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¿Vuelve el MPAIAC? El aviso independentista del 'polvorín' canario no es lo que parece
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INTRAHISTORIA DEL NACIONALISMO INSULAR

¿Vuelve el MPAIAC? El aviso independentista del 'polvorín' canario no es lo que parece

La situación crítica del archipiélago llevó a Oramas a amenazar con un retorno del partido africanista con brazo armado en el Congreso. ¿Qué significa esto para Canarias y España?

Foto: Inmigrantes marroquíes, frente a la Delegación del Gobierno en Las Palmas. (EFE)
Inmigrantes marroquíes, frente a la Delegación del Gobierno en Las Palmas. (EFE)

“No hay trabajo. No hay comida. ¿Somos España? ¿Somos Europa? ¿O es que Canarias tiene que tener un partido independentista y resucitar el MPAIAC para que este Gobierno le haga caso? ¿Es que la Unión Europea no considera a Canarias Europa y territorio continental? ¿Es que tenemos que ir a la Unión Africana, a Mauritania, a Marruecos, a Argelia, para que resuelva al drama humanitario y el drama social de Canarias? Canarias es un polvorín. Canarias es un volcán. Canarias es razón de Estado”.

Si alguien necesita una prueba de que España tiene poca memoria, quizá no haya mejor ejemplo que el que la apelación de la congresista de Coalición Canaria, Ana Oramas, al fantasma del Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) en el Congreso haya pasado prácticamente desapercibida. Aún más si tenemos en cuenta que en las últimas semanas, el pacto con Bildu ha estado en boca de toda la oposición. Solo hay un gesto que aparentemente muestra el impacto de las palabras: el cruce de sorprendidas miradas entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez tras escuchar “MPAIAC”. Merece la pena ver el vídeo: corran al segundo 34.

En el imaginario canario, el MPAIAC ha quedado como un lejano recuerdo vinculado con la lucha armada, articulada a través de las Fuerzas Armadas Guanches y los Destacamentos Armados Canarios. Según a quién se le pregunte, se le atribuyen entre uno y 584 muertos. La diferencia de 583 víctimas se explica por la tragedia del aeropuerto de Los Rodeos de 1977, el mayor accidente de la historia de la aviación, en teoría provocado de manera indirecta por un paquete bomba colocado por el MPAIAC en el aeropuerto de Gran Canaria, que provocó el desvío de los vuelos a Tenerife y la congestión que ocasionaría el accidente.

Antonio Cubillo fue el fundador y principal ideólogo de una organización independentista que, a diferencia de lo que había ocurrido en otros movimientos en las islas, miraba a África y no a Latinoamérica. Pero siempre negó la implicación en aquella tragedia. “Nosotros pusimos bombas. En cantidad. Claro. ¡Cómo vamos a negar lo que fue! Ahora, no tuvimos nada que ver con el accidente de Los Rodeos [se dijo por aquel entonces que una amenaza de bomba en Gando obligó al jumbo de la KLM estrellado a desviarse a Tenerife]. Nunca se supo lo que pasó realmente con lo de la bomba en Gando”, explicaba en ‘El Día’ en 2005, siete años antes de morir.

Cubillo es uno de esos personajes que el tiempo casi ha olvidado y que recoge los claroscuros de la época. Fue acuchillado en 1978 por dos legionarios en Argel, lo que le dejaría casi inválido y llevaría a la cárcel a José Luis Espinosa Pardo, confidente del 'supercomisario' Roberto Conesa, por organizar el asesinato del líder independentista. En 1979, fue expulsado de su propio partido, y terminaría recibiendo 150.000 euros del Ministerio del Interior, condenado por la Audiencia Nacional. La víctima mortal atribuida al MPAIAC fue el artificiero de la policía Rafael Valdenebro, que falleció al intentar desactivar una bomba colocada en San Cristóbal de La Laguna en febrero de 1978.

placeholder Antonio Cubillo, en 2009. (EFE)
Antonio Cubillo, en 2009. (EFE)

Dejando a un lado la polémica histórica, las palabras de Oramas suenan a amenaza, apelando a un hipotético retorno del independentismo canario —de raíz africanista, para más inri— como reacción tanto a la crisis humanitaria como a una crisis económica que es coyuntural, por la importancia que el turismo tiene en las islas, y estructural: la tasa de desempleo en la Comunidad es de un 25%, la más alta de España.

