Zapatero tira la toalla como mediador entre el Gobierno de Maduro y la oposición
Las negociaciones por el futuro de Venezuela han pasado a una fase ejecutiva. Diversas mesas de diálogo del pasado —entre ellas, la liderada por el presidente Zapatero— han fracasado
José Luis Rodríguez Zapatero ya no media entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición de Venezuela. Sus más de 150 pernoctas en suelo venezolano en los últimos tres años no han dado frutos tangibles.
Allá por la primavera de 2016, el político socialista se las prometía muy felices cuando comenzó su labor de mediación como jefe de un equipo de negociadores internacionales. Él mismo lideró la Mesa de Diálogo de la República Dominicana desde marzo de 2016 hasta febrero de 2018, donde estuvo acompañado de los expresidentes de este país caribeño, Leonel Fernández, y del de Panamá, Juan Carlos Varela. Además, participaron en las reuniones de Santo Domingo diversos ministros de Exteriores americanos, entre ellos, los de México, Chile o Paraguay.
Zapatero siempre fue el coordinador jefe de ese proceso legitimado por el propio Maduro. En noviembre de 2017, el presidente venezolano le dio el plácet público mediante un tuit.
Con la visita del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, ratifico el compromiso del Gobierno Bolivariano con el diálogo para conseguir la paz que quiere el pueblo venezolano pic.twitter.com/nHdMIyjH6s
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) 16 de noviembre de 2017
Pero las negociaciones habidas en República Dominicana descarrilaron en febrero de 2018. Por aquel entonces, Zapatero propuso un documento de entente cordial para que ratificaran las partes. El denominado Acuerdo de Convivencia Democrático por Venezuela incluía, entre otras medidas, un cronograma para la celebración de unas elecciones legislativas, la apuesta por el respeto del Estado de Derecho, un plan para mejorar la situación económica y la creación de una comisión de la verdad para reparar a las víctimas de abusos por parte de las instituciones. El Ejecutivo de Maduro lo firmó, pero no hizo lo propio la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), es decir, la coalición de partidos que representaba a la oposición en las negociaciones.
Yo creo que ya el tiempo de Zapatero pasó. Zapatero se quemó como mediador
La oposición declinó ser signataria de un acuerdo que establecía unas elecciones para el 22 de abril siguiente. Estimó que no había tiempo para que las instituciones, en especial la Comisión Nacional Electoral, se reformasen para garantizar un proceso limpio y democrático. Un negociador venezolano aclara a El Confidencial que "se necesitan un mínimo de dos años para reparar unas instituciones que Maduro ha arruinado completamente".
"De manera inesperada para mí, el documento no fue suscrito por la representación de la oposición", escribió Zapatero en una carta remitida a los representantes de la MUD el 7 de febrero de 2018. Dos semanas más tarde, el jefe opositor de las negociaciones, explicaría en rueda de prensa que el expresidente socialista había ejercido presiones y amenazas sobre los representantes no gubernamentales. "Yo creo que ya el tiempo de Zapatero pasó. Zapatero se quemó como mediador", sostuvo Borges ante los medios.
Pero Zapatero no tiró la toalla en ese mes de febrero de 2018, cuando fracasó la Mesa de Diálogo de República Dominicana. Hasta que Juan Guaidó no se proclamó presidente encargado de Venezuela en enero pasado e incluso más adelante, el político español persistió en su empeño de mediar entre el Ejecutivo de Maduro y la oposición. Sus esfuerzos sinceros resultaron vanos porque su papel estaba deslegitimado por una de las partes.
La semana pasada, Zapatero estaba alojado en el Hotel JW Marriott de Santo Domingo. Entre reunión y reunión con enviados de diversos países, cuidaba su forma física en el gimnasio del hotel. Compartir mesa de negociaciones con representantes del régimen de Maduro y con una oposición tan tornadiza, fragmentada e interesada debe conducir a un desgaste físico y mental mayúsculo. "Hasta cierto punto, puedo entender el fracaso de Zapatero, resulta muy difícil trabajar con la oposición venezolana porque está desunida, cada cual va a sus intereses y, además, muchos de ellos han sido financiados por el propio Gobierno de Maduro", recalcó a El Confidencial un ex alto mando chavista que hoy tiende puentes entre la Casa Blanca y Caracas.
