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Iglesias será implacable con Sánchez en los debates y no se echará a un lado tras el 10-N
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Iglesias será implacable con Sánchez en los debates y no se echará a un lado tras el 10-N

No hay dos campañas iguales y en esta Unidas Podemos daría un giro con respecto al PSOE. Iglesias no será indulgente con Sánchez. Nada de guante blanco como en abril

Foto: Pablo Iglesias y Pedro Sánchez antes del inicio del segundo debate electoral a cuatro de la pasada campaña. (EFE)
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez antes del inicio del segundo debate electoral a cuatro de la pasada campaña. (EFE)

Unidas Podemos se resiste a tirar la toalla pese a los reiterados portazos del PSOE a sus sucesivas propuestas, siempre con fórmulas de coalición y no de gobierno en solitario como desea Pedro Sánchez, pero la dirección del partido comienza a trabajar ya con la hipótesis de una repetición electoral y a perfilar la campaña. Pablo Iglesias ya abordó este escenario con su núcleo duro en un cónclave celebrado hace unos días en casa de su jefe de gabinete, Pablo Gentili. Se calibraron los ánimos, las reacciones, y también se midió el grado de cohesión respecto a cómo afrontar un nuevo reto electoral. No hay dos campañas iguales, y en esta se daría un giro respecto al PSOE, con quien Iglesias será menos indulgente. Nada de guante blanco como abril, principalmente en los debates electorales donde no se rehusará el cara a cara con el candidato socialista, avanzan desde el entorno del secretario general.

En una campaña electoral de apenas una semana, los debates entre los candidatos serán el gran hito que marcará todo este proceso. Sin tener que recurrir a un tono bronco no evitará confrontar con Sánchez, como sí hizo en los debates de la anterior campaña, ni tampoco ahorrará esfuerzos en desmontar a quien cometería la "locura" de llevar al país a elecciones actuando "cegado por la obsesión personal de acumular todo el poder", según lamentaba este viernes en los platós de 'La Sexta'.

Foto: Pablo Iglesias pasa por delante de Pedro Sánchez y miembros del Gobierno, en el pleno de este 11 de septiembre en el Congreso. (EFE)

A Iglesias siempre se le han dado bien los debates, que cada vez cobran más importancia en campañas ultramediatizadas, dejando en un plano muy secundario los relatos y los mítines como demostraciones de fuerza. Comienza a sentirse rabia en Unidas Podemos ante lo que se considera un "ninguneo" por parte de los socialistas, y el líder de la formación no 'indultará' al presidente en funciones pese a la eterna necesidad de dejar puentes tendidos. Dicen verse tanto con la capacidad como con la razón.

Tras nuevas elecciones, Pablo Iglesias también advierte de que no volverá a echarse a un lado, como hizo el pasado mes de julio aceptando el veto de Pedro Sánchez a cambio de negociar un gobierno de coalición. Así se lo trasladó personalmente al propio Sánchez tras llamarle el pasado jueves para explicarle su última propuesta de coalición revisable al cabo de un año, garantizando el apoyo durante toda la legislatura, y que el presidente en funciones rechazó inmediatamente. Tras una repetición electoral se seguirá apostando por una coalición de izquierdas si los resultados vuelven a ser similares, y en esta ocasión sería "sin exclusiones".

No hay hambre de campaña en Podemos, y el hartazgo que se respira entre el electorado se traduce en inquietud en las filas moradas ante la ruleta de las elecciones. Con todo, señalan que no afrontarían este proceso en peores condiciones que en las que llegaron al 28-A. Entonces, según enumeran, lo hicieron tras una baja de paternidad de Pablo Iglesias, con una reciente escisión del partido liderada por Íñigo Errejón, con la renuncia de su candidato a las elecciones europeas, Pablo Bustinduy, y con el PSOE en el Gobierno capitalizando el voto útil y en posiciones de caballo ganador. Ahora dicen que enfrentarían la campaña sin la mayoría de esos lastres, además de que no se verían obligados a utilizar filtros con Sánchez.

No hay hambre de campaña en Podemos, y el hartazgo del electorado se traduce en inquietud en las filas moradas ante la ruleta de las elecciones

Tanto las encuestas privadas publicadas por los medios como las internas no vaticinan unos resultados que cambien sustancialmente la actual situación, ante una hipotética repetición electoral. En la formación liderada por Pablo Iglesias aseguran que habrían tocado suelo y aunque podría variar el origen de alguno de sus escaños, los datos que manejan los mantendrían en el mismo porcentaje de apoyo en caso de tener que volver a las urnas. Eso sí, reconocen que el efecto abstención está todavía por calibrar en el bloque de la izquierda, y que una baja participación abriría las puertas de La Moncloa al bloque conservador.

La situación sería la misma que la actual o bien se daría otra oportunidad a la derecha que podría aprovechar, resumen. Señalando que Pedro Sánchez se confunde si su intención última fuere, como desconfían algunos dirigentes, debilitar el espacio que Unidas Podemos representa a su izquierda para gobernar en solitario. Los discursos de los líderes políticos comienzan a impregnarse de ideario electoral. En el caso de Iglesias se deja sentir en su afán por resaltar la inacción de Sánchez y en descargar sobre éste las culpas ante una cada vez más previsible repetición electoral, mientras que el Gobierno, en modo precampaña, mostraba el viernes un perfil puramente electoralista desde La Moncloa, pasando a la ofensiva contra el que sería su potencial socio parlamentario o de Gobierno. La ciudadanía "entenderá" porque sabrá discernir bien que España necesita un Gobierno "sólido", "estable", remarcaba la portavoz Isabel Celaá durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Minutos antes, Iglesias criticaba en una entrevista en 'La Sexta' que Sánchez quisiese negociar una coalición en "dos días", y que posteriormente "perdió 90 días, por eso no es lógico irse de vacaciones". Advirtió también a Sánchez, recogiendo el ejemplo "aleccionador de Italia", que "los ciudadanos suelen castigar cuando ven que un político quiere llevarlos a las urnas" y se comprometió a que, “si vamos a elecciones y nos va mal, pondré mi cargo a disposición de Podemos”. En esta línea, el secretario general de Unidas Podemos puso en duda la identidad de izquierdas del PSOE, "que es especialista en utilizar la palabra izquierda y luego hacer políticas que poco tienen que ver con ello. Hay un contraste entre lo que se dice en campaña y lo que se hace después". La precampaña ya está aquí, y otros actores de izquierda debaten internamente si dar el salto o no.

Unidas Podemos se resiste a tirar la toalla pese a los reiterados portazos del PSOE a sus sucesivas propuestas, siempre con fórmulas de coalición y no de gobierno en solitario como desea Pedro Sánchez, pero la dirección del partido comienza a trabajar ya con la hipótesis de una repetición electoral y a perfilar la campaña. Pablo Iglesias ya abordó este escenario con su núcleo duro en un cónclave celebrado hace unos días en casa de su jefe de gabinete, Pablo Gentili. Se calibraron los ánimos, las reacciones, y también se midió el grado de cohesión respecto a cómo afrontar un nuevo reto electoral. No hay dos campañas iguales, y en esta se daría un giro respecto al PSOE, con quien Iglesias será menos indulgente. Nada de guante blanco como abril, principalmente en los debates electorales donde no se rehusará el cara a cara con el candidato socialista, avanzan desde el entorno del secretario general.

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