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Correos se muestra incapaz de seguir el rastro de la tarjeta de Dina por Europa
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EL JUEZ PLANEA VIAJAR A GALES

Correos se muestra incapaz de seguir el rastro de la tarjeta de Dina por Europa

El juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, indaga en la empresa a la que la pareja de Dina Bousselham envió la tarjeta destruida en 2017 para intentar recuperar su contenido

Foto: La exasesora de Podemos Dina Bousselham (i), a su llegada a la Audiencia Nacional. (EFE)
La exasesora de Podemos Dina Bousselham (i), a su llegada a la Audiencia Nacional. (EFE)

La tarjeta del móvil de Dina Bousselham recorrió Europa a lo largo de 2017. El juez Manuel García-Castellón, instructor del caso Villarejo, está investigando si Pablo Iglesias destruyó la micro-SD antes de devolvérsela a su exasesora y, en el marco de estas pesquisas, pone el foco en la empresa de Madrid con la que la pareja de Bousselham se puso en contacto para recuperar los archivos dañados hace tres años. La sociedad cuenta con sedes tanto en Cardiff como en Berlín, y todo apunta a que la tarjeta pasó por ambas ciudades antes de volver a España. Correos, sin embargo, se muestra incapaz de seguir el rastro de la misma en Alemania. A falta de que avance la investigación, la prueba es clave para decidir si procede o no mandar el caso al Supremo, competente para investigar al vicepresidente segundo, que es aforado.

Para entender este recorrido por Europa, hay que remontarse al 1 de noviembre de 2015, cuando Bousselham y su pareja, Ricardo Sá Ferreira, sufrieron un supuesto hurto en el Ikea de Alcorcón y, entre otras pertenencias, perdieron el móvil de ella. Dos meses después, la micro-SD llegó a 'Interviú', que decidió no publicar nada. Antonio Asensio, presidente del Grupo Zeta, editora de la revista, llamó a Iglesias y le devolvió la tarjeta el 20 de enero de 2016, fecha en que el líder de Podemos comprobó el contenido de la misma en la redacción. Días después, José Manuel Villarejo se enteró de que tenían esta información y se la pidió al director de la publicación, Alberto Pozas, que lo interpretó como un requerimiento policial y le entregó un USB con el contenido que había guardado en su ordenador.

Foto: Ilustración: El Herrero.

En lugar de avisar a Bousselham de que había recuperado la tarjeta, Iglesias se quedó la misma durante meses y, cuando finalmente se la dio, la micro-SD ya había sido destruida. El uso que pudo hacer de la información durante los meses que la tuvo en su poder es uno de los pilares sobre los que se apoya su posible imputación por un delito de revelación de secretos, a lo que se suma la sospecha de que incurriera en otro de daños informáticos: si el vicepresidente tuvo acceso a la información y meses después entregó la tarjeta destruida, el magistrado considera que cabe investigar este posible delito, cuya autoría todavía debe aclararse. Para aclarar quién se encuentra tras la destrucción de la micro-SD, el magistrado comenzó a investigar los correos que la pareja de Bousselham escribió en 2017 para recuperar su contenido.

Los mensajes en cuestión se enviaron a una empresa de Madrid llamada Recuperación Express, que el pasado 26 de mayo envió una serie de documentos a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional para explicar en qué consistió su relación con Ferreira. En estos escritos, a los que ha tenido acceso El Confidencial, explican que la pareja de Bousselham les envió la tarjeta destruida en septiembre de 2017. "La tarjeta fue recogida por DHL [transportista] y enviada a nuestra sede central en el Reino Unido. La tarjeta llegó al laboratorio central el 29 de septiembre de 2017. Una vez asignada a un ingeniero, empezaron los procesos de diagnóstico gratuito para comprobar el estado de la tarjeta e intentar la recuperación de los datos de la misma", explica Recuperación Express en el escrito remitido a la Policía.

En Reino Unido, la conclusión de sus técnicos fue clara: "La tarjeta no es recuperable con técnicas normales y precisa de una recuperación avanzada de nuestro equipo especializado en memorias 'flash". El 2 de octubre de 2017, la empresa escribe de nuevo a Ferreira para avisarle del coste que conllevaría el servicio —más de 600 euros— y le avisan de que la recuperación de los archivos no está garantizada, momento en el que la pareja de Bousselham decide dar marcha atrás: "Nos comunica el 18 de octubre que procedamos con la opción 2. Devolución de la tarjeta por correo ordinario gratuito, ya que no dispone de este presupuesto". La micro-SD salió entonces del laboratorio por correo ordinario el 30 de octubre de 2017 y puso rumbo a una dirección de Parla, en Madrid, facilitada por el propio Ferreira.