Fuentes del entorno más próximo a Zapatero apuntan a este diario que sus tareas de mediación entre el Gobierno venezolano y la oposición han finalizado. De acuerdo con lo expresado por esos mismos informantes, la presencia de político socialista en la capital dominicana se debía a su pasada implicación como mediador y su conocimiento privilegiado de la naturaleza del conflicto. Estas circunstancias motivan que le pidan consejo ciertos políticos venezolanos, funcionarios de organizaciones internacionales y responsables de terceros países. La discreción reina en los términos de sus conversaciones con otros interlocutores.
En realidad, como apuntan esas mismas fuentes del círculo más próximo al político leonés, su papel de punta de lanza en las negociaciones concluyó toda vez que Juan Guaidó se juramentó como presidente interino, ya que ese hecho abrió un periodo de mayor conflictividad y complejidad política interna en Venezuela, donde conviven dos presidencias y dos legitimidades, complicándose aún más la resolución del conflicto.
Negociaciones desconectadas
Ahora, José Luis Rodríguez Zapatero conoce de primera mano y sigue con interés la mediación que lleva a cabo el Gobierno de Noruega desde mayo pasado. El Ejecutivo noruego ha sido capaz de volver a sentar en una misma mesa a representantes de Maduro y a una parte importante de la oposición en lugares como Oslo, República Dominicana, Isla de Margarita y Barbados
Prebostes del chavismo están negociando directamente con enviados de la Casa Blanca para constituir una junta de gobierno sin Maduro
Finiquitada la Mesa de Diálogo que comandó Zapatero, este desea que la vía de mediación guiada por Noruega avance y concluya con resultados positivos, según refiere una persona del entorno del político socialista.
Pero esa vía noruega "es una pantomima", según relatan a este medio negociadores que lidian en otras mediaciones paralelas.
El Gobierno de Maduro está fraccionado en clanes de poder. Las reuniones propiciadas por los noruegos no conducen a ningún lugar, según cuentan a este diario fuentes de esas negociaciones y de Inteligencia. "Cilia Flores [esposa de Maduro] recela de Jorge Rodríguez [ministro de Comunicación e Información] y dice en la intimidad que esos representantes que acuden a Oslo, a isla Margarita y próximamente a Barbados están traicionando a su marido", comenta un negociador venezolano. Flores, parlamentaria de la Asamblea Nacional Constituyente, se define en su cuenta de Twitter como "Primera Combatiente de la República Bolivariana de Venezuela" y como "hija de Chávez".
La realidad, como contó El Confidencial esta semana, es que la diplomacia secreta con mayor peso ejecutivo y con más posibilidades de éxito camina por otro lado. Prebostes del chavismo están negociando directamente con enviados de la Casa Blanca para constituir una junta de gobierno que garantice una transición sin sangre donde los militares con mando tendrían un protagonismo especial. Nicolás Maduro tendrá que abandonar el país para que eso ocurra, según el plan de los negociadores. Las conversaciones se llevan a cabo principalmente en Santo Domingo, Bogotá y Washington.
El pasado mes de mayo, en Murcia, Zapatero declaró a los medios que "la política de Trump es un auténtico desastre para Venezuela, una catástrofe sin más". Añadió que le parecían "muy preocupantes" algunas de las cosas que la Administración de Estados Unidos "ha intentado hacer desde hace algunos meses y desde que el presidente Trump puso Venezuela en el objetivo".
Zapatero, quien dijo el pasado 25 de junio en una entrevista con RAC1 estar a favor de que se estudiaran los indultos a los posibles condenados en el juicio del 'procés', no se rinde en su buena voluntad de ayudar a "un país amigo, hermano", según sus propias palabras.
José Luis Rodríguez Zapatero ya no media entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición de Venezuela. Sus más de 150 pernoctas en suelo venezolano en los últimos tres años no han dado frutos tangibles.
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