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Ferraz cree haber logrado "retratar" a Rivera tras su negativa a apoyar a Gabilondo
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SE DEDICA A "SOSTENER" AL PP, DENUNCIA SÁNCHEZ

Ferraz cree haber logrado "retratar" a Rivera tras su negativa a apoyar a Gabilondo

La dirección desplega la presión máxima contra Cs tras la dimisión de Cifuentes. Sánchez mensajea al líder de Cs para hacer que "recapacite", pero este rechaza hablar con él porque la moción ha decaído

Foto: Pedro Sánchez, el pasado 23 de abril en Villalar de los Comuneros, en Valladolid. (EFE)
Pedro Sánchez, el pasado 23 de abril en Villalar de los Comuneros, en Valladolid. (EFE)

Pedro Sánchez y su equipo estaban convencidos de que no se llegaría a debatir la moción de censura de Ángel Gabilondo porque antes se produciría la dimisión de Cristina Cifuentes, aunque nunca pensaron que su final sería tan abrupto y sucio. Pero estaban igual de persuadidos de que Ciudadanos jamás apoyaría la investidura del portavoz socialista una vez caída la presidenta regional. Por eso para Ferraz era importante "retratar" a Albert Rivera, situarlo al lado de un PP "podrido" de corrupción, "corrompido hasta la médula", apuntalándolo. Y cree haberlo conseguido después de un día de infarto y que quedará grabado a fuego, por muchos años, en la historia de la política española. Para ello coreografió un último intento de persuasión a Cs, protagonizado por el propio Sánchez, que fue rechazado con cajas destempladas, sin mediar siquiera una conversación telefónica o una reunión, por Rivera.

Desde que estalló el caso máster, y especialmente desde que el PSOE madrileño registró su moción de censura, la dirección ha ido aumentando la presión hacia Ciudadanos, lanzándole varios mensajes directos, recriminándole que buscase "soplar y sorber" al mismo tiempo, actuar de espadachín contra la corrupción para luego acabar "encubriendo" al PP. Pero esa escalada llegó a su cima este miércoles, el día en que todo se desencadenó a la velocidad de vértigo, la jornada en la que Cifuentes tuvo que dimitir apuntillada por un vídeo humillante desvelado por Okdiario en la que se la veía hurtando dos cremas cosméticas baratas en un hipermercado en 2011, cuando era vicepresidenta de la Asamblea de Madrid.

El número tres, José Luis Ábalos, había ido preparando el terreno a primera hora, antes incluso de que se produjera la renuncia de la dirigente popular. Reclamó a Cs que diera un paso "decisivo", "valiente" y apoyara la investidura de Gabilondo. Que abandonara todo "tacticismo" electoral. Pero ya cuando se produjo la caída de Cifuentes, entró a matar el propio Sánchez, en sendas entrevistas en 'Las mañanas de Cuatro' y 'Al rojo vivo'.

Rivera tendrá que escoger entre apoyar la regeneración democrática o perpetuar a un partido podrido por la corrupción


"He enviado un mensaje al señor Rivera y espero hablar esta tarde con él para intentar resolver entre él, yo y Podemos la situación en la Comunidad de Madrid —dijo—. No hablamos de un problema de nombres, no vale con poner un Gobierno técnico, un Gobierno en transición, Madrid necesita recuperar la ejemplaridad y el buen nombre de las instituciones dañadas, y atienda las emergencias sociales de la Comunidad de Madrid". La región ha de salir del "empantanamiento de la corrupción", y por tanto solo hay dos opciones. "Aquí no hay terceras vías. No se puede sorber y soplar al mismo tiempo; Rivera tendrá que escoger entre apoyar la regeneración democrática o perpetuar a un partido podrido por la corrupción".

Foto: Cristina Cifuentes durante la rueda de prensa en la que ha anunciado su dimisión. (EFE)

"Gravísima crisis institucional"

El secretario general aspiraba a que el presidente de los naranjas cambiase de postura. Que "reflexione", "recapacite" y "sea consecuente" con sus propias palabras, cuando atacaba al PP por ser un partido "podrido" por la corrupción, le decía. No puede haber un solo diputado conservador en la Asamblea "limpio" y en todo caso no vale con encontrar "un sustituto" de la hasta ahora presidenta autonómica. Sánchez insistía en que su partido obraría con grandes "dosis de generosidad" y guiado por la "serenidad" para resolver una "gravísima crisis institucional" en Madrid.

En Ferraz ya apuntan que al final Cs también acabará "arrastrado" por la caída de Cifuentes y su apoyo a un nuevo dirigente del PP

Pero esa charla no se llegó a producir en todo el día. Hacia las ocho de la tarde, el equipo de Rivera informaba a los periodistas de que su jefe había respondido al mensaje de Sánchez. Y le trasladó que tras la dimisión de Cifuentes "el escenario ha cambiado porque la moción de censura ha decaíado". Tras su caída, le dijo, "no hacía falta ya que hablaran". "Por tanto, no se ha producido ninguna reunión ni ninguna conversación telefónica". La formación naranja aprovechaba para colgarse la medalla: Cs "ha conseguido finalmente que haya un relevo en la presidencia de la Comunidad, como pasó con el presidente de Murcia [Pedro Antonio Sánchez], imputado por varios delitos de corrupción. Cs ve una oportunidad en mayo de 2019 para que los madrileños apuesten por un proyecto nuevo, limpio e ilusionante". La réplica de los liberales no podía ser una sorpresa: por la mañana, tras conocerse la salida de Cifuentes de Sol el propio Rivera había advertido de que no había "ninguna opción" de que su formación respaldara a otro candidato que no fuera un diputado del PP.