Lo volvió a repetir Oramas en una entrevista con ‘El Mundo’: “Los gobiernos solo cumplen con Canarias cuando necesitan sus votos. Para resolver el hambre, la miseria, la pobreza, la inmigración y el paro nos tenemos que hacer independentistas”. Sin embargo, hay mucho más de lo que parece a simple vista debajo de ese retorno de la nación canaria.

Que viene el lobo

Todas las suspicacias pueden resumirse en una pregunta cuya respuesta ayuda a entender el panorama político canario: ¿qué pinta un partido como Coalición Canaria sacando del armario el fantasma del MPAIAC, africanista y descolonizador? ¿Y apelando a la Unión Africana? Consultamos a Domingo Gari-Montllor Hayek, profesor de la Universidad de La Laguna, autor de ‘Los fundamentos del nacionalismo canario’', clásico de 1992, y uno de los grandes estudiosos del tema.

P. ¿Cómo lee las declaraciones de Oramas?

R. Sus palabras me suenan no a que quisiera decir que hay que resucitar el MPAIAC, sino a que no sería un escenario deseable. En cualquier caso, esta gente representa respecto al nacionalismo una impostura histórica. Coalición Canaria no es un partido nacionalista, porque no usa el lenguaje del nacionalismo ni todos los elementos que lo configuran. Ni siquiera sé si llegan a regionalistas. Los tildaría, siendo muy generoso, de insularistas, porque la cuestión de la disputa entre Gran Canaria y Tenerife explica buena parte del surgimiento de Coalición Canaria. Ella no tiene nada que ver con esta tradición, es antagónica. El portavoz de Coalición Canaria en el Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, dijo que “no somos negros, somos españoles para que nos trate tan mal el gobierno de Madrid”. Esa es la lógica: “No somos negros está en la misma cuerda ideológica que “a ver si va a venir el MPAIAC”. Oramas dijo también a ver si vamos a tener que pedir a Marruecos y Mauritania el apoyo que no nos dan. Es una frase muy cínica, porque para ellos, cuanto más alejados de África, mejor.

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Tres detalles significativos para entender la situación. Uno, la discutible caracterización de Coalición Canaria como partido nacionalista que Francisco Pomares, periodista, profesor de la Universidad de La Laguna y miembro del Instituto de Estudios Canarios narró en su tesis doctoral. “La creación de Coalición Canaria, partido que ha gobernado Canarias ininterrumpidamente desde 1993, ha intentado ser explicada por sus actuales líderes y propagandistas como resultado de una estrategia conscientemente dirigida a crear una fuerza política de ideología nacionalista, que entroncara con el nacionalismo canario de finales del siglo XIX, estrategia que habría sido diseñada entre 1982 y 1996 por los dirigentes de los partidos que acabaron por integrar la coalición”, resumía. “Este trabajo pretende demostrar que tal explicación es un constructo ideológico muy posterior a la creación de Coalición Canaria, y que esa fuerza política surge como resultado de la voluntad de las élites locales e insulares de Canarias —especialmente las de Tenerife— por hacerse con el control del poder regional, así como del proceso espontáneo de reorganización política que llevó a dirigentes políticos ‘descolgados’ tras la voladura de UCD, a organizarse en nuevos partidos, grupos de obediencia exclusivamente municipal y agrupaciones electorales de carácter centrista”.

