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La trampa del Chicle: la UCO sostiene que raptó a Diana con el Alfa Romeo de su mujer
  1. España
un narco aficionado al 'running', principal sospechoso

La trampa del Chicle: la UCO sostiene que raptó a Diana con el Alfa Romeo de su mujer

La Guardia Civil rastrea la vivienda de un hombre de 41 años con antecedentes por agresión sexual y tráfico de estupefacientes que vivía a 16 kilómetros del lugar en el que desapareció la joven

Foto: Enrique Abuín Gey, alias el Chicle, en una carrera popular.
Enrique Abuín Gey, alias el Chicle, en una carrera popular.

Los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil aún no han conseguido encajar todas las piezas del caso Diana Quer, pero tenían claro desde hacía semanas que una de ellas, puede que la más importante, era José Enrique Abuín Gey, alias 'El Chicle', un pequeño traficante de 41 años que vivía con su mujer y su hija en el número 94 de la diminuta parroquia coruñesa de Outeiro, Rianxo. Desde la puerta de su casa al lugar en el que se esfumó la joven madrileña aquella madrugada del 22 de agosto de 2016 hay apenas 16 kilómetros, unos 20 minutos en coche, y el recorrido más lógico entre ambos puntos transcurre milimétricamente por las escasas pistas que ha tenido la Guardia Civil durante estos 494 días para tratar de resolver el enigma más mediático de la última década.

El Chicle también encaja en el perfil que buscaban los agentes. Entre 35 y 45 años, de la zona, con coche, con antecedentes por agresión sexual y puede que también por tráfico de drogas. Quizá no hubiera matado nunca a nadie pero sabía cómo hacerlo. Y debía tener suficiente frialdad como para llevar en su conciencia el crimen de una chica sin mostrar en 16 meses el más mínimo signo de arrepentimiento. Lo clavaron: Abuín tiene 41 años, nació y creció en la comarca, fue juzgado por agresión sexual y en 2007 fue detenido y condenado en la operación Piñata contra el tráfico de estupefacientes. La Guardia Civil lo interceptó en Lalín (Pontevedra) cuando transportaba en un coche dos kilos de cocaína. En los últimos meses había compaginado trabajos en la construcción y en un astillero, pintando cascos de los pesqueros de la zona. También había conseguido ingresos con marisco furtivo. El tiempo libre lo dedicaba a salir de fiesta y a participar en carreras populares. Estaba obsesionado con el running.

placeholder Agentes de la Guardia Civil registran en Rianxo (A Coruña) la vivienda del Chicle. (EFE)
Agentes de la Guardia Civil registran en Rianxo (A Coruña) la vivienda del Chicle. (EFE)

La UCO ha tenido que hacer un esfuerzo titánico para destapar su supuesto lado oscuro. Los agentes descubrieron pronto que el Chicle estuvo en las fiestas de A Pobra do Caramiñal la misma noche en la que desapareció Diana. Incluso le tomaron declaración en sede policial, pero sin más pruebas en su contra y una lista demasiado larga de sospechosos, Abuín no pasó de la condición de simple testigo, como las decenas de personas que fueron interrogadas desde que arrancaron las pesquisas.

El Alfa Romeo de su mujer estuvo en A Pobra

La situación dio un giro hace unas semanas. Tras explorar sin éxito otras líneas de trabajo, la UCO volvió sobre los pasos del Chicle y comenzó a encajar el rompecabezas. No solo había estado en A Pobra la noche en la que se esfumó Diana. El coche de su mujer, un Alfa Romeo gris, también coincidía con la descripción que dieron varios testigos del vehículo con el que supuestamente fue raptada la chica. Los agentes comprobaron que, efectivamente, el vehículo estuvo en el municipio. Además, si el Chicle hubiera querido dirigirse tras el rapto a la zona que mejor conocía para perpetrar el crimen en un entorno seguro, habría circulado necesariamente por los mismos lugares en los que dio señal el teléfono móvil de la joven.

placeholder La madre de la joven Diana Quer muestra en el móvil la foto de su hija. (EFE)
La madre de la joven Diana Quer muestra en el móvil la foto de su hija. (EFE)

La principal hipótesis que manejan los investigadores es que el sospechoso salió de su casa aquella calurosa noche de agosto en busca de una víctima y el destino quiso que se cruzara con Diana. Esperó a que la chica se despidiera de sus amigos y emprendiera en solitario el camino hacia la vivienda en la que veraneaba con su madre. Cuando había llegado a una zona oscura, el Chicle se abalanzó sobre ella y la introdujo a la fuerza en el Alfa Romeo. Instantes después, condujo hasta la zona de Taragoña, un núcleo urbano pegado a Outeiro. Solo 20 minutos después del presunto rapto, el iPhone 6 de Diana ya había recorrido los 16 kilómetros de distancia entre el lugar de su desaparición y el área de Taragoña. El móvil fue encontrado a los tres meses por una mariscadora junto al puerto del pueblo y debajo del puente de la autovía AG-11, que precisamente conecta A Pobra con Outeiro.

