Cada vez hay más incidencias y cada vez se gestionan peor. No hay personal preparado, no hay previsión, no hay protocolos claros. Nadie informa, nadie decide, nadie responde. Y mientras tanto, miles de pasajeros tirados
El jamón, como la legislatura, se le acaba a Sánchez. Ya no sabe de dónde cortar para seguir satisfaciendo las necesidades de sus socios independentistas y prolongar un Gobierno que hace tiempo que se quedó sin resuello
Otra cosa es si Merz tiene la fuerza y el perfil necesario para ejercer de ariete de Europa, tal y como esperan los altos cargos del Partido Popular Europeo. Aquí las dudas son mayores
Se ha insultado hasta el escarnio al empresario, se han demonizado los beneficios, se han introducido rigideces laborales propias de los años ochenta y se ha regulado el comercio y la economía hasta el paroxismo
Es el silencio acomplejado, cuando no cómplice, de algunos destacados miembros del mundo del dinero. No todos. Hay otros que, directamente, se han dado la vuelta
A estas alturas, Puigdemont ya no es el monstruo que se le aparecía por la noche a la derecha española. El 'expresident' se ha convertido en un mal menor, en el sapo que el PP deberá tragarse para ver a Sánchez fuera de la Moncloa
A Junts le ha tocado la lotería del siete y lo está aprovechando para, mientras puedan y sus votos sean necesarios, 'munyir' la vaca, es decir, ordeñar a España, hasta que no le quede una sola gota
No hay hombres de Sánchez. El presidente gobierna de prestado con los que heredó de Rubalcaba, Susana Díaz y de Zapatero, que eran quienes controlaban el aparato. Muchas de las piezas son las mismas, ha cambiado su distribución en el tablero
Moreno Bonilla sabe que un 20% de sus votantes era del PSOE, luego de Ciudadanos y terminó en el PP… pero con ADN socialista. También lo sabe Sánchez. Por eso ha mandado a Montero
La pregunta no es si Europa puede hacer frente a unos EEUU desatados, sino si las democracias liberales pueden hacer frente a las democracias populistas y autocráticas, como la de Donald Trump
Apeado del poder, se quedaría como secretario general del PSOE con un mandato de cuatro años, sin alternativa posible y con las manos libres para hacer frente a un Gobierno que será efímero, piensan en Ferraz