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"Funeral respetuoso" en el PP y consigna de aguantar la campaña de desgaste de Rivera
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Albiol seguirá en cataluña de momento

"Funeral respetuoso" en el PP y consigna de aguantar la campaña de desgaste de Rivera

Diputados a pie de circunscripción piden un rearme en el discurso político al comprobar que Cs saca partido a enarbolar banderas clásicas del PP como la defensa de la unidad de España

Foto: El cabeza de lista del PPC en las elecciones del 21-D, Xavier García Albiol. (EFE)
El cabeza de lista del PPC en las elecciones del 21-D, Xavier García Albiol. (EFE)

El Partido Popular empezó la digestión de su doble fracaso en las elecciones del 21-D, el del Gobierno y el del PP, sin reproche alguno hacia Xavier García Albiol, en un comité ejecutivo calificado por sus asistentes de "funeral respetuoso" y sin más señales de Mariano Rajoy que la de aguantar frente a la previsible campaña de desgaste de Albert Rivera. "Es lo que nos faltaba, adelantar ahora las elecciones, como si no tuviéramos bastantes problemas", vino a decir el jefe del Ejecutivo ante la dirección de su partido y en el primer análisis de los comicios catalanes.

La legislatura pende de un hilo, de que el PNV se anime a apoyar los Presupuestos Generales del Estado para empezar el año mientras Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y la CUP entran en conversaciones para formar un nuevo gobierno secesionista. Está por ver además la nueva actitud de Ciudadanos en el Congreso como beneficiario directo de la pérdida de la mitad del electorado de los populares en Cataluña. Aunque en asuntos de política económica tiene poco margen o autonomía para ir contra el Ejecutivo, en lo demás ya vota con la izquierda o se abstiene por sistema para favorecer las derrotas del Grupo Popular.

Valoración de Mariano Rajoy tras los resultados electorales del 21-D.

"Nuestro electorado es intercambiable y el objetivo de sustituirnos, evidente", reconocen en fuentes de la sede de Génova después de resultar arrasados en Cataluña por los riveristas con Inés Arrimadas al frente. El mismo 'voto útil' que dio a Rajoy la victoria en las generales se ha vuelto ahora en contra de García Albiol en las catalanas.

En el PP admiten que cualquier otro candidato hubiera tenido el mismo resultado, que desde el fiasco de la jornada del 1-O hasta el errático discurso gubernamental después de aplicar el 155 (de pedir perdón por hacerlo a presumir de descabezar a los adversarios) casi nada se hizo bien, aunque casi todos se esforzaran en levantar la campaña después, y Rajoy el primero.

El propio presidente del Gobierno proclama que nunca puso en marcha el precepto constitucional para recuperar el orden legal en la Generalitat pensando en sacar votos en las elecciones consiguientes, inevitables y urgentes dada la "excepcionalidad" de la decisión tomada: disolver una cámara autonómica. Así lo explicó en el comité ejecutivo del partido.

Foto: Albert Rivera e Inés Arrimadas celebran la victoria de Ciudadanos en Cataluña. (Reuters)

El PSOE y Ciudadanos también exigieron que los comicios fueran cuanto antes para apoyar el 155. Rivera sabía que iba por delante, con una buena candidata fajada ya como jefa de la oposición a los independentistas y le sacó partido a costa de los populares. Albiol recomendó dejar más tiempo para que se rebajara el fervor secesionista antes de sacar las urnas y también intervenir el aparato de propaganda de los independentistas, pero prevalecieron las prisas de los demás partidos, admitidas por Rajoy con tal de frenar la intentona separatista de Puigdemont cuanto antes.

En el PP señalan ahora que una dimisión de García Albiol carece de sentido, no serviría de nada, su marcha sería incluso contraproducente. Toca acompasar el enésimo relevo al frente del partido en Cataluña con los propios acontecimientos de la legislatura autonómica, previa reflexión "a fondo" sobre el futuro del partido en la comunidad, insisten en Génova.

Antes del desastre del 21-D en medidos de la dirección del PP se daba por hecho que la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, estaba llamada a tomar las riendas de la organización a mediados de 2018 y preparar una renovación a fondo del partido con la vista puesta en las municipales de mayo de 2019. Esperaban perder 4 o 5 escaños, pero no 8 y quedarse sin grupo parlamentario. Ahora casi no queda base electoral ni institucional para reconstruir nada.

En el PP señalan ahora que una dimisión de García Albiol carece de sentido, no serviría de nada, su marcha sería incluso contraproducente

La principal preocupación de los populares es ahora el resto de España, que Rivera aproveche el éxito de Arrimadas para extender su imagen de alternativa de centro derecha en las regiones donde todavía no ha conseguido meter la cabeza. Por eso precisamente necesita el PP aguantar como sea en el poder, al menos hasta 2019 y evitar un adelanto de elecciones forzado por falta de apoyos.

Los diputados a pie de circunscripción piden un rearme en el discurso político y de los principios, que no solo esté basado en la recuperación económica, sobre todo al comprobar pasmados que Ciudadanos saca partido a enarbolar las banderas propias y clásicas del PP: la defensa de la unidad de España y del ordenamiento constitucional.

El Partido Popular empezó la digestión de su doble fracaso en las elecciones del 21-D, el del Gobierno y el del PP, sin reproche alguno hacia Xavier García Albiol, en un comité ejecutivo calificado por sus asistentes de "funeral respetuoso" y sin más señales de Mariano Rajoy que la de aguantar frente a la previsible campaña de desgaste de Albert Rivera. "Es lo que nos faltaba, adelantar ahora las elecciones, como si no tuviéramos bastantes problemas", vino a decir el jefe del Ejecutivo ante la dirección de su partido y en el primer análisis de los comicios catalanes.

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