"Existe la idea de que el Estado no tiene ni idea de cómo funciona Canarias. Es cierto, pero las élites políticas también se han aprovechado"

Responde de nuevo Gari-Montllor:

“Lo que no debes olvidar en ningún momento que CC es un partido insularista, no nacionalista. El insularismo no es defender una isla, sino una arquitectura de política de defensa de los intereses de las clases tradicionalmente dominantes en las islas, que se constituyen como dominantes en confrontación con sus homólogos de la otra isla poderosa con la que tienen que competir en términos de inversiones o influencia muy importante. Tiene un componente muy importante de ideología negativa, porque el insularismo impide la construcción de una unidad política en el archipiélago”.

En ese nacimiento, recuerda el profesor, se conjugan hasta 11 partidos diferentes, que asumía de forma central a los rebotados de la UCD pero que integraba tanto tendencias más socialdemócratas como a figuras como Luis Nardones Sevilla, antiguo gobernador civil de Tenerife, que provenían de la política de la última dictadura.

P. Entonces, ¿por que la apelación al MPAIAC?

R. Las clases dirigentes canarias son especialistas en demandar atención del gobierno central. También es cierto que en Canarias existe a lo largo de la historia la percepción de que el aparato del Estado no tiene ni idea de cómo funciona esto, le queda lejos, llega tarde a todas las cuestiones… Tiene una parte de verdad, pero también que las élites políticas de aquí, y Oramas forma parte de ellas, siempre han usado esa condición para reivindicarse como los interlocutores preferenciales con Madrid. Es un discurso bien perverso, porque si quieres que te respeten tienes que tomar un discurso coherente, unitario para toda Canarias, con unas demandas claras de qué es lo que necesita tu territorio. Nunca lo hacen.

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Segundo detalle: el pleito. No es un concepto abstracto, sino tan constatado en la realidad canaria que bien podría escribirse con mayúscula: según su propia entrada en Wikipedia, se trata del “enfrentamiento que han protagonizado a lo largo de los últimos siglos la burguesía de las islas de Tenerife y Gran Canaria por la hegemonía económica, política, institucional e incluso religiosa dentro del archipiélago canario”.

Así lo resumía Pomares en una columna publicada este marzo en ‘El Día’: “La característica fundamental que define ese proceso es el pleito insular, en sus distintas versiones, omnipresente tanto en anteriores etapas de la historia de Canarias como en la actualidad. El pleito ha condicionado negativamente aspectos como la elaboración del Estatuto, el equilibrio de sedes, universidades, empleo público e inversiones, y los conflictos dentro de los partidos y entre ellos, especialmente los producidos en una organización como Coalición Canaria, con un importantísimo peso de fuerzas que se han definido a sí mismas como insularistas, y que llevó a la escisión del nacionalismo canario en dos grupos falsamente caracterizados, uno como de derechas (ATI, Agrupación Tinerfeña de Independientes y sus satélites) y otro de izquierdas (Nueva Canarias)”.

placeholder MPAIAC.
MPAIAC.

Añade Gari-Montllor: “Desde fuera, puede parecer que son todos iguales, pero son bastante distintos. Verás que la posición de Pedro Quevedo de Nueva Canarias, de Gran Canaria, es más progresista que la de CC. ¿Qué ocurre? Que Nueva Canarias en Tenerife no tiene mercado electoral, porque lo copa CC. La tradición militante que conforma el grupo de poder dentro de CC viene de la UCD. Mientras que la que conforma el núcleo de Nueva Canarias viene de las organizaciones de la izquierda nacionalista de la época de la Transición”.

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Tercer detalle: el carácter africanista y desconolizador del MPAIAC, que consiguió financiación de naciones del norte del continente y sintonizaba con el panafricanismo de la Organización para la Unidad Africana (OUA). El reducto de una época que es muy difícil de comprender —incluso de simplemente investigar— desde la distancia de 2020.

“Son los primeros que africanizan las islas desde el punto de vista político”, relata el historiador. “Pero Ana Oramas sale corriendo de ese escenario. Coalición Canaria, hasta que apareció la derecha tipo Vox o incluso el PP, que aquí fue muy flojito durante mucho tiempo (al menos en Tenerife), siempre representó la derecha tradicional nacional católica, son nacionalistas españoles. Tú nunca oirás a un dirigente del PNV hablar del País Vasco en términos de la ‘región vasca’, pero aquí nunca hablan de la nación canaria.

