Iglesias, en 'Salvados': "Lo de Puigdemont no es igual de reprobable que lo que hizo el Rey"

El primer año del Gobierno de coalición ha ratificado algunos prejuicios en el vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, como que "estar en el Gobierno no es estar en el poder" y que en política "hay que desconfiar siempre", incluso de sus socios en el Ejecutivo. Pero esta experiencia también lo lleva a concluir que se deben normalizar las discusiones entre los socios y que "la mayoría histórica lograda para los Presupuestos demuestra que este Gobierno va a acabar la legislatura". Así lo ha asegurado esta noche en una entrevista en el programa 'Salvados' de La Sexta, donde Iglesias no solo ha repasado de la mano del periodista Fernando González 'Gonzo' el primer año del Ejecutivo de coalición, sino que también ha entrado al fondo en cuestiones relacionadas con la política catalana —la entrevista se realizó el pasado miércoles, antes de que se suspendiesen las elecciones del 14-F— hablando sin ambages desde su despacho de la vicepresidencia segunda, por ejemplo, de que el 'expresident' de la Generalitat Carles Puigdemont es un exiliado.

Con el retrato de Felipe VI presidiendo su despacho, Iglesias ha comenzado asegurando: "Yo soy republicano y aspiro a que España sea una república". De ahí a afirmar que "lo que hizo Puigdemont no es igual de reprobable moralmente que lo que hizo Juan Carlos I". "No comparto los objetivos políticos de Puigdemont, pero si está en Bruselas no es por robar dinero a nadie, ni por intentar enriquecerse ni meter la mano en el bolsillo de nadie, sino por llevar sus ideas políticas hasta un extremo por vías erróneas no indiferentes al derecho. De alguna manera, se ha jodido la vida para siempre por sus ideas políticas, que yo no comparto, y no creo que sus actos como 'president' sean indiferentes al derecho", sostiene, para concluir que si Juan Carlos I "presuntamente ha robado o utilizado tarjetas 'black', creo que la consideración moral es completamente diferente".

Las referencias a Puigdemont como exiliado no son, en cualquier caso, vacuas. A la pregunta del entrevistador de si consideraba a Puigdemont un exiliado comparable con los exiliados republicanos durante el franquismo, Iglesias responde afirmativamente. "Pues creo que sí. Eso no dice que comparta lo que hizo, pero que lo que hizo fue motivado por sus convicciones, sí", argumenta, para añadir que "fue un error y creo que, aunque tenga mayoría, el Govern no tiene legitimidad para decidir unilateralmente la independencia". Con todo, asegura que ni lo defiende ni lo justifica, para insistir en que no cree "que su actuación sea indiferente a derecho".

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Siguiendo en clave catalana, y con un tono de campaña electoral que tras la suspensión de los comicios deberá esperar cuatro meses más, el vicepresidente segundo defiende también los indultos. Íntegros, incluso para facilitar el ejercicio de cargos de representación política: "Los líderes presos deberían estar no solo libres, sino representando a la ciudadanía que les ha votado". Según Iglesias, el conflicto catalán no se puede solucionar "con cárcel, persecución de jueces o intervenciones policiales", sino mediante la política.

Sobre su experiencia en el Gobierno, ha abundado en las presiones de los poderes económicos y de "sus brazos mediáticos", hasta el punto de referirse a una "democracia limitada". "Tenemos un sistema democrático, pero limitado por los poderes que ponen trabas a que la voluntad de la gente pueda expresarse", ha afirmado. Presiones que ha asegurado recibir a diario de unas élites económicas, dice, "que no están dispuestas a aceptar una decisión, por muy democrática que sea, si afecta a su riqueza y su poder". Concretamente, ha señalado a la patronal inmobiliaria, contraria a la regulación de los precios de los alquileres o a la paralización de los desahucios, llegando a afear que algunos ministros, sin concretar cuáles, "hacen suyos los argumentos" de estos 'lobbies'.

Iglesias se ha aferrado en todo momento al cumplimiento del acuerdo de gobierno como una máxima, y en esta línea ha avanzado que seguirá presionando a sus socios de Gobierno para bajar la factura de la luz. Pero lo firmado en el acuerdo de coalición también lo ha llevado a asegurar que no apoyará la reforma de las pensiones que promueve el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Ecrivá, consistente en ampliar el cómputo para las cotizaciones de los 25 a los 35 años. Una línea roja programática, ha dicho, mostrándose incluso favorable a votar en contra de esta medida en el Congreso. "Nuestra lealtad es con el acuerdo de gobierno", ha advertido, para explicar que este no recoge recortes en pensiones.

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Tratando de naturalizar las discusiones en el seno del Gobierno, Iglesias incluso ha afirmado que las tensiones "son condición de posibilidad" para arrancar acuerdos al presidente del Gobierno o acelerar la implementación de compromisos programáticos. "Para que se cumplan, hace falta presionar, incluso dentro del Gobierno". Eso sí, asumiendo que "tenemos posiciones distintas y a veces, como socios minoritarios, tenemos que asumir que se impone la voluntad del socio mayoritario".

Tensiones, sin embargo, que ha negado que vayan a generar una crisis de Gobierno entre socialistas y morados. "Este Gobierno no va a caer", ha aseverado, para concluir que "eso es lo que querría la derecha". No ha negado que se vayan a seguir teniendo "muchas discusiones" en el seno del Ejecutivo, pero con la convicción de que "la mayoría histórica lograda para los Presupuestos demuestra que este Gobierno va a acabar la legislatura".