Y justo después contestó el líder socialista a través de un vídeo grabado en su despacho y difundido por redes sociales. En él, mostraba su sorpresa por que Rivera no hubiera tenido "un minuto" para hablar de la posibilidad de "regenerar las instituciones de Madrid". "Dedica todo su esfuerzo a sostener en ellas a un PP corrompido hasta la médula". En su tuit, Sánchez volvía a emplazar a los naranjas a que "recapacitasen" y reconsiderasen su postura.

En la cúpula insisten en que la formación naranja se ha probado como el "recambio", no el cambio, y que ha ido a rebufo de los acontecimientos

La lectura de Ferraz, al final del día, no podía ser más triunfalista, como así manifestaban dirigentes muy próximos a Sánchez. Se felicitaban de que su estrategia hubiera funcionado. Primero, al adelantarse a la dimisión de Cifuentes con las declaraciones de Ábalos y asfaltando ya el siguiente paso. Y después, al protagonizar el secretario general ese contacto directo con Rivera, para dejarle en "evidencia".

Foto: La ya expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes (d), y el consejero y portavoz del Gobierno, Ángel Garrido (i). (EFE)

"Cs no ha salido bien de todo este episodio. Ellos han ido en todo momento arrastrados. Exigieron la dimisión cuando nosotros ya habíamos registrado la moción de censura, y Cifuentes ha caído no por su presión, sino por un vídeo que sale casi seguro de dentro del propio PP. Y ahora ha dicho que no a Gabilondo. Les hemos logrado retratar: allí donde el PP necesita ayuda, Cs acude a salvarlo. Y ojo, porque este episodio puede acabar arrastrando a Ciudadanos de cara a las elecciones del año que viene", indicaba a este diario una responsable de la máxima confianza del líder, que añadía que no ha sido este miércoles un "buen día" para los liberales, puesto que no pueden colgarse "la medalla" de la defenestración de Cifuentes ni de la subida conforme al IPC de las pensiones, arrancada al Gobierno de Mariano Rajoy por el PNV.

Ciudadanos confirma que votarán a favor de cualquier candidato del PP que esté “limpio”

La "cloaca" madrileña

"Se ha visto que Cs ha propiciado el recambio, pero no el cambio. Y encima ellos no han hecho nada. Al prometer para 2019 un proyecto 'limpio', está asumiendo que ahora va a investir a un candidato sucio", abundaba otra fuente de Ferraz. Como le afeaba a Rivera un miembro de la cúpula federal, Nacho López: "No invente excusas para apoyar el estercolero popular en Madrid".

Desde la difusión del vídeo, Ferraz desliza que procede de las filas del PP, lanzado para mantener a toda costa el poder en la Comunidad

La dirección federal, en consecuencia, cree haber conseguido uno de sus principales objetivos en esta crisis, señalar a Cs como un compañero de viaje del PP y erosionar su imagen de "alternativa" del partido de Mariano Rajoy. Un bien valioso, entiende, de cara al siguiente ciclo electoral, en el que 'a priori' la formación naranja parte con bastante ventaja, a tenor de las últimas encuestas, que les sitúan en el primer escalón en toda España y liderando también la tabla en la Comunidad de Madrid.

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De camino, el PSOE ha conseguido también relanzar la figura de Gabilondo y asentarlo como candidato indiscutible en la región, como una antítesis de los 23 años de gobiernos del PP, lastrados por los sucesivos escándalos de corrupción y coronados por el caso máster y, ahora, la grabación vergonzante de Cifuentes en un cuartito de un hipermercado tras haber sido pillada sustrayendo dos cremas de Olay en 2011. Para el PSOE, como para el resto de fuerzas, Madrid es una plaza absolutamente capital, y está convencido de que una mayor fortaleza en ella puede tirar del resultado en el resto del país.

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Ya desde primera hora de la mañana, el PSOE había deslizado la idea de que la aparición del vídeo en el supermercado formaba parte de una operación nacida de las entrañas del PP con el único objetivo de conservar su bastión. Era una "estrategia para mantenerse en el poder de la Comunidad", arramblando a su paso con el "prestigio y reputación" de las instituciones madrileñas. Ya había sucedido, recordó, con el 'tamayazo', en 2003, y más tarde con diversas tramas de corrupción (Gürtel, Púnica, Lezo...), y el resultado, a su juicio, era obvio, que "está convirtiendo toda la política madrileña en una cloaca". "Es lo único que uno puede concluir después de ver lo último: hay un relevo de Cifuentes a su manera, a la manera del PP, no le importa ensuciar todo y horrorizar a la ciudadanía con esta imagen de los representantes políticos".

Los socialistas no van a soltar la presa. El caso máster y el desgaste de Cifuentes ha servido a Sánchez para recuperar oxígeno, exponerse más a los medios e intentar tomar la iniciativa. Madrid, creen, puede convertirse en una palanca para un partido que ambiciona ser la primera fuerza en las municipales de dentro de solo un año.

Pedro Sánchez y su equipo estaban convencidos de que no se llegaría a debatir la moción de censura de Ángel Gabilondo porque antes se produciría la dimisión de Cristina Cifuentes, aunque nunca pensaron que su final sería tan abrupto y sucio. Pero estaban igual de persuadidos de que Ciudadanos jamás apoyaría la investidura del portavoz socialista una vez caída la presidenta regional. Por eso para Ferraz era importante "retratar" a Albert Rivera, situarlo al lado de un PP "podrido" de corrupción, "corrompido hasta la médula", apuntalándolo. Y cree haberlo conseguido después de un día de infarto y que quedará grabado a fuego, por muchos años, en la historia de la política española. Para ello coreografió un último intento de persuasión a Cs, protagonizado por el propio Sánchez, que fue rechazado con cajas destempladas, sin mediar siquiera una conversación telefónica o una reunión, por Rivera.

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