El PP empieza a temer la venganza de Luis Bárcenas: la Fiscalía no 'salva' a su mujer

A Luis Bárcenas no le salen las cuentas. Ni las suyas ni las de su mujer, Rosalía Iglesias. Las explicaciones que el extesorero dio a principios de enero en su declaración ante el tribunal que juzga la primera época del caso Gürtel (1999-2005) no han convencido a la Fiscalía Anticorrupción, que ha mantenido prácticamente las mismas penas que ya solicitó al inicio de la vista oral para el extesorero del PP y su esposa. Solo les quita un delito fiscal, el del IRPF del año 2009, porque un último informe de la Agencia Tributaria desvela que la cuota defraudada a Hacienda en ese ejercicio, tras la venta de un piso en Polonia, no llegó a los 120.000 euros, el mínimo exigido para que haya delito. Lo que se traduce en una rebaja de tres años en la pena total de Bárcenas (pasaría así de 42 años y seis meses a 39 años y seis meses) y de un año en la de Rosalía (de 24 años y un mes a 23 años y un mes).

El escrito de conclusiones presentado este lunes por el ministerio público puede suponer un punto de inflexión. Durante el año que ha durado el juicio, Bárcenas ha decidido mantener un perfil bajo, centrándose exclusivamente en su defensa e intentando justificar que su abultado patrimonio (casi 50 millones de euros) engordó gracias a su gran capacidad como inversor y hombre de negocios. Nada de cargar las tintas contra el PP. Incluso cuando salió a colación la famosa caja B del partido, aquella que había dado como cierta ("Fue mi mano la que entregó el sobre a Cospedal", llegó a decir), se limitó a sortear el peligro bautizando una nueva expresión menos dañina: "Contabilidad extracontable".

Bárcenas ha esperado en todo este tiempo una solución judicial para su esposa Rosalía, su verdadero punto débil. Una solución que a la vista del escrito de la Fiscalía no ha llegado ni va a llegar. Falta que la defensa de ambos haga sus alegatos finales este miércoles y la presentación de los informes finales entre el 23 de octubre y el 10 de noviembre, pero el horizonte judicial de Iglesias está lleno de nubarrones. El ministerio público mantiene para ella los delitos de apropiación indebida, estafa, blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública.

En cuanto a los delitos fiscales cometidos en el año 2006, la Fiscalía ofrece al tribunal una alternativa de pena: en lugar de considerarla autora junto a su marido, propone que se la pueda considerar cooperadora necesaria en los mismos, eso sí, atribuyendo al extesorero toda la cuota imponible defraudada y aplicada hasta ahora a ambos cónyuges por separado. Una alternativa que según fuentes jurídicas no supone una reducción de la pena, ya que los tres años por el delito fiscal del IRPF de 2006 y el año y seis meses por el delito cometido en el impuesto de patrimonio de ese año se sustituirían por penas parecidas al ser cooperadora necesaria. En total, la pareja habría defraudado 8,4 millones de euros al fisco, según los nuevos cálculos.

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El PP teme ahora la reacción de Bárcenas. A la espera de la sentencia del tribunal, que aún tardará meses, su mujer se enfrenta a más de 20 años de prisión. Algunas fuentes consultadas señalan que la estrategia de Bárcenas durante este año, la de mantener un perfil bajo (llegó también a retirar la acusación en la causa que instruye la destrucción de los ordenadores de su despacho), puede dar un giro de 180 grados. Si su mujer no se salva de la cárcel, ya no hay excusa para no contraatacar. Son muchos los que recalcan en 'petit comité', sobre todo de su círculo íntimo, que Bárcenas aún conserva documentación para hacer daño al partido. Información bastante sensible que puede aparecer en la prensa en las próximas semanas o incluso en la Audiencia Nacional. Como ya publicó El Confidencial en mayo de 2015, el extesorero aún tiene en su poder anotaciones sobre la presunta contabilidad ilegal del PP que no figuran en ninguno de los sumarios en los que está involucrado.

No hay que olvidar que a Bárcenas le queda pendiente otro juicio dentro del caso Gürtel: la pieza separada que se abrió por la famosa contabilidad B que el partido llevó durante muchos años. Una caja B aderezada por los presuntos sobresueldos que cobraron altos cargos del PP. Una instrucción que quedó descafeinada (el juez no pudo probar que las donaciones de los empresarios eran finalistas ni que hubo sobresueldos), por lo que solo se juzgará si la reforma de la sede de Génova se pagó con dinero negro. La Audiencia Nacional ya ha ordenado la reapertura de la instrucción tras la declaración de Paco Correa.

Una gran oportunidad para Bárcenas. No será la única. La Justicia ya está empezando a enlazar los tres grandes casos de corrupción que salpican al PP, Gürtel, Lezo y Púnica. El juez que instruye los papeles de Bárcenas, José de la Mata, ha pedido a su compañero en la Audiencia Nacional e instructor del caso Lezo, Manuel García-Castellón, la transcripción íntegra y la grabación de la conversación entre el expresidente madrileño Ignacio González (actualmente en prisión) y el exministro Eduardo Zaplana en la que ambos hablaban de la existencia de un vídeo en el que se hablaría de un presunto chantaje a Mariano Rajoy. Todo ello relacionado con supuestos pagos al PP por parte de constructores que donaron dinero al partido. Bárcenas podría tener información sobre este suceso.