Juan Carlos I dio al banco suizo la dirección de Zarzuela para manejar el dinero saudí
El monarca abrió una cuenta en 2008 y un día después recibió los 65 millones de Arabia. Pese a usar una empresa panameña como titular, dio la dirección de su residencia oficial en Madrid
Juan Carlos I no tomó muchas precauciones para ocultar su identidad en la cuenta del banco suizo Mirabaud en la que recibió 64,88 millones de euros de Arabia Saudí. El 7 de agosto de 2008, un día antes de recibir esos fondos, abrió la cuenta y anotó en su ficha como domicilio de contacto la dirección del Palacio de la Zarzuela. Pese a usar una empresa panameña para tratar de camuflar su relación con ese dinero, Lucum Foundation, el monarca dejó una pista incontrovertible. Así consta en la documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial.
El 31 de julio de 2008, el rey Juan Carlos y sus asesores Dante Canonica y Arturo Fasana crearon la Fundación Lucum con sede en Panamá. Una semana después, esta empresa abrió una cuenta en la banca Mirabaud de Ginebra. La convención relativa a la diligencia bancaria que rige los bancos suizos obliga a "verificar la identidad de los contratantes al establecer una relación de negocios".
En ese documento queda claro que, pese a usar una fundación en Panamá como titular, el beneficiario final de los fondos era el entonces rey de España. Pese a que el contratante es Lucum Foundation con sede en el país centroamericano, el espacio destinado a la identificación del titular no deja dudas: "Borbón y Borbón, Juan Carlos. 05/01/1938. Espagne. Palacio de la Zarzuela-Madrid". La letra redondeada de la ficha identifica con todos los datos y la residencia oficial al que durante 39 años fue jefe del Estado. El documento avisa de que dar datos falsos está penalizado con hasta cinco años de cárcel en el país helvético.
Al día siguiente de poner en marcha la cuenta, el rey de Arabia Saudí transfirió 100 millones de dólares (64.884.405 euros al cambio de la época). El depósito es fundamental en la investigación de la Fiscalía suiza sobre el Rey emérito. El responsable de las pesquisas, Yves Bertossa, cree que pudo ser parte de una comisión por la su mediación en el AVE a La Meca y la Fiscalía Anticorrupción española pidió esa documentación por unas diligencias sobre la obra que también salpicaban al emérito. La transferencia llegó después de que Juan Carlos I blanquease el régimen saudí con, por ejemplo, la imposición al rey Abdulá del toisón de oro, la máxima distinción de la Corona.
Según documentación a la que tuvo acceso este diario, la Fiscalía española pidió a sus colegas suizos los datos de identificación de los titulares, los autorizados, el beneficiario último (UBO) de la fundación panameña y "el domicilio de envío de la correspondencia desde su apertura". La Fiscalía reclamó además "todos los movimientos registrados en la cuenta desde su apertura hasta su cancelación, con identificación del origen y destino de los fondos".
Juan Carlos había recurrido a lo que tantos titulares de cuentas en Suiza, constituir una empresa 'offshore' que fuera la titular del dinero. Los bancos helvéticos empezaron a recomendar esa medida a partir de 2005, con la directiva europea del ahorro, que incluía impuestos a los rendimientos de ciudadanos de la UE aunque fuese en Suiza. Esto permitía a otros países investigar a bancos suizos, pero el uso de sociedades en lugares de baja tributación impedía a las autoridades llegar hasta los titulares reales.
Juan Carlos eligió Panamá, que entonces era considerado un paraíso fiscal para España. En 2009, y en medio de la negociación para que la española Sacyr lograra las obras del Canal, España dejó de considerar ese Estado como paraíso fiscal. El reglamento de la Fundación Lucum, desvelado por este diario y firmado hasta tres veces por el propio Juan Carlos, establecía que el monarca gozaba de plenos derechos para “disponer libremente, durante su vida, de los activos de la fundación sin limitación ninguna”.
Asimismo, el reglamento privado de Lucum Foundation estipulaba que a la muerte de Juan Carlos el dinero que quedara bajo el control de la mercantil debía ser conservado “en favor y por cuenta del segundo beneficiario”. Este último era el entonces “S.A.R. el Príncipe Felipe de Borbón y Grecia, Príncipe de Asturias, nacido el 30 de enero de 1968 en Madrid”, como ya informó el diario británico 'The Telegraph'. El actual Rey quedaba obligado a mantener el nivel de vida de la reina Sofía y de las infantas y sus descendientes.
Sin embargo, en 2012, después del accidente en Botsuana y de que la banca Mirabaud recelara del riesgo que acarreaba la cuenta, Juan Carlos traspasó el dinero a una cuenta en Bahamas de Corinna Larsen, que ha declarado a la Fiscalía suiza que lo recibió como una donación por amor.
Felipe VI supo en marzo de 2019 que había sido beneficiario de Lucum y renunció en privado a la herencia. Pero tardó un año en romper del todo con su padre y retirarle la asignación que tenía de los presupuestos públicos. Lo hizo en marzo pasado, durante la pandemia. El Gobierno y la Casa Real buscan una salida al emérito y estudian que deje Zarzuela, el palacio que ocupa desde hace décadas, el que no dudó en dar como dirección para una cuenta opaca en Suiza.
Juan Carlos I no tomó muchas precauciones para ocultar su identidad en la cuenta del banco suizo Mirabaud en la que recibió 64,88 millones de euros de Arabia Saudí. El 7 de agosto de 2008, un día antes de recibir esos fondos, abrió la cuenta y anotó en su ficha como domicilio de contacto la dirección del Palacio de la Zarzuela. Pese a usar una empresa panameña para tratar de camuflar su relación con ese dinero, Lucum Foundation, el monarca dejó una pista incontrovertible. Así consta en la documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial.
- Fiscalía pide los datos de la cuenta suiza que usó Juan Carlos I para ocultar 100M saudíes Beatriz Parera Rafael Méndez José María Olmo
- El acta que incrimina al rey Juan Carlos José María Olmo
- Juan Carlos I metió una cláusula en los 65 M para evitar disputas de Felipe y las infantas José María Olmo