir la causa del 'procés'.
Se está gestando una nueva batalla entre el Tribunal Supremo y el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont que se librará en Europa. La iniciativa del juez Pablo Llarena de reclamar que el Tribunal de la UE sirva de árbitro en los desacuerdos entre la justicia española y la belga ha provocado ya un cruce de escritos. Puigdemont, como no podía ser de otro modo, ha aprovechado su informe para hacer reproches. En la argumentación que ha remitido al instructor del 'procés', desarrollada a lo largo de más de 200 páginas, acusa al magistrado de ser arbitrario y de no basar sus decisiones exclusivamente en motivos jurídicos.
- Los próximos pasos de Puigdemont: se aferra a que Bélgica rechace la euroorden Nacho Alarcón. Bruselas
- Puigdemont pidió a Borràs apartarse del Govern y ejercer la presidencia del Parlament Marcos Lamelas. Barcelona
- Llarena vs. Puigdemont, segundo asalto: el juez, favorito para instruir la malversación Beatriz Parera Pablo Gabilondo