El horizonte penal de La Manada: en otoño pueden volver a prisión

Los cinco condenados por el abuso sexual de una joven madrileña en los San Fermines de 2016 están ya en la calle tras la decisión del mismo tribunal que les impuso nueve años de prisión. Su puesta en libertad no es, en todo caso, irreversible ya que la sentencia está pendiente de la decisión que sobre su contenido tome el Tribunal Superior de Justicia de Navarra que debe decidir en los próximos meses sobre la sentencia. En el caso de que se confirme por esta instancia la pena de cárcel, las acusaciones, entre ellas la que ejerce la propia víctima, pueden reclamar su reingreso. Así, en otoño podrían estar de regreso en la cárcel.

El plazo de presentación de recursos a la sentencia acabó el 21 de mayo. Además de las defensas de José Ángel Prenda, Ángel Boza, Jesús Escudero, Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Jesús Cabezuelo, apelaron la Fiscalía, el Gobierno foral y el Ayuntamiento de Pamplona y la agredida en el portal de la calle. El Ministerio Público, que pidió durante el juicio una pena por agresión sexual y penas mucho más altas recurrió e insistió en sus argumentos.

Es, así, la Sala de lo Civil y Penal del TSJN la que tiene en sus manos la revisión de la condena. Según apuntan a El Confidencial fuentes jurídicas cabria la opción de revisar también las excarcelaciones en el caso de que este órgano judicial revise al alza tanto la calificación de los hechos como la pena impuesta. El lapso para el fallo no debería extenderse más allá de septiembre, dada la carga de trabajo del tribunal, que no es excesiva.

Pero ojo, cabe también la posibilidad contraria. Los jueces que ahora se pronunciarán a la vista de los recursos analizan una resolución que fue adoptada con la discrepancia de uno de los tres miembros del tribunal. El famoso voto particular de Ricardo González, tan criticado, resta firmeza a la decisión. También lo hace, la última decisión. La magistrada Raquel Fernandino ha apoyado al 'juez singular' en la última y polémica valoración en contra de ampliar la prisión provisional más allá de dos años ya cumplidos. No es descartable, por tanto, ni una rebaja ni una absolución de La Manada.

No hasta la sentencia firme

Tras el recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, vendrá el de casación. Es el Tribunal Supremo el que decide en último extremo y su fallo será definitivo. Si la libertad no se revoca tras el criterio de la primera instancia de apelación, el regreso a la cárcel será inaplazable para los condenados siempre que las penas que imponga la Sala de lo Penal sean superiores a los cinco años.

Allí, todo comenzará de nuevo. El alto tribunal no puede valorar la prueba, es decir, no revisará ni practicará nuevas declaraciones de acusados o testigos, ni visualizará el video que grabaron los agresores con sus teléfonos móviles, ni escuchará de nuevo a la víctima. Contará con la sentencia, el voto particular, y los recursos presentados para determinar si la polémica pena se ajusta a Derecho. Si debe confirmarse, elevarse, reducirse o desaparecer.

Para este último trance, la media de actividad de la Sala permite suponer que el desenlance definitivo tardará más de un año. Hasta ese momento la pena no será firme por lo que el criterio defendido por el tribunal navarro puede alargarse hasta entonces. En otoño o dentro de más de un año: este es el horizonte penal, siempre con la posibilidad de que la complejidad de la cuestión no arroje dudas suficientes como para inclinar la balanza a favor de los reos y estos queden exonerados de todo delito.