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Sánchez y Casado rompen los últimos puentes y dejan las instituciones sin renovar
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SIN ACUERDOS NI CONSENSOS TRAS LA REUNIÓN

Sánchez y Casado rompen los últimos puentes y dejan las instituciones sin renovar

El diálogo no prosperó en la cuestión política, ni en la renovación de órganos clave, que sigue pendiente. Los puentes están por ahora rotos y sin que se vislumbre una reconstrucción

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado, este 17 de febrero. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado, este 17 de febrero. (EFE)

Era la primera reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Casado desde la investidura del secretario general socialista. Un encuentro que el líder del PP llevaba tiempo reclamando y que tardó semanas en producirse. Pero, finalmente, llegó y duró cerca de una hora y media. Sobre la mesa, los principales retos del momento: la situación de Cataluña, la economía y la renovación de órganos constitucionales que necesitan una amplia mayoría y el visto bueno de los dos grandes partidos políticos. La conclusión era la esperada y se confirmó: no hay señales de un acuerdo próximo para el relevo de las instituciones clave. Los puentes en estos momentos están rotos.

A pesar de que el presidente del PP aseguró que el clima fue "cordial" —como suele ser entre ambos— el comunicado que se apresuró a enviar Moncloa y el tono de la portavoz del Gobierno, la ministra María Jesús Montero, en su comparecencia posterior, emitieron señales contradictorias. La cita entre los dos dirigentes había finalizado sobre la una y media, aunque Casado no dio explicaciones a los medios hasta una hora después. El Ejecutivo se adelantó con una breve reacción, asegurando que el PP seguía "instalado en su estrategia de bloqueo" y que había evidenciado "no variar ninguna de sus posiciones".

Pedro Sánchez y Pablo Casado constatan su desencuentro total

Ese comunicado chocó frontalmente con la comparecencia del líder del PP, pocos minutos después, que apareció con un tono moderado y proponiendo una alternativa a Sánchez para no depender más de los partidos independentistas. Casado llegó a plantear un pacto de estabilidad presupuestaria para aprobar las próximas cuentas públicas, bajo la condición de que el Gobierno rompiera de inmediato la mesa de negociación abierta con el Govern de JxCAT y ERC (la condición que pusieron los republicanos catalanes para apoyar la investidura de Sánchez).

El Gobierno acusa al PP de seguir en el "bloqueo" y de querer "dictar" la política al Ejecutivo y tomar como "rehenes" las instituciones


En el PP se muestran convencidos de que el Gobierno no esperaba su propuesta —cosa que la Moncloa niega— y a eso achacan, precisamente, "las acusaciones de bloqueo" antes incluso de escuchar la interpretación que Casado hacía de la entrevista. El tono tan duro del comunicado no fue enmendado por Montero. Más bien lo contrario. Fue ella quien acusó al PP de querer "dictar" la política al Ejecutivo y no "asumir" los resultados electorales. Más aún, reprochó a Casado tomar como "rehenes" a las instituciones del Estado para imponer su política económica o su visión sobre Cataluña. Y zanjó: "Ninguna fuerza política tiene la legitimidad para impedir que estos órganos se renueven".

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), recibe al líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado (i). (EFE)

Reproches cruzados

Y es que si algo quedó claro en esta reunión es que la renovación de las instituciones, pendiente en algunos casos desde hace más de un año, seguirá igual de estancada. No hubo ningún tipo de acuerdo sustancial, más allá de algún espacio para la negociación en materias como reforma educativa, o de la financiación autonómica o en el Pacto de Toledo. Y sin ninguna concreción.

Si hubo una petición que Casado repitió a Sánchez fue la de deshacer el nombramiento de la exministra Delgado como próxima fiscal general

Lo que realmente está en juego es el recambio total o parcial de instituciones clave como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo o RTVE. El desencuentro absoluto que este lunes evidenciaron Sánchez y Casado hace presumir que no habrá relevos, al menos a corto plazo. El Gobierno reprocha al PP que supedite la renovación a otras cuestiones y el PP, por su parte, aduce que no quiere ser "cómplice" de la "politización de la Justicia" y el "deterioro institucional".

