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El Congreso orilla la pandemia para confrontar dividido en dos bloques
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El Congreso orilla la pandemia para confrontar dividido en dos bloques

Sánchez cumple el trámite de dar cuenta del estado de alarma, sin novedades y sin aclarar las medidas sociales que exige UP y Casado le reprocha sus acuerdos con ERC y Bildu

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)

Pedro Sánchez llevaba desde antes del verano sin comparecer en el Pleno del Congreso para un debate monográfico sobre la pandemia, porque tras las dos últimas declaraciones de estado de alarma envió al ministro de Sanidad a la Cámara. Este miércoles ha comparecido uniendo el balance de casi dos meses del estado de alarma que acabará el 9 de mayo, la explicación de tres cumbres europeas y la última sesión de control al Gobierno del año. El presidente ha cumplido cómodo el trámite con un discurso intrascendente, el último hasta dentro de dos meses, en el que ha repetido seis veces la expresión recurrente de la “moral de victoria” y otras frases de autoyuda como "el amor es mucho más poderoso que el odio".

Ha sido como una especie de debate sobre el estado de la nación, de los que había hasta 2015, pero en tono muy menor por la falta de concreciones o de anuncios de futuro y por la forzada mezcla de asuntos ajenos a la pandemia que lleva camino de acabar con la vida de unas 80.000 personas en 2020. "¡Vaya porrusalda de debate!", ha sentenciado Aitor Esteban (PNV), en referencia al guiso de puerros en el que "cada uno echa lo que quiere".

Foto: El ministro de Sanidad, Salvador Illa. (EFE)

Casi 80.000 muertos no ameritan un debate monográfico en el Pleno del Congreso, porque se ha terminado hablando de todo y, solo de paso, de la pandemia. El largo pleno ha incluido bronca y gritos desde los escaños del PP, interrumpiendo en varias ocasiones al presidente del Gobierno.

El debate ha servido para volver a visualizar los dos bloques irreconciliables de la Cámara: el que ha apoyado los Presupuestos, con PSOE, Unidas Podemos, PNV, Bildu y ERC, entre otros, que extenderá el respaldo a Sánchez durante un tiempo y el de la oposición de PP, Vox y Ciudadanos que rechaza toda la gestión del Gobierno. Entre ambos, se han cruzado reproches y, especialmente, uno que últimamente es utilizado de forma habitual por casi todos en sus enfrentamientos: el de golpismo. Vale para reprochar el bloqueo del CGPJ, para su reforma legal, para el independentismo y para cualquier otra discrepancia. Incluso, Gabriel Rufián ha señalado golpistas en la Justicia y en los medios de comunicación.

Por no aclarar, Sánchez no ha aclarado ni las incógnitas abiertas sobre medidas sociales próximas y que son objeto de disputa abierta y pública entre la parte socialista del Gobierno y la parte de Unidas Podemos. Es decir, escudo social, desahucios, salario mínimo, pensiones y reforma laboral, entre otras. El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha emplazado al presidente del Gobierno a aprobar esas medidas. Cabe recordar que en ese Consejo de Ministros se sientan represetantes de Unidas Podemos.

Tampoco ha sido nueva la dura réplica de Pablo Casado, ni el posterior debate entre el Gobierno y el líder de la oposición. “Baje del Falcon. Mire a los ciudadanos a la cara. Este es un Gobierno arrogante que no reconoce los errores”, le ha dicho Casado, con enmienda de totalidad a la gestión de Sánchez, especialmente, la de la pandemia. "En Alemania llora una estadista, en España se ríe un frívolo", ha dicho.

Casado también ha recogido todos los temas pendientes de los últimos meses con una mezcla de reproches, desde los “vuelos pateras” de Canarias a la Península, la okupación, las relaciones con Marruecos, Venezuela, Bolivia, la Justicia y mucha ETA, entre otros muchos asuntos. Todo mezclado.

Le ha reprochado que pacte con Arnaldo Otegi, equiparándolo de nuevo a que el presidente francés pudiera pactar con los responsables de atentados; que acuerde los indultos con los independentistas catalanes o que quiera reformar el Consejo General del Poder Judicial.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión de control. (EFE)

Y, por supuesto, la monarquía, porque Casado le ha pedido a Sánchez que rechace lo que considera “ataques” de miembros del Gobierno al Rey. “Dé la cara como Merkel y sienta como ella, con lágrimas, lo que está pasando. Usted no sabe dónde va, solo le interesa el poder. Usted es presidente, pero no tiene Gobierno. Ha elegido a los radicales y ha denigrado a los moderados”, le ha reprochado.