"El MPAIAC consiguió ser apoyado por la Organización para la Unidad Africana y dirigentes como Seku Turé o los argelinos"

P. ¿Ha sido el MPAIAC justamente olvidado?

R. Ha caído en la desmemoria no solo el MPAIAC, sino el grueso de todas las personas que en Canarias participaron en la lucha antifranquista. Todas han desaparecido de la memoria colectiva, excepto por los que lo vivieron, que tienen más de 60. El MPAIAC era una organización más y todas han caído en el olvido, sobre todo protagonistas muy destacados que purgaron cárcel o fueron torturados. El MPAIAC destacó en las relaciones internacionales, consiguió ser apoyado por la OUA y algunos destacados dirigentes como Seku Turé de Guinea o los argelinos. Ese fue su éxito junto a la emisión de la Voz de Canarias Libre, que se emitía desde Argel. Pero el MPAIAC fue un agente más.

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En el panorama de la Transición, recuerda el historiador, quizá hubiese sido más razonable desde el punto de vista de CC rescatar a la Unión del Pueblo Canario (UPC), una coalición de partidos nacionalistas, independentistas e izquierdistas que llegó a ocupar el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria con Manuel Bermejo y a enviar un diputado al Congreso, Fernando Sagaseta. Llegó a ser la tercera fuerza política canaria antes de terminar disuelta. “¿Por qué no usas eso y sí el MPAIAC, una herencia que siempre has denostado?” Pero si no es aquí, ¿dónde está el nacionalismo canario?

La carambola independentista

Para hacerse independentistas, primero debería haber un independentismo canario. No es que no exista: el pasado año, algunas corrientes secesionistas canarias se unieron en Ahora Canarias, que obtuvo unos discretos resultados electorales tanto en las elecciones a las Cortes Generales (0,21% en noviembre, 0,29% en marzo) como para el Parlamento de Canarias (un 0,28%).

Foto: Manifestación independentista en Canarias.

“Políticamente, el nacionalismo está fracturado en multitud de organizaciones pequeñas y bastante sectarias. No creo que haya una gran posibilidad de rebrote. De independentismo, seguro que no. Nacionalismo, bueno. Podría llegar a haber si llegasen a un acuerdo táctico entre toda la multitud de pequeñas organizaciones independentistas que llegase a un nivel de representación importante, pero que aun así sería minoritario: un 7-10% de apoyo electoral, pero nada más”, valora Gari-Montllor.

La única gran alternativa es Nueva Canarias, que en opinión del historiador “es la única organización que se mueve en esos ámbitos”. “El vicepresidente del Gobierno Canario es Román Rodríguez, de Nueva Canarias, y pueden utilizar esa proyección desde el gobierno para consolidarse en otras islas. Si consolidan Tenerife tanto como Gran Canaria, podrían dar un salto cualitativo muy importante. El problema es que el electorado que ha tenido hasta ahora Nueva Canarias vota en Tenerife a Coalición Canaria. Si consolida en Tenerife 100.000 votos sí podría surgir un gran proyecto nacionalista en la línea de una mezcla entre PNV y Compromís, con una parte muy programática y utilitaria con un mayor componente social. Sería por ahí la salida nacionalista, pero lo tienen muy difícil”.

La gran paradoja del independentismo canario, común al de otras regiones: la clave no es que exista, sino la posibilidad de que algún día pueda hacerlo.

“No hay trabajo. No hay comida. ¿Somos España? ¿Somos Europa? ¿O es que Canarias tiene que tener un partido independentista y resucitar el MPAIAC para que este Gobierno le haga caso? ¿Es que la Unión Europea no considera a Canarias Europa y territorio continental? ¿Es que tenemos que ir a la Unión Africana, a Mauritania, a Marruecos, a Argelia, para que resuelva al drama humanitario y el drama social de Canarias? Canarias es un polvorín. Canarias es un volcán. Canarias es razón de Estado”.

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