En la UCO están convencidos de que el Chicle es el individuo que asustó a la joven poco antes de que se perdiera su pista para siempre. A las 2:40 horas, en pleno trayecto a su casa, Diana notó que alguien la seguía y alertó a un amigo con el que estaba conversando en ese momento por WhatsApp: "Me estoy acojonando un gitano me estaba llamando". "¿Y qué te ha dicho?", le preguntó el amigo. "Morena ven aquí". La pista confundió al principio a los investigadores, que se esforzaron en descartar a individuos de esa etnia. Pero, tras cuestionar la capacidad de una chica de clase acomodada de Madrid para hacer una identificación de ese tipo en mitad de la noche, descartaron el detalle y ampliaron el abanico de la búsqueda. De hecho, el Chicle no es gitano y seguramente su abogado utilizará esa circunstancia en un hipótetico juicio.

La denuncia que precipitó la detención

La UCO llevaba semanas siguiéndole la pista, pero su detención se precipitó este viernes después de que una joven de Boiro denunciara que el Chicle había intentado secuestrarla el lunes 25 de diciembre. La chica relató al día siguiente que el sospechoso intentó robarle el móvil e introducirla en el maletero de su coche. Por suerte, pudo zafarse y está viva para contarlo, pero el episodio forzó el arrestó de Abuín antes de lo que estaba previsto. Aunque los agentes llevaban tiempo convencidos de que era el principal implicado en la desaparición de Diana, querían conseguir más pistas adicionales para reforzar su conexión con los hechos.

La parte positiva es que el caso de Boiro puede haber hecho innecesario ese esfuerzo extra. Los investigadores pensaron desde el principio que los autores debieron ser al menos dos personas. Una sola no habría podido interceptar a Diana, subirla a la fuerza a un coche, arrebatarle su móvil, conducir durante 20 minutos con ella dentro y lanzar su teléfono al agua desde el puente de Taragoña con el vehículo en marcha en plena autovía. Tenían al Chicle pero les faltaba otro implicado. Sin embargo, si los hechos se produjeron como ha denunciado la joven de Boiro, el principal sospechoso pudo actuar solo. Únicamente habría tenido que meter a Diana en el maletero del Alfa Romeo para poner rumbo, con las manos liberadas y la atención en la carretera, hacia la zona de la comarca de Barbanza en la que se sentía más confortable.

Cazado en la consulta del 'fisio'

La UCO lo arrestó este viernes por la mañana en la Mutua Gallega de Boiro. Recientemente había tenido un accidente laboral en el astillero y tuvo que pasar por el quirófano para operarse de un hombro. Cuando lo detuvieron, estaba en medio de una sesión de fisioterapia. "Los agentes de la UCO fueron muy correctos. Le leyeron los derechos y se lo llevaron", contó a este diario una testigo presencial del arresto. "Él no dijo mucho. Es verdad que parecía soprendido. En un primer momento no sabíamos por qué motivo lo detenían. Luego ya nos hemos enterado, claro. No se habla de otra cosa en el pueblo".

En Outeiro también impactó la noticia, aunque el Chicle ya tenía fama de conflictivo en su vecindario. "Había estado metido en asuntos de drogas. Y hace unos cinco años le quemaron un coche que tenía aparcado dentro de su casa. Siempre ha ido con mala gente. Ahora llevaba un tiempo de baja, sin trabajar en nada. Le gustaba mucho apuntararse a carreras de por aquí", explica un vecino de la parroquia, de solo 300 habitantes.

Casualmente, el Chicle había dejado de utilizar el Alfa Romeo plateado que supuestamente empleó para raptar a Diana. Lo tenía escondido en el garaje de su vivienda. Prefería moverse en un Fiat Punto negro y en un Audi A3 azul que había comprado hace año y medio, coincidiendo con el suceso al que se enfrenta. La Guardia Civil trata ahora de encontrar el cuerpo de la joven. Las esperanzas de encontrarla con vida desaparecieron hace meses. Este viernes registraron a fondo la casa del Chicle, un chalé de una planta con la fachada verde. Tiene un pequeño huerto dentro del vallado y el bajo nunca ha tenido baldosas. Es de tierra.

Los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil aún no han conseguido encajar todas las piezas del caso Diana Quer, pero tenían claro desde hacía semanas que una de ellas, puede que la más importante, era José Enrique Abuín Gey, alias 'El Chicle', un pequeño traficante de 41 años que vivía con su mujer y su hija en el número 94 de la diminuta parroquia coruñesa de Outeiro, Rianxo. Desde la puerta de su casa al lugar en el que se esfumó la joven madrileña aquella madrugada del 22 de agosto de 2016 hay apenas 16 kilómetros, unos 20 minutos en coche, y el recorrido más lógico entre ambos puntos transcurre milimétricamente por las escasas pistas que ha tenido la Guardia Civil durante estos 494 días para tratar de resolver el enigma más mediático de la última década.

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