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Cañada Real, sector 6: "Hay mucha gente en la calle, niños... Necesitamos al Ejército"
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la policía no consigue el confinamiento

Cañada Real, sector 6: "Hay mucha gente en la calle, niños... Necesitamos al Ejército"

"La Policía Municipal hace lo que puede, dentro de sus medios, también hablamos con la Nacional, pero vemos que el confinamiento sigue sin cumplirse", dice el comisionado

Foto: El problema en la Cañada Real se concentra en el sector 6.
El problema en la Cañada Real se concentra en el sector 6.

La Cañada Real "es el vertedero del residuo social" —según lo definió hace más de una década el cura Agustín Rodríguez, que se mantiene al frente de la maltrecha parroquia de Santo Domingo de la Calzada— y su sector 6, cercano al vertedero de Valdemingómez y en cuyo epicentro se ubica la iglesia, un escenario dantesco donde el coronavirus amenaza con infectar a una población que, al no tener nada, no teme tampoco a la epidemia. Allí, entre basura, tiendas de campaña, narcotraficantes, toxicómanos y simples desheredados de la vida, las medidas de confinamiento brillan por su ausencia. "Hay mucha gente en la calle, hay niños, coches, motos... Necesitamos que se despliegue el Ejército para que se meta la gente en casa y no se propague esto".

José Tortosa es desde octubre el Comisionado de la Comunidad de Madrid para la Cañada Real Galiana que ha vuelto a reclamar la presencia de la UME para que se despliegue y patrulle por el sector 6, en pleno distrito ya de Villa de Vallecas donde ni Policía Municipal ni Policía Nacional logran hacer que sus vecinos cumplan con el confinamiento. "La Policía Municipal hace lo que puede, dentro de sus medios, también hablamos con la Nacional, pero vemos que el confinamiento sigue sin cumplirse y hemos vuelto a pedir la presencia del Ejército para que nos ayude a confinarlos" dice el comisionado. La petición se hizo a finales de marzo y se ha vuelto a repetir el pasado día 7. Aún no ha habido respuesta.

El problema se concentra en el sector 6, donde viven 800 familias y entre 2.500 y 3.000 personas (unos 1.200 menores)

La Cañada Real es un asentamiento de aluvión de 14,3 kilómetros que discurre por los municipios de Coslada, Rivas y Madrid y que comenzó a levantarse en los años 50 y 60 con construcciones ilegales, población gitana y emigrante de otras regiones. En la actualidad acoge a entre 7.500 y 8.000 personas "con 18 nacionalidades", fundamentalmente "españoles de etnia gitana, inmigrantes —principalmente de Marruecos y Rumanía (muchos de ellos también de etnia gitana)—, y poblaciones procedentes de los núcleos chabolistas desmantelados en los últimos años", según el 'Informe del pacto regional por la Cañada Real Galiana'.

Desde que comenzó la pandemia y se decretó el estado de alarma y el confinamiento se informa y avisa a la población por megafonía "en español, rumano y árabe" y se insiste en la necesidad del confinamiento. "Del sector 1 al sector 5 la verdad es que el confinamiento está siendo bastante responsable, se está cumpliendo en un alto grado", nos dice Tortosa. El problema se concentra en el sector 6, la zona sin ley de la Cañada, un tramo de 6.627 metros que discurre íntegramente en el distrito Villa de Vallecas y en el que buena parte de unas 800 familias y entre 2.500 y 3.000 personas (de ellas, más de 1.200 menores) hace caso omiso a los mensajes de la Policía y del mando único.

Sin 'cundas', siguen los toxicómanos

En una gran parte de ese sector se concentra el problema de la droga. Antes de la pandemia, las 'cundas' (transportes de drogadictos desde el centro de Madrid a las casas de los clanes narcotraficantes en la Cañada que se concentran en este sector) eran parte del paisaje junto al autobús de metadona de la Cruz Roja o las tiendas de campaña. "Ahora, lo que me transmiten las entidades sociales que trabajan sobre el terreno es que el trasiego de vehículos que llega de fuera a por droga ha bajado muchísimo, muchísimo, pero algo queda", dice el comisionado.

El comisionado pide que se despliegue la UME para obligar al confinamiento en el sector 6 de la Cañada Real

Aunque las 'cundas' se han reducido y el trasiego desde fuera ha caído, la escala más baja y desfavorecida en el inframundo de la droga, los 'machacas', los toxicómanos que lo han perdido todo, siguen de un lado a otro en el sector 6. "Se ve gente deambulando, toxicómanos que se acercan al Centro de Reducción del Daño, un organismo del Ayuntamiento de Madrid, donde se les atiende, se les da de desayunar, se asean y se lavan la ropa". El Centro está pegado a otro de los faros que llevan años anclados en mitad de la miseria: la parroquia de Santo Domingo de la Calzada.