El presidente del Gobierno ha esperado a que hablaran todos los portavoces para responder en bloque e un turno de más de hora y media. Para asegurar primero que hay que evitar la “falsedad y el oportunismo” y, obviamente, defender su gestión con el argumento cuantitativo de las reuniones y las comparecencias en las que ha participado. Ha ironizado sobre la llegada a España de la "república soviética y bolivariana" y ha arremetido contra Casado por incumplir la Constitución al bloquear la renovación de las instituciones.

"Su agenda es lunática, con problemas fantásticos, y sobre una dictadura que nadie ve por ninguna parte", le ha dicho a Casado, antes de garantizarle que "la libertad en España no corre peligro, ni habrá dictaduras socialcomunistas, ni franquistas como las que defienden sus socios", en referencia a Vox. Y ahí se ha lanzado para mostrar al PP como partido vinculado a la ultraderecha.

Sánchez ha defendido en su discurso inicial el instrumento del estado de alarma para combatir la pandemia, se ha felicitado de la aprobación de los Presupuestos para dar estabilidad y ha repetido seis veces lo de la “moral de victoria”, en un discurso desordenado y sin novedades.

El presidente se ha felicitado de que España esté mejor que otros países europeos, para concluir: “Hay que sacar lecciones: primero que todos los gobiernos debemos ser humildes, nadie está libre del repunte. Segunda, que el estado de alarma funciona porque ha conseguido doblegar la curva, desde la unidad y el peso absoluto de la evidencia, salvando vidas y empleos y, la tercera, que quienes han cuestionado el estado de alarma deberían reconsiderar su postura y arrimar el hombro”.

Solo al principio ha incluido alguna referencia sombría sobre una posible tercera ola próxima y la opción de aprobar nuevas medidas restrictivas para la Navidad, aunque queden solo ocho días para la Nochebuena. Pero siempre dejando la responsabilidad a las comunidades autónomas, en función de la cogobernanza. “No podemos tirar todo por la borda”, ha dicho Sánchez, para concluir con referencias al “inicio de la senda de recuperación” y menciones a la vacuna, aunque no haya dado dato nuevo alguno.

Santiago Abascal (Vox) ha arremetido contra la política de migración, vinculándola a la delincuencia, el terrorismo y la transmisión del coronavirus, y ha pedido elecciones. Ha llamado al Gobierno "banda de salteadores de caminos". Sánchez le ha respondido ridiculizando su "agenda marciana" y sus palabras sobre el "virus chino" y las conspiraciones mundiales.

Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, ya claramente situada en el bloque de oposición tras el portazo sobre los Presupuestos, ha reprochado a Sánchez la falta de empatía ante la pandemia, también con duras críticas al Gobierno y su gestión. Obviamente, le ha afeado que sus socios sean Arnaldo Otegi, que será juzgado por relación con ETA, y Oriol Junqueras, en prisión por sedición. Y el presidente del Gobierno ha criticado a Ciudadanos por no pactar y por "no saber dónde va".

Foto: Arnaldo Otegi. (EFE)

Gabriel Rufián (ERC) casi ha empleado más tiempo en hablar de Joe Biden que en todo lo demás. El presidente del Gobierno le ha agradecido el apoyo a los Presupuestos.

En el bloque de apoyo al Gobierno, la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, ha arremetido contra la Justicia por haber ordenado repetir el juicio contra Arnaldo Otegi y ha cuestionado que en España se viva en democracia, para terminar reivindicando el camino a una República vasca.

Así, cada uno puso su ingrediente en el guiso del que habló Aitor Esteban y, solo de forma colateral, se habló de la pandemia.

Pedro Sánchez llevaba desde antes del verano sin comparecer en el Pleno del Congreso para un debate monográfico sobre la pandemia, porque tras las dos últimas declaraciones de estado de alarma envió al ministro de Sanidad a la Cámara. Este miércoles ha comparecido uniendo el balance de casi dos meses del estado de alarma que acabará el 9 de mayo, la explicación de tres cumbres europeas y la última sesión de control al Gobierno del año. El presidente ha cumplido cómodo el trámite con un discurso intrascendente, el último hasta dentro de dos meses, en el que ha repetido seis veces la expresión recurrente de la “moral de victoria” y otras frases de autoyuda como "el amor es mucho más poderoso que el odio".

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