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Felipe González: "Zapatero dice que conoce mejor que nadie lo que pasa en Venezuela..."
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ENTREVISTA AL EXPRESIDENTE DEL GOBIERNO

Felipe González: "Zapatero dice que conoce mejor que nadie lo que pasa en Venezuela..."

Ahora su inquietud está en Venezuela, donde nunca ha escondido su animadversión por el régimen de Maduro. No comprende la posición de Zapatero, a quien dedica un mensaje

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González, antes de la pandemia, seguía viajando. Y mucho. No en vano, su gran pasión ha sido siempre la política internacional. No es extraño si se tiene en cuenta que durante su mandato le tocó vivir el auge de la revolución conservadora de Reagan y Thatcher, la Guerra Fría y el colapso de la Unión Soviética. Ahora, su inquietud está en Venezuela, donde nunca ha escondido su animadversión por el régimen de Maduro. “En lo único en que me he vuelto radical es en la lucha contra los tiranos”, aclara con firmeza. No comprende la posición de Zapatero, a quien dedica un mensaje.

PREGUNTA. ¿Qué espera de Biden?

RESPUESTA. Lo primero que me sorprendió gratamente es que Biden significara la recuperación de la normalidad constitucional. Frente a las locuras e imprevisibilidad de Trump, Biden supone el regreso a la democracia constitucional, lo que es muy importante para todos, también en el plano internacional. Significa la vuelta al multilateralismo. Todas las democracias pasan, en algún momento, por periodos oscuros, baste recordar el Watergate o el macartismo. La diferencia con las dictaduras es que estas siempre son periodos oscuros. No podemos saber lo que pasa debajo de las tiranías. Solo lo sabemos cuando se derrumban como un castillo de naipes. Y entonces nos sorprendemos y decimos: pero si parecía que esto era de cemento armado...

La virtud de la democracia no es garantizar que haya buenos gobiernos, que eso se consigue a largo plazo, sino que podemos salir del Gobierno que no nos gusta, que lo podemos cambiar. Pero cuando nos cae encima una dictadura, no la podemos cambiar, que es lo que pasa en Venezuela. ¿Cómo lo cambio? Pues de ninguna manera. Es lo que también pasa en Nicaragua. Estos que son como pregoneros de las democracias perfectas nunca se atreven a decir cuál sería su modelo. Nunca es nunca.

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P. Hablando de Venezuela, Biden ha reconocido a Juan Guaidó como presidente, pero parece que a Europa le cuesta más.

R. Seré constructivo. En lo único en que me he vuelto radical es en la lucha contra los tiranos. Lo que llamamos comunidad internacional coincide en un denominador común muy interesante, en que Maduro no es un presidente legítimo. Tampoco la Asamblea Nacional o el Tribunal Supremo, que preside un condenado. Coincide también en que la oposición se ponga de acuerdo, y coincide en que hay que hacer una operación multilateral para alcanzar unos determinados objetivos, también en términos de urgencia alimentaria o de salud pública. Lo que sabemos es que las sanciones, digamos sectoriales, son de eficacia dudosa, ya que crean perjuicios a toda la población, y, por lo tanto, son prescindibles. Y después hay sanciones personales, por violación de derechos humanos y por robos sistemáticos. Si observamos el éxito revolucionario de 20 años, comprobaremos que se han robado no menos de 450.000 millones de dólares en el país más rico del mundo. Las sanciones sectoriales le sirven al régimen de coartada, cuando las mujeres no tienen ni siquiera acceso a anticonceptivos. En Venezuela, por cierto, está prohibido el aborto. Hay chicas de 26 años que tienen el sexto hijo sin tener que dar de comer al primero.

placeholder Los expresidentes del Gobierno Felipe González (i) y José Luis Rodríguez Zapatero, durante la intervención de Pedro Sánchez en el año 2015. (EFE)
Los expresidentes del Gobierno Felipe González (i) y José Luis Rodríguez Zapatero, durante la intervención de Pedro Sánchez en el año 2015. (EFE)

P. Es singular que los tres dirigentes socialistas que han sido presidentes del Gobierno, Zapatero, Sánchez y usted, mantengan posiciones tan distintas sobre Venezuela.

R. Parafraseando a Pedro Sánchez en la República Dominicana hace un año, el presidente dijo que la elección de Maduro era ilegítima y calificó el régimen no de dictadura, sino de tiranía. En los elementos fundamentales, que son los que me importan, estamos de acuerdo. La posición de Zapatero es diferente. Dice que conoce mejor que nadie lo que pasa en Venezuela y probablemente lo conozca mejor que nadie, lo que puede ser una ventaja hoy. Sin embargo, puede ser una desventaja mañana, cuando sea público el indiscutible horror en que vive Venezuela.

P. ¿Estamos ante una nueva década perdida en Latinoamérica?

R. En algunos casos, pueden ser hasta dos décadas. Es verdad que ha habido avances muy importantes, un ascenso de clases medias que ahora se ven amenazadas. Y es verdad que en muchos casos no se han aprovechado las alzas de las materias primas. La región está en un sándwich, ni son suficientemente pobres para ser calificados como ayuda al desarrollo ni son desarrollados para que puedan defenderse con políticas anticíclicas. Siendo una situación complicada, nuestro horizonte debe mirar hacia Latinoamérica.

González, antes de la pandemia, seguía viajando. Y mucho. No en vano, su gran pasión ha sido siempre la política internacional. No es extraño si se tiene en cuenta que durante su mandato le tocó vivir el auge de la revolución conservadora de Reagan y Thatcher, la Guerra Fría y el colapso de la Unión Soviética. Ahora, su inquietud está en Venezuela, donde nunca ha escondido su animadversión por el régimen de Maduro. “En lo único en que me he vuelto radical es en la lucha contra los tiranos”, aclara con firmeza. No comprende la posición de Zapatero, a quien dedica un mensaje.

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