La solución se aviva en Venezuela y Zapatero lo sabe: las tres vías en marcha
En enero, Juan Guaidó se juramentó como presidente interino. La diplomacia secreta en marcha se aviva en pos de tres soluciones: chavismo transicional, Plan País y madurismo
José Luis Rodríguez Zapatero llegó a Venezuela este lunes por la tarde en avión privado, según informó la prensa local. No es una visita más en su labor de mediación. La diplomacia secreta para buscar soluciones al estancamiento político en el país caribeño se avivan.
Han pasado casi dos meses desde que Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, se juramentara como presidente interino. Su compromiso fundamental consiste en garantizar la celebración de unas nuevas elecciones presidenciales que acaben con el “gobierno usurpador de Nicolás Maduro”, según sus palabras. El contexto actual puede invitar a pensar que existe un punto muerto en los cambios que anhelan una parte de la población venezolana y diversos actores internacionales. Nada más lejos de la realidad, ya que la diplomacia secreta no ha cesado de estar activa desde finales de enero e, incluso, lo ha estado meses antes.
Se contemplan tres escenarios: la solución Guaidó tutelada por EEUU, rebelión de oficiales leales a Chávez no maduristas y la continuidad del régimen
Este lunes, en la madrugada de España, Marco Rubio, senador republicano por el estado de Florida y activista por el cambio político en Venezuela, escribió un tuit en el que se leía: “Los próximos días serán tensos, pero muy importantes. La #Libertad está llegando a Venezuela”.
The next few days will be tense but very important.#Freedom is coming for #Venezuela. https://t.co/gbRdJPG1n2
— Marco Rubio (@marcorubio) 18 de marzo de 2019
Ese mensaje de Rubio remitía a un cable de la agencia Reuters que informaba sobre la “profunda reestructuración” inmediata del Gobierno de Maduro anunciada el domingo por la vicepresidenta Delcy Rodríguez con el fin de “blindar la Patria de [Simón] Bolívar y [Hugo] Chávez ante cualquier amenaza”. Al igual que el senador estadounidense, Rodríguez también se expresó en Twitter. El Ejecutivo de Maduro es prolijo en el uso de esta red social para informar sobre sus iniciativas políticas.
En las últimas semanas, El Confidencial está teniendo acceso a esa diplomacia de trastienda que se lleva a cabo en torno a la crisis de Venezuela. Fuentes solventes consultadas por este diario cuentan que las posibles soluciones políticas que se articulan en los despachos de ese país sudamericano y en el exterior se están precipitando. Sostienen que en los próximos días, como apunta Marco Rubio, habrá importantes novedades. Tres son los planes que se están barajando a corto plazo: el Plan País de Juan Guaidó en plena connivencia con la Administración de Donald Trump, el alzamiento de generales chavistas pero no maduristas o tercera vía, y el aferramiento al poder de Nicolás Maduro y sus seguidores. Vayamos en orden inverso en el análisis.
Maduro se atrinchera en Miraflores
El sillón que legó Hugo Chávez a Nicolás Maduro en el palacio presidencial de Miraflores en Caracas tiene imán para el heredero del régimen bolivariano. “De los hombres y mujeres que liberaron este continente del imperio español, heredamos la voluntad inquebrantable de lucha. ¡No nos rendiremos ante ningún imperio!”, escribía Nicolás Maduro el domingo 17 en su cuenta de Twitter, cuenta que gestiona personalmente. Su mensaje y el de sus correligionarios más fieles se fundamenta en la resistencia ante la propuesta de Guaidó y las injerencias extranjeras y en el aferramiento al poder.
Al ministro de Defensa lo acompañan continuamente tres mandos de los servicios de Inteligencia de Cuba, el famoso y temido G2
De acuerdo con fuentes acreditadas, Maduro, presidente ‘de facto’, tiene el respaldo incondicional de la Dirección de Inteligencia de Cuba, cuyos miembros están muy presentes en el día a día de la gestión gubernamental del Palacio de Miraflores y los cuarteles. Como ejemplo, hace unos días, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, recibió la visita de un grupo de generales que le propusieron un pronunciamiento militar coordinado para contrarrestar la obstinación de Maduro y así propiciar una transición pacífica que evitara el derramamiento de sangre en las calles de Venezuela. A Padrino López lo acompañan continuamente tres mandos de los servicios de Inteligencia de Cuba, el famoso y temido G2.
En total, cerca de 25.000 militares y espías cubanos se desempeñan en territorio venezolano. Según señalan a este diario fuentes de Inteligencia, algunos de los mayores expertos cubanos en conseguir información mediante técnicas de tortura están viajando a Venezuela estos días para ponerse al servicio del Gobierno de Maduro.
