"Siempre a su servicio, Puigdemont": testifica el líder de los 'mossos' independentistas

"Todo mi apoyo y solidaridad al presidente Carles Puigdemont. Siempre a su servicio y a su disposición para lo que necesite". El 'mosso' Albert Donaire no esconde su lealtad al bloque independentista en las redes sociales. El líder de Mossos per la República, organización adscrita a la Asamblea Nacional Catalana, proclamó una vez más su admiración por el 'expresident' este lunes en Twitter, dos días antes de comparecer como testigo en el Tribunal Supremo. Convertido en un militante del 'procés' con placa, su declaración mostrará la cara más polémica de la policía autonómica: la de los agentes que el 1-O se plegaron a los intereses del Govern.

La testifical ha sido solicitada por Vox y todo apunta a que saltarán chispas. El policía se encontró el pasado 6 de abril un inodoro lleno de lazos amarillos en una vivienda a la que acude con regularidad, una puesta en escena que iba acompañada de frases como "eres una vergüenza para el uniforme". El 'mosso' publicó lo ocurrido en Twitter y aseguró que el próximo miércoles va a declarar "sin temor en un juicio farsa", mientras que Puigdemont denunció los hechos en otro tuit para mostrarle su apoyo: "El ataque de un comando de ultras a un testigo del juicio es un acto de intimidación que vuelve a dejar en evidencia la calidad del Estado de derecho español".

La polémica está servida y Donaire no ha dudado en avivarla en los últimos días. Al margen de sus habituales mensajes independentistas, el 'mosso' envió la pasada semana un escrito al Supremo en el que pide que se respete su "derecho a declarar en catalán". Los magistrados dejaron claro en el arranque de las testificales que solo los acusados tienen la posibilidad de expresarse en dicho idioma, explicación que Manuel Marchena se encargó de trasladar al diputado de ERC Joan Tardà. "Para que lo entienda, que soy lego en la materia, ¿tengo derecho a responder en catalán?", reclamó el político. "No", fue la rotunda contestación. Pese a ello, Donaire vuelve ahora a la carga con una solicitud que no tiene recorrido.

El 'mosso' lleva en el cuerpo más de 10 años y ha trabajo como agente de seguridad ciudadana en Girona, el Val d'Aran o el Baix Empordà. En octubre de 2012, fue elegido coordinador de Mossos per la Independència, un grupo que depende de la ANC y que a día de hoy se presenta como Mossos per la República. "Ciudadano de la república de Cataluña. Implicado con el país desde mi infancia. Coordinador de la sectorial de la ANC MxRC [Mossos per la Republica]. Miembro de Òmnium Cultural. Socio de Plataforma per la Llengua. Soy un defensor de la lengua catalana y de las instituciones. Servidor de su pueblo", explica en su blog. La descripción, sin embargo, se queda corta en comparación con los mensajes y vídeos que publica en las redes sociales.

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Ya en 2017, algunos de sus comentarios levantaron ampollas en los días previos al 1-O. "Como 'mosso', estoy al lado del Govern para garantizar que se celebra con normalidad el referéndum del 1-O", escribió el 7 de septiembre de 2017 en Twitter junto a una fotografía en la que se le ve cuadrarse ante la estelada. "No pienso retirar ni una sola urna el 1-O. Espero que todos tengan claro a quién soy leal", aseguró seis días después. El día de la votación, su cuenta se llenó de mensajes en los que pedía a sus seguidores acudir a las urnas, así como de críticas a las fuerzas del Estado: "La Policía Nacional y la Guardia Civil no aparecieron cuando los terroristas atacaron, pero atacan sin escrúpulos a los demócratas catalanes del 1-O", llegó a denunciar en uno de ellos, refiriéndose así a los atentados sufridos en Barcelona y Cambrils en agosto de ese mismo año.

Su radicalidad le hizo ganarse enemigos, pero también admiradores. Con más de 45.000 seguidores en Twitter, el 'mosso' publica vídeos en los que defiende las tesis independentistas, usando así todo tipo de canales para lanzar perlas contra el Estado: "Si fuese por España, retrocederíamos a la Edad Media"; "las SS alemanas del siglo XXI están hoy en España y también uniformadas", “las instituciones españolas (judiciales, policiales, políticas…) comparten tres cosas: son miserables, nos odian y son unas cínicas”... Entre sus mensajes más recientes, destaca además una intervención del pasado octubre en el 'Congreso de tuiteros por la república catalana', donde pidió "abrir las cárceles" de Cataluña para "sacar" a los presos del 1-O. La idea era clara: "Tenemos las llaves".

La agresividad de algunas de sus proclamas llega a tal punto que el juzgado de instrucción 2 de Olot abrió una investigación contra él por un supuesto delito de incitación al odio. El propio Donaire anunció el pasado febrero en Twitter que la causa había sido archivada y calificó la decisión como "una pequeña victoria", pero al mismo tiempo avisó de que la Fiscalía podía recurrir. En el caso de que la sentencia no sea firme, el 'mosso' podría acogerse a su derecho a no responder a ciertas preguntas en el Tribunal Supremo, pero todo apunta a que acudirá al juicio del 'procés' con ganas de dar batalla. "Qué juicio más patético y qué farsa más grande", denunció el pasado 26 de febrero. Con Vox comenzando el interrogatorio, el choque de trenes está asegurado.

La declaración de Donaire cobra además especial interés después de que la cúpula de los Mossos se haya desmarcado de los líderes independentistas en el juicio del 'procés'. Con el mayor Josep Lluís Trapero a la cabeza, los mandos de la policía autonómica aseguraron en el Supremo que avisaron al Govern de que el 1-O podía darse una escalada de violencia, afirmando incluso que tenían un plan para detener a Puigdemont. Tras estas testificales, el líder de Mossos per la República tendrá que decidir si sigue los pasos de sus antiguos jefes o mantiene la misma postura que expone en redes sociales: antes que el uniforme, su lealtad al independentismo. En el caso de que elija este segundo camino, queda por ver si en su defensa de los acusados termina por confirmar la idea que sostiene la Fiscalía frente a los Mossos, a los que acusa de jugar un papel determinante en el 'procés'.