Iglesias ocultó hasta a sus abogados que tenía la tarjeta de Dina
Los letrados pidieron ampliar la denuncia en poder de un juzgado de Alcorcón sin que el líder del partido y la asesora avisaran de que habían recuperado la microSD
Unas declaraciones efectuadas por la diputada de Unidas Podemos Gloria Elizo, responsable del equipo legal en los meses previos a la apertura, por parte de la Audiencia Nacional, de la conocida como pieza Dina, dejaron claro este jueves lo que hasta el momento era solo una suposición. El líder de la formación y actual vicepresidente del Gobierno ocultó hasta a sus abogados que había recuperado la tarjeta microSD alojada en el teléfono de su exasesora y que fue robada en un Ikea en noviembre de 2016. Tampoco Bousselham comunicó a los juzgados que investigaban el hurto, en Alcorcón, que el dispositivo había aparecido, a pesar de que amplió la denuncia original por la desaparición del teléfono solo unas semanas después de recuperarlo.
En una entrevista concedida a 'El País', Elizo ha precisado que la decisión de no devolver a su ayudante sus datos privados fue adoptada por Iglesias de forma "personal". Ha añadido que ni ella ni ninguno de los letrados que representaban a la formación supieron de la existencia de la tarjeta "hasta tiempo después". "Cuando en julio de 2016 ampliamos la primera denuncia por el robo del móvil, hecha en diciembre de 2015 en Alcorcón, lo hacemos sin saber de la existencia de esa tarjeta. Desde el principio sospechamos que no se trataba de un delito común y que la mafia estaba detrás del robo del móvil. Por eso hubiera sido muy importante el conocimiento de que esa tarjeta estaba siendo objeto de una transacción periodística", indica la diputada y actual vicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados.
La denuncia a la que se refiere Elizo se presentó primero en una comisaría de Alcorcón a la que acudieron Bousselham y su pareja de entonces, Ricardo Sá Ferreira, el 1 de noviembre de 2015. Ambos explicaron ante la policía que en el almacén de la tienda les había desaparecido un abrigo azul que contenía sus teléfonos y distinta documentación. Semanas después, la formación presentó en nombre de Dina una denuncia en los juzgados y la amplió en julio de 2016 para indicar que 'OkDiario' había publicado charlas de Telegram que podían encontrarse en uno de los móviles.
En esa ampliación no se precisó, no obstante, que Iglesias había recuperado la tarjeta de manos del presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio, seis meses antes, en enero de 2016. Tampoco Dina consideró importante advertírselo a los letrados aunque, para esas fechas, el líder de Podemos ya se la había devuelto, según su versión. Durante su última declaración ante el juez este mayo, no supo explicar por qué se calló, provocando el desconcierto del instructor.
Como detalló 'Vozpópuli', en esa comparecencia el juez Manuel García-Castellón preguntó en varias ocasiones por qué no había advertido de la aparición repentina del contenido del móvil robado. "No me quiere usted entender o no me explico yo bien. Vuelvo a repetir: usted denuncia a finales de 2015 lo que denuncia [el robo del teléfono móvil], y sin embargo una parte importante de lo que denuncia, que es la tarjeta, lo recupera, ¿y no lo dice cuando amplía la denuncia en ese momento?", pregunta entonces el juez.
"No, no, no lo hice", reconoce Dina, que explica que no tenía la seguridad de que la tarjeta en cuestión fuera la suya. Según esta versión, una de varias que ha ido dando, cuando Iglesias le devuelve la microSD, no logra acceder a su contenido porque no le funciona. En un escrito posterior, cambió radicalmente esta afirmación para asegurar que sí la abrió en un primer momento pero que posteriormente lo intentó de nuevo y no pudo.
Según el audio de la declaración, el magistrado no entendió este argumento. "Hombre, por favor, le ha dicho una persona, en la que usted confía totalmente, y además es su jefe de filas [Pablo Iglesias], o como quiera usted llamarlo, que esa es la tarjeta, porque él lo ha comprobado, entonces, ¿qué me está usted contando?", espetó a Dina, que no se movió de esta negativa difusa.
Por su parte, Iglesias ha explicado también por qué retuvo la tarjeta varios meses. En una entrevista en RNE, indicó que no se la devolvió para no provocarle "más presión", por la angustia que suponía para ella que algunas imágenes comprometedoras estuvieran circulando. Fuentes cercanas a Podemos explican esa decisión del vicepresidente como un "error de cálculo" y aseguran que cuando se le indicaron las inconsistencias que han ido aflorando en las sucesivas declaraciones de su asesora, él las descartó con un "hay que creer a Dina".
En su entrevista en 'El País', Elizo también se refiere a las conversaciones de Telegram publicadas por este diario en que los abogados dan cuenta de distintas reuniones con los fiscales anticorrupción del caso. Indicó que no se puede hablar de connivencia con los miembros del Ministerio Público, que se han opuesto, en distintas ocasiones, a diligencias que ha pedido su partido. Además, indica que ella misma asistió a una reunión con ellos. "Un encuentro cordial y profesional sobre estrategias procesales en el caso Tándem-Villarejo entre la acusación de la Fiscalía y una acusación popular. Existían aún muy pocas piezas, curiosamente las menos interesantes. Aparte de mostrar mi preocupación, intenté transmitir a la Fiscalía Anticorrupción cómo veíamos lo que debía ser una ruta de trabajo compartida como acusación que incluyera a todos los actores de las cloacas", dice.
En las charlas publicadas, los abogados de Podemos informaron de que habían conocido diligencias secretas, habían abordado con Anticorrupción la mejor forma de conseguir que se abriera una pieza sobre la acción de las 'cloacas' en contra del partido, tratado la forma de paralizar un proceso judicial abierto por entonces en el Supremo contra Eduardo Inda para reforzarlo y compartido críticas al entonces juez instructor, Diego Egea.
Unas declaraciones efectuadas por la diputada de Unidas Podemos Gloria Elizo, responsable del equipo legal en los meses previos a la apertura, por parte de la Audiencia Nacional, de la conocida como pieza Dina, dejaron claro este jueves lo que hasta el momento era solo una suposición. El líder de la formación y actual vicepresidente del Gobierno ocultó hasta a sus abogados que había recuperado la tarjeta microSD alojada en el teléfono de su exasesora y que fue robada en un Ikea en noviembre de 2016. Tampoco Bousselham comunicó a los juzgados que investigaban el hurto, en Alcorcón, que el dispositivo había aparecido, a pesar de que amplió la denuncia original por la desaparición del teléfono solo unas semanas después de recuperarlo.
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