Cabello, tentado en las últimas semanas por varios generales y exmilitares chavistas para virar el rumbo político, ha declinado esa invitación
Por su lado, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente y considerado como el número dos del Gobierno bolivariano, se define como “revolucionario y chavista radical”. Pero sus relaciones con Maduro no han sido los mejores desde que este accediera al poder en 2013. Coincidió en los cuarteles con Chávez a comienzos de los años noventa. Pronto hubo química entre ambos. Hasta el punto de que Cabello fue uno de los oficiales que participó en la asonada fallida contra Carlos Andrés Pérez de febrero de 1992. Penó casi dos años de cárcel junto a Chávez. Luego, sería un valor fundamental en la campaña electoral que llevó al comandante a la presidencia de Venezuela en febrero de 1999 y estuvo al frente de varios ministerios.
Sin embargo, Cabello, tentado en las últimas semanas por varios generales y exmilitares próximos a Chávez para virar el rumbo político, ha declinado esa invitación. Sus hijos están a salvo de la inestabilidad sociopolítica. Salieron de Venezuela el pasado 22 de febrero vía Cuba con destino final a China, según informó en exclusiva el reportero Vladimir Kislinger. Las fuentes consultadas afirman que Nicolás Maduro y sus colaboradores más leales tienen aviones preparados para salir del país en caso de que la situación empeore hasta amenazar su integridad física. Los dejarán partir.
El caso de Cabello, investigado por la justicia de Estados Unidos por sus supuestos vínculos con el narcotráfico, es una muestra más de la resiliencia de la red clientelar armada por Maduro en torno a los cuarteles. Los oficiales están al mando de las instituciones más importantes del país, incluida la estatal petrolera PDVSA, principal activo económico de Venezuela que preside el mayor general Manuel Quevedo desde 2017. El Departamento del Tesoro de EEUU tambén investiga por blanqueo de capitales y malversación de caudales públicos.
El ahogo económico que provocan las sanciones y la oposición conjunta de la Asambia Nacional y de la mitad de la población hacen poco viable que el régimen de Maduro se mantenga en el poder en el medio y largo plazo, según indica un experto en Inteligencia que participa en las negociaciones secretas internacionales que están bosquejando el destino de Venezuela.
Un chavismo transicional
A la luz de los acontecimientos de las últimas semanas, ex altos cargos del chavismo y algunos generales en mando vislumbran la caída del Gobierno de Maduro en fechas próximas. Son leales al ideal chavista, pero no son acérrimos seguidores del madurismo. Ni mucho menos. No comulgan con la pervivencia del 'statu quo' político y socioeconómico del país, por lo que se están movilizando en diferentes ciudades de América y Europa, incluida España, para buscar una salida a la crisis. Esa solución no contempla la entrega de los principales recursos económicos de Venezuela a empresas estadounidenses como ExxonMobil (petróleo), JP Morgan o Golden Sachs (deuda) o a multinacionales mineras (grandes reservas de oro, diamantes, coltán o bauxita del Arco Minero del Orinoco).
Estos partidarios de una tercera vía, contrarios a seguir radicalmente los postulados de Guaidó y Maduro, apuestan por un pronunciamiento militar que asegure una transición pacífica y democrática, pero que no consista en plagiar el Plan Colombia o Plan para la Paz y el Fortalecimiento del Estado de 1999 que ha supuesto en los últimos años el desembarco de grandes intereses económicos y militares de Estados Unidos en el país vecino. Desde entonces y únicamente en ayuda militar, las sucesivas administraciones de Washington han invertido más de 10.000 millones de dólares en Colombia con la excusa de combatir el narcotráfico. Solo Israel ha recibido una cantidad mayor de Estados Unidas en suministro de material militar, más de 52.000 millones de dólares desde 1999.
Hugo Carvajal ha sido clave para España en el control de los miembros de ETA refugiados en Venezuela al calor del chavismo
Una avanzadilla de este movimiento de la tercera vía fue el pronunciamiento de Hugo Carvajal, general en la reserva, el pasado 21 de febrero. Carvajal, jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) durante más de ocho años, entiende que Maduro ha usurpado el poder en Venezuela. Este oficial ha sido clave para que España tenga controlados a los miembros de la organización terrorista ETA que encontraron en el país caribeño un refugio dorado al calor del chavismo. Además, 'El Pollo' Carvajal ha proporcionado información de extraordinario valor a nuestro país sobre la relación de los etarras con las FARC.