Casado ofrece a Sánchez pactos si rompe la mesa de diálogo con Cataluña

Si hubo una petición que Casado repitió a Sánchez fue la de deshacer el nombramiento de Dolores Delgado, exministra de Justicia, como próxima fiscal general. "Creo que es evidente que no cuenta con la imparcialidad necesaria", aseguró, recordando algunos episodios en los que se ha visto involucrada la diputada socialista como el caso de las grabaciones del comisario Villarejo.

Montero señaló durante su comparecencia —que no bajó de decibelios en ningún momento— que el Ejecutivo se afanaría en "impedir" que los populares "boicoteasen" la renovación, pero fuentes del Gobierno precisaron después que no están pensando en utilizar ningún recoveco legal para cambiar la ley —en la mayoría de los casos las mayorías cualificadas necesarias para proceder a los relevos están en la Constitución—, como tampoco en forzar una mayoría alternativa. Su estrategia será la de seguir insistiendo al PP para que se siente a la mesa y negocie, al margen de otras cuestiones.

Foto: El ministro en su comparencencia ante la Comisión de Justicia. (EFE)

Sin detalle de nombres ni cuotas

Fuentes del PP, por su parte, insisten en que "no entrarán en el juego" iniciado desde el Ejecutivo, al que achacan una politización de todas las instituciones independientes, y dejan claro que Sánchez "se equivoca" si continúa yendo por ese camino con sus socios de investidura. Casado repitió la misma idea durante su comparecencia: "Depender de nacionalistas y batasunos ha sido una elección voluntaria" del candidato socialista. "El PP lo que ofrece ahora es dar estabilidad a la legislatura para que el futuro de España no dependa de los que dudan hasta de su unidad", insistió.

Casado acusa al Ejecutivo de buscar la politización de las instituciones, y desde el Gobierno se denuncia la actitud "obstruccionista" del PP

Durante la reunión, Sánchez y Casado no bajaron al detalle de nombres o cuotas de poder para cada partido en las instituciones colgadas. La falta de acuerdo quedó clara desde el inicio, y según fuentes de ambos partidos, "no hubo ocasión de profundizar". Tampoco hubo una oferta alternativa por parte del presidente del Gobierno. Por ejemplo: modificar la ley para que los vocales del CGPJ sean nombrados por los propios jueces, una fórmula que ya Felipe González suprimió en 1985 y que el PSOE sigue rechazando.

El Gobierno reprocha a Casado no querer negociar la renovación de organismos

Para el Ejecutivo, Casado solo puso sobre la mesa palabras "huecas" y "ningún compromiso" concreto. Su actitud, denunció de manera ostensible y reiterada Montero, fue "negacionista" y "obstruccionista". Los populares insisten en el ofrecimiento a Sánchez, asegurando que el presidente quiere seguir alineado con los partidos independentistas. De hecho, sobre el asunto de Cataluña, Casado pidió al presidente "avanzar conjuntamente" para "recuperar el orden y la convivencia en Cataluña" con cuatro medidas específicas: recuperar la tipificación del delito de referéndum ilegal (un compromiso de Sánchez en campaña), combatir el adoctrinamiento de las escuelas en Cataluña, evitar la propaganda en los medios públicos y, por último, modificar la euroorden para traer a Carles Puigdemont de vuelta a España.

El diálogo no prosperó en la cuestión política, ni en la renovación de instituciones. Los puentes, por tanto, están por ahora rotos y sin que se vislumbre una reconstrucción.

Era la primera reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Casado desde la investidura del secretario general socialista. Un encuentro que el líder del PP llevaba tiempo reclamando y que tardó semanas en producirse. Pero, finalmente, llegó y duró cerca de una hora y media. Sobre la mesa, los principales retos del momento: la situación de Cataluña, la economía y la renovación de órganos constitucionales que necesitan una amplia mayoría y el visto bueno de los dos grandes partidos políticos. La conclusión era la esperada y se confirmó: no hay señales de un acuerdo próximo para el relevo de las instituciones clave. Los puentes en estos momentos están rotos.

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