Los tres principios patrióticos con que Iglesias pretende “armar una nueva España”

Podemos se fundó con la pretensión de impugnar el régimen del 78 e impulsar un proceso constituyente, que rompiera "los candados de la Transición" y sentase las bases para un nuevo acuerdo social. Aquella señalada "ventana de oportunidad" se diluyó tras un "asalto a los cielos" que no consiguió consumarse, obligando así a la formación a dejar atrás la ofensiva de su "guerra relámpago" o 'blitz​' para pasar a la resistencia de la "guerra de posiciones". Sin embargo, el proceso constituyente sigue centrando las aspiraciones a largo plazo de Podemos, como deja claro Pablo Iglesias en el prólogo del libro 'España, un proyecto de liberación' (El Viejo Topo), que escriben mano a mano el diputado Manolo Monereo y Héctor Illueca, y que se presentará el próximo miércoles en la sede del 'think tank' del partido.

Un proceso constituyente que trata de robar a la derecha el monopolio del patriotismo, elaborando un relato impropio de la izquierda institucional según el cual, como concluye Iglesias en el mencionado prólogo, "amar a la patria es amar a sus gentes y a sus pueblos". Una expresión que polariza, en línea con la esencia del populismo progresista que defiende la formación, a los de abajo y las élites dominantes. Esto es, como acuñó Íñigo Errejón, "la patria es su gente" y no, como añade Iglesias, "quienes llevan la pulserita de España, pero pagan impuestos en Suiza". Poco a poco se va recuperando la sintonía entre ambos dirigentes, tanto personal como intelectual, lo cual puede comprobarse desde hace semanas en los pasillos del Congreso.

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El diagnóstico del que parte el líder de Podemos es que España atraviesa una "crisis de régimen", un hecho "reconocido incluso por los más sectarios defensores del orden establecido, que en estos tiempos intentan una restauración autoritaria". La viabilidad de España como proyecto colectivo, entiende, se estaría poniendo en entredicho por esta crisis, que se sustentaría en al menos tres dimensiones distintas: territorial, social e institucional.

La crisis territorial se debería fundamentalmente "a la incapacidad de las élites para renovar y adaptar al presente el encaje político de la plurinacionalidad constitutiva de nuestra patria". El inmovilismo y autoritarismo que achaca al denominado "bloque monárquico" en el conflicto catalán "solo ha servido para promover el crecimiento del independentismo en Catalunya". También su supuesta incapacidad para pensar el Estado y el país, ofreciendo una "solución democrática" —referéndum pactado— y "un proyecto de participación en el proyecto España, capaz de seducir a una mayoría de catalanes".

La crisis social, en segundo lugar, sería la causa de "las políticas de austeridad fiscal impuestas por la Troika" que habrían aumentado "hasta extremos insoportables". Según afirma el líder de Podemos, "España tiene uno de los estados sociales menos desarrollados de la Unión Europea, con niveles de desigualdad impropios de la cuarta economía del euro".

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En tercer y último lugar, Iglesias sostiene que España sufre una crisis institucional, "fruto de una concepción patrimonialista del Estado por parte de las élites". La corrupción en España no es una característica antropológica de las élites gobernantes, según añade, "sino una forma de gobierno que hunde sus raíces en lo más profundo de nuestra historia", como ya se encargó de analizar durante su extenso discurso en la moción de censura contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.​

La plurinacionalidad, el escaso desarrollo del Estado del bienestar y la corrupción no son elementos que se circunscriban al actual contexto del país, sino que para el secretario general podemista "han sido constantes en nuestra historia lejana y reciente". Sin embargo, aduce que "no se revelaron como crisis de sistema hasta que el estallido de la burbuja financiera, el surgimiento del 15-M y el soberanismo catalán hicieron evidentes los límites (políticos e intelectuales) de las élites dominantes para armar soluciones viables a estas crisis".

En este sentido, concede un reconocimiento a la Transición. Asegura Iglesias que, pese a sus "vergüenzas, tutelas y contradicciones", la Transición española "construyó un proyecto político de España viable, sostenido por amplios apoyos sociales y electorales, que permitió manejar la plurinacionalidad con un modelo territorial defectuoso pero pactado y con un desarrollo social sin precedentes que facilitaba que la corrupción patrimonialista se justificase como inevitable".

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Claves de la "nueva España"

El contrato social que se fraguó en la Transición apuntaló, para Iglesias, "la historia de nuestra patria durante las siguientes décadas", pero hoy en día ese contrato habría "saltado por los aires". Es en este punto de su análisis en el que se destacan las claves fundamentales señaladas por los autores del libro, necesarias según su punto de vista "para construir un nuevo contrato constituyente capaz de armar una nueva España".

Un nuevo proyecto de país que debería asumir tres retos fundamentales: la construcción de un Estado social (que recupere la soberanía y garantice los derechos sociales y la prosperidad económica), plurinacional (que asegure y articule institucionalmente la fraternidad de los pueblos de España reconociendo sus derechos) y democrático de derecho. En esta línea comparte con los autores que "la clave para construir esa nueva España es actualizar y armar institucionalmente un proyecto democrático republicano (social y plurinacional) para nuestra patria". En definitiva, el libro que los autores presentarán el próximo miércoles junto a Iglesias, la portavoz parlamentaria, Irene Montero, y la diputada de Unidos Podemos Yolanda Díaz es para el secretario general de la formación "un arma para los patriotas que saben que amar su patria es amar a sus gentes y a sus pueblos".