Juan Guaidó no es totalmente ajeno a la diplomacia secreta que maneja la tercera vía para desempantanar la crisis. El pasado domingo, en una entrevista al diario ‘ABC’, el presidente encargado de Venezuela señaló lo siguiente: “Yo sí creo que España es una gran oportunidad para los funcionarios que favorezcan el proceso de transición y quieran recibir garantías y amnistías. Es un lugar ideal y creo que están dispuestos a colaborar con Venezuela”.
Personas involucradas directamente en las negociaciones secretas revelan a El Confidencial que el Gobierno de España ve con buenos ojos que aquellos altos funcionarios y generales que colaboren en un transición pacífica en Venezuela serían bien acogidos en nuestro país. Este mismo lunes, durante una entrevista en COPE, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, rechazó de nuevo “una invasión militar” en el país caribeño e insistió en que la única solución debe ser la política. Es en ese contexto donde cuadra la actual estancia de Rodríguez Zapatero en Venezuela.
Guaidó y Estados Unidos
Donald Trump reconoció a Juan Guaidó como presidente interino desde el minuto uno. Tras su proclamación el pasado 23 de enero, las acciones de Guaidó y la Casa Blanca caminan de la mano. Coordinan toda iniciativa, desde la toma de control de la gestión de Citgo, la filial de PDVSA en Estados Unidos, hasta el ingreso fallido de la ayuda humanitaria USAID en territorio venezolano, pasando por la protección física del propio Guaidó o las sanciones que se suceden contra Venezuela en los ámbitos económico y diplomático.
Las capitales europeas son escépticas sobre ese matrimonio Guaidó-Washington por las consecuencias que puedan conllevar para Venezuela y para otros países de la región como Nicaragua, Bolivia o Cuba. Esto provoca inquietud entre los negociadores de la tercera vía que reprueban una posible intervención militar estadounidense y la colonización ‘de facto’ de los recursos económicos del país sudamericano.
Estos últimos rechazan que el actual Plan Colombia se extienda a Venezuela. Quieren evitar a toda costa que se reedite la injerencia de Washington bajo un modelo similar al intervencionismo vivido en los años setenta cuando Henry Kissinger ejercía como secretario de Estado (1973-1977). En aplicación de la llamada Doctrina Truman (1947), en los setenta y ochenta, el principal objetivo estadounidense en América del Sur y Central fue la eliminación de elementos subversivos para los intereses de Estados Unidos con la excusa de “apoyar a los pueblos libres que resisten a los intentos de sometimiento por parte de minorías armadas o por presiones extranjeras”, en referencia fundamental a las ejercidas por la Unión Soviética en plena Guerra Fría. Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil, Bolivia, Colombia, Panamá y Cuba fueron campos de batalla de esa doctrina aplicada por la Casa Blanca.
Diferentes voces han surgido desde Estados Unidos planteando la intervención militar como una alternativa a la resistencia del Gobierno de Maduro a dejar el poder. El propio Trump manifestó a comienzos de febrero que era “una opción”.
Otro motivo de preocupación entre las negociadores no beligerantes la causa el reciente nombramiento del 'halcón' Elliott Abrams como nuevo representante especial de Estados Unidos para Venezuela. Abrams no es un diplomático cualquiera. Fue el arquitecto de la Guerra de Iraq iniciada en 2003 por George W. Bush. Este político, asimismo, recibió condena por haber sido uno de los diseñadores del escándalo Irán-Contra, operación clandestina por la cual la Administración Ronald Reagan vendió armas a Irán para financiar la guerrillas contrarrevolucionarias de Nicaragua que luchaban contra el Gobierno sandinista en los años ochenta.
Abrams reconoció el pasado 12 de marzo que estaba negociando con España el exilio de altos funcionarios y dirigentes bolivarianos en nuestro país.
Los negociadores en la sombra con los que ha conversado este diario y que abogan por que Juan Guaidó culmine su presidencia interina con la convocatoria de unas elecciones presidenciales en 2019 esperan que rehúya el respaldo a toda intervención militar. También expresan que la voluntad del presidente interino de reinsertar “en el concierto de las naciones libres” para “acelerar la reconstrucción de Venezuela y contar con la ayuda de la comunidad internacional” -expresada en el Plan País- no se traduzca en que el país caribeño se transforme en un virreinato de Washington.
José Luis Rodríguez Zapatero llegó a Venezuela este lunes por la tarde en avión privado, según informó la prensa local. No es una visita más en su labor de mediación. La diplomacia secreta para buscar soluciones al estancamiento político en el país caribeño se avivan.
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