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Los 14 minutos vitales que retrasaron la investigación del Chicle
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las cámaras de la autovía no estaban en hora

Los 14 minutos vitales que retrasaron la investigación del Chicle

Uno de los datos desconocidos y que llamaron la atención fue que la investigación se sostuvo durante muchos meses en un pilar falso

Foto: José Enrique Abuín atiende a las explicaciones de uno de los agentes que estudiaron el teléfono móvil de Diana. (EFE)
José Enrique Abuín atiende a las explicaciones de uno de los agentes que estudiaron el teléfono móvil de Diana. (EFE)

Llegó el día en que declaró el responsable de la investigación del crimen de Diana Quer, el capitán José Miguel Hidalgo, quien destripó cada detalle de las pesquisas. Fueron 115 minutos antológicos, de contestaciones a la acusación y la defensa, con detalles, revelaciones y datos objetivos que hicieron que José Enrique Abuín se encogiera en la sala y sintiese que el aliento de la cárcel sobre su cogote puede convertirse en una extensión de su nuca de forma permanente. Sin embargo, la declaración del agente de la UCO también demostró que ninguna investigación es perfecta, y que si el error es inherente al ser humano, también hay fallos cuando se persigue a un asesino. Pocos, diría, para la extraordinaria dificultad que entraña resolver un misterio como la desaparición de Diana Quer.

Uno de los datos desconocidos y que llamaron la atención fue que la investigación se sostuvo durante muchos meses en un pilar falso, que cuando se cuenta hasta parece absurdo. Situémonos. Diana ha sido abordada y su asaltante la ha metido en el maletero. Se sube al coche y conduce rápido por la autovía hasta la nave de Asados donde presuntamente viola y asesina a Diana y luego esconde el cuerpo dentro de un pozo.

Foto: Imagen de la señal de televisión de Enrique Abuín, en el juicio. (EFE)

Los agentes, en el trascurso de las pesquisas, averiguan que el vehículo ha huido por la autovía, entre otras cosas porque el teléfono de la joven hace ese recorrido y su señal desaparece en el puente de Taragoña a las 2:58 de la madrugada (luego averiguarían que el Chicle lo arrojó a la ría de Arousa). También saben la hora del asalto, en torno a las 2:43 de la madrugada. Obviamente, los integrantes del grupo de homicidios de A Coruña y de la UCO de la Guardia Civil solicitan las imágenes de las cámaras de seguridad de la autovía y escrutan cada segundo para tratar de localizar el coche en el que iba la joven, el que se movía al tiempo que el móvil de Diana Quer. Lo hacen en una franja concreta de la noche. La que va aproximadamente desde las 2:45 de la madrugada a las 3:00, y se ponen a contar coches. Todos los que no están en esa horquilla se miran pero quedan descartados. Les salen 200 vehículos sospechosos.

El Chicle confesó que tenía grabada la cara de Diana flotando en el pozo

El trabajo es abrumador, pero aun así los guardias no desfallecen y los procesan uno por uno: miran su recorrido, tratan de identificar a los ocupantes, leer matrículas, modelos de vehículo… Se dejan los ojos, porque las cámaras tienen muy baja resolución y la oscuridad lo envuelve todo. Así estuvieron unas cuantas semanas hasta que de repente un agente se percató de que las cámaras de la autovía no estaban en hora. Iban casi 15 minutos atrasadas. Por tanto, todos los coches analizados no valían. Cuando lograron poner las cámaras en hora, se percataron de que solo había tres posibles vehículos, uno de ellos el de José Enrique Abuín, que había quedado descartado como sospechoso por el error de la hora de las cámaras de seguridad. Tras el análisis, se comprueba que el teléfono del Chicle se desplaza por la autovía en paralelo al de Diana Quer y que también coincide con el paso de su vehículo ante las cámaras de seguridad.

Cuando lograron poner las cámaras en hora, se percataron de que solo había tres posibles vehículos, uno de ellos el de José Enrique Abuín

Otro de los datos que llamó poderosísimamente la atención fue el tiempo que el Chicle pasó en el interior de la nave de Asados, adonde llevó a Diana. Según explicó Hidalgo y luego reafirmaron los miembros de GATO, grupo de la UCO con muchos ingenieros en sus filas que analizaron todo lo que tiene que ver con los teléfonos móviles y posicionamientos, José Enrique Abuín permaneció como mínimo una hora y 20 minutos dentro del edificio abandonado. Más de uno se preguntó qué hizo durante todo ese tiempo con Diana. Según el Chicle, la mató en A Pobra y allí lo único que hizo fue arrojarla al pozo. ¿Se tardan 80 minutos en esa acción? Sobre la sala sobrevuela otra acusación mucho más dura. Que violase a Diana Quer en aquella nave, la asesinase y después ocultase su cuerpo. Pero casi hora y media es mucho tiempo, da la sensación de que no tuvo ninguna prisa.

Tan valiente entonces y tan cobarde cuando confesó la ubicación del cuerpo. El capitán Hidalgo relató que bajaron al sótano de la nave y de repente el Chicle se quedó clavado como una estaca. No quería ni arrimarse al pozo. “Me dijo que había venido días después a lastrar el cuerpo de la chica y al quitar la tapa le vio la cara a Diana Quer”. Desafiante en el delito y cagón en sus consecuencias.

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Llegó el día en que declaró el responsable de la investigación del crimen de Diana Quer, el capitán José Miguel Hidalgo, quien destripó cada detalle de las pesquisas. Fueron 115 minutos antológicos, de contestaciones a la acusación y la defensa, con detalles, revelaciones y datos objetivos que hicieron que José Enrique Abuín se encogiera en la sala y sintiese que el aliento de la cárcel sobre su cogote puede convertirse en una extensión de su nuca de forma permanente. Sin embargo, la declaración del agente de la UCO también demostró que ninguna investigación es perfecta, y que si el error es inherente al ser humano, también hay fallos cuando se persigue a un asesino. Pocos, diría, para la extraordinaria dificultad que entraña resolver un misterio como la desaparición de Diana Quer.

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