El párroco de esta iglesia, Agustín, lleva desde los tiempos de Esperanza Aguirre al frente de una parroquia que el año pasado sufrió un incendio de toda su techumbre como daño colateral a una riña entre drogadictos. Forma parte del equipo de análisis que junto al Comisionado Tortosa, al representante del Ayuntamiento de la capital, Cáritas y Cruz Roja recogen a diario toda la información, incidencias y necesidades de la Cañada y las trasladan a un equipo de representantes de todas las entidades sociales que están sobre el terreno y que son las que las ejecutan. El equipo de análisis se reúne todos los días de lunes a domingo por videoconferencia desde que empezó la crisis del coronavirus. El páter no tiene tiempo para nada estos días. Desde su iglesia se canaliza el reparto de alimentos diario. Defiende haber unificado "todo lo que tiene que ver con la intervención en una única estructura donde ya no trabajamos como entidades ni como parroquia" y delega la atención a la prensa en Comunidad y Ayuntamiento "para no desatender otras muchas cosas que hoy son más urgentes. Son días difíciles".

"Pedimos la ayuda del Ejército en dos líneas —dice el comisionado—. La primera, del sector 1 al 5 creemos que es prudente que haya más patrullas que informen, por megafonía o como estimen conveniente, la necesidad del confinamiento, pero en el sector 6 necesitamos que sea mucho más presencial, que se despliegue, que esté lo más constante porque, si no, seguirán saliendo a la calle". También solicitan que la UME lleve a cabo una desinfección "porque la Cañada tiene unas circunstancias y una peculiaridad, que es el hacinamiento de personas en algunas zonas, y en el momento en que se detecte un número alto de contagiados o incluso un fallecimiento, como ya ha pasado, hay que desinfectar porque la propagación podría ser muy acelerada con respecto a cualquier otro sitio".

Familias sin ningún ingreso

El mando único de la Cañada Real intenta, habitualmente, cubrir las necesidades sociales básicas. "Vamos atendiendo todas las necesidades de alimentos, tanto a niños como a familias con renta mínima de inserción. Hemos detectado también familias que se han quedado sin ningún ingreso desde el estado de alarma, porque antes no tenían acceso a la RMI pero trabajaban en la economía sumergida y ahora no tienen nada. Las hemos identificado y en esta semana hemos empezado a través de Cruz Roja y 25 de sus voluntarios a facilitar kits de alimentación e higiene personal a 65 familias vulnerables procedentes de donaciones de empresas, instituciones y personas físicas. También hemos conseguido distribuir a los niños los menús escolares dentro de la propia Cañada".

Sin embargo, la epidemia de coronavirus ha puesto de manifiesto otro drama, de los muchos, que se vive en la Cañada: el de los mayores. "Hemos hecho un barrido importante para identificar todas las personas mayores a partir de 50 años, por la peculiaridad de Cañada. Los hemos agrupado por tramo de edad, y se está llamando a todos para conocer sus necesidades, su estado, si necesitan medicamentos, alimentos y, sobre todo, los que están solos. Es el sector más vulnerable".

No hay datos oficiales sobre la ratio de contagios en el sector 6. Sí ha habido ya un fallecimiento en uno de los asentamientos que motivó la primera petición para que se desplegara la UME, y "hay otra persona muy, muy grave en el mismo asentamiento. Por eso insistimos en la necesidad de que el Ejército colabore en labores de patrullaje con la Policía Municipal o la Nacional, para que se meta la gente en casa y no se propague esto", vuelve a reclamar el comisionado, que confirma que en la tarde de este jueves aún no había tenido ninguna respuesta a su petición. "La Policía no da más de sí y, según avanza el tiempo, tiene menos efectivos: necesitamos al Ejército en el sector 6 para asegurar el confinamiento de la gente".

La Cañada Real en cifras

SECTOR 1 (Discurre por Coslada y Madrid-Vicálvaro)

Tramo de 1.370 metros

Familias: 194

Personas: 499

Menores: 70

SECTOR 2 (Íntegramente por el distrito de Vicálvaro)

Tramo de 1.960 metros

Familias: 224

Personas: 577

Menores: 83

SECTOR 3 (Distrito de Vicálvaro y municipio de Rivas)

Tramo de 758 metros

Familias: 134

Personas: 385

Menores: 31

SECTOR 4 (Distrito de Vicálvaro y municipio de Rivas)

Tramo de 2.008 metros

Familias: 361

Personas: 1.268

Menores: 473

SECTOR 5 (Distrito de Vicálvaro y municipio de Rivas)

Tramo de 1.660 metros

Familias: 412

Personas: 1.601

Menores: 601

SECTOR 6 (Distrito Villa de Vallecas)

Tramo de 6.627 metros

Familias: 824

Personas: 2.953

Menores: 1.211

TOTAL CAÑADA REAL

Extensión: 14.383 metros por tres municipios (Madrid, Coslada y Rivas)

Familias: 2.149

Personas: 7.283

Menores: 2.548

La Cañada Real "es el vertedero del residuo social" —según lo definió hace más de una década el cura Agustín Rodríguez, que se mantiene al frente de la maltrecha parroquia de Santo Domingo de la Calzada— y su sector 6, cercano al vertedero de Valdemingómez y en cuyo epicentro se ubica la iglesia, un escenario dantesco donde el coronavirus amenaza con infectar a una población que, al no tener nada, no teme tampoco a la epidemia. Allí, entre basura, tiendas de campaña, narcotraficantes, toxicómanos y simples desheredados de la vida, las medidas de confinamiento brillan por su ausencia. "Hay mucha gente en la calle, hay niños, coches, motos... Necesitamos que se despliegue el Ejército para que se meta la gente en casa y no se propague esto".

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