Este recorrido, sin embargo, deja en el aire otra incógnita: en marzo de 2019, cuando Bousselham se personó como perjudicada en la causa, presentó ante la Audiencia Nacional la tarjeta en un sobre con un matasellos alemán. "Intenté recuperar la tarjeta para mandarla, en este caso a Berlín, que no lo hice nunca, y la dejé en el olvido", declaró la propia Bousselham en su primera comparecencia ante el magistrado en 2019. Los investigadores han confirmado posteriormente que su pareja sí envió la tarjeta, pero el camino indicado por Recuperación Express pasa por Reino Unido y no por Alemania, por lo que Asuntos Internos solicitó el pasado 28 de mayo a Correos que aclarara el remitente, la fecha y lugar de España por el que entró el sobre que la propia Bousselham presentó ante el juzgado.

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La respuesta llegó el pasado 1 de junio y es incompleta: "Se trata de un envío ordinario. Este tipo de cartas no se admiten mediante resguardo y por lo tanto no existe documentación disponible para efectuar la consulta e informar sobre lo solicitado". Pese a ello, Correos sí logró varios datos a partir de "la impresión naranja [cronomarca] que figura en el sobre original del envío", en el que aparecen una serie de cifras que hacen referencia a la "máquina de clasificación automática" por la que pasó antes de llegar supuestamente a la pareja de Bousselham: "Únicamente podemos indicar que el mencionado envío fue clasificado el día 4 de noviembre, a las 17:15 horas, por una máquina del CTA de Madrid para encaminarlo a su destino".

En cuanto a la dirección de Berlín facilitada por los investigadores a Correos, la empresa apunta que "no constan envíos relacionados" con la misma, pero al mismo tiempo advierte de que pueden no haber quedado registrados por tratarse de "envíos ordinarios". Además explica que, según consta en su base de datos, la dirección está relacionada con "datos referentes a Recuperación Express", con lo que tanto el sobre como los correos enviados por la pareja de Bousselham llevan a la misma empresa. La duda pasa entonces por averiguar qué pasó desde que la tarjeta abandonó el laboratorio de Reino Unido el 30 de octubre de 2017 hasta que llegó a la máquina de Correos de Madrid el 4 de noviembre, a lo que se suma la incógnita de por qué pasó por Alemania en lugar de llegar de forma directa a España.

En un intento de rellenar estos huecos, el magistrado planea ahora viajar a la sede de la empresa en Gales para acelerar la investigación. A la vista de que el líder de Podemos tuvo la tarjeta durante meses sin que ella lo supiera y, cuando finalmente se la entregó, esta se encontraba dañada, el viaje puede resultar esencial a la hora de decidir si manda al vicepresidente al Supremo por un posible delito de revelación de secretos y otro de daños informáticos. Por el momento, el juez considera tres aspectos probados: "Pablo Iglesias Turrión tuvo en su poder la tarjeta de Dina Bousselham antes de que se crearan los archivos hallados en poder de José Manuel Villarejo Pérez". "Pablo Iglesias Turrión ocultó a Dina Bousselham la posesión de la tarjeta de memoria". "Pablo Iglesias Turrión devolvió dañada a Dina Bousselham su tarjeta de memoria".

La tarjeta del móvil de Dina Bousselham recorrió Europa a lo largo de 2017. El juez Manuel García-Castellón, instructor del caso Villarejo, está investigando si Pablo Iglesias destruyó la micro-SD antes de devolvérsela a su exasesora y, en el marco de estas pesquisas, pone el foco en la empresa de Madrid con la que la pareja de Bousselham se puso en contacto para recuperar los archivos dañados hace tres años. La sociedad cuenta con sedes tanto en Cardiff como en Berlín, y todo apunta a que la tarjeta pasó por ambas ciudades antes de volver a España. Correos, sin embargo, se muestra incapaz de seguir el rastro de la misma en Alemania. A falta de que avance la investigación, la prueba es clave para decidir si procede o no mandar el caso al Supremo, competente para investigar al vicepresidente segundo, que es aforado.

Correos Comisario Villarejo
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