El 'shock' de los 53.000 avales de Sánchez espabila a barones y dirigentes susanistas
La constatación de que el exlíder pisa los talones a la presidenta andaluza ha servido para "activar" a sus fieles en Valencia o Asturias y también en territorios hostiles como Cataluña o Galicia
Es una reflexión muy compartida por los partidarios de Susana Díaz. La primera vuelta de las primarias del PSOE, la entrega de los avales, les ha hecho ver "las orejas al lobo". Constatar, para su sorpresa, que Pedro Sánchez estaba mucho más cerca de lo que pensaban, que tenía más ejército de fieles del que creían, que la abstención en la investidura a Mariano Rajoy creó una fractura con las bases mucho más honda de lo que siquiera podían calcular. De hecho, del optimismo y de la convicción total de que la presidenta andaluza ganaría, y con cierta holgura, se ha transitado abruptamente a la preocupación y a la asunción de que, en efecto, ella puede o ganar por poco o ser batida por su principal rival. Una derrota que consideran apocalíptica y que tendría su segunda onda expansiva en los congresos autonómicos y provinciales, los que suceden al federal.
Esas y otras razones han hecho, según todas las fuentes consultadas, que los barones susanistas se hayan "activado" más de lo que ya estaban, que se den cuenta de que deben fajarse en sus territorios para cosechar más votos para Díaz, especialmente en aquellos en los que el ex secretario general la goleó, como Valencia o Asturias, o donde la diferencia fue menor a la prevista, como Extremadura. Igual que tocará reforzar la campaña en territorios hostiles como Cataluña, numerosa en militantes y en la que Sánchez, directamente, la pisoteó en avales, o Baleares y Galicia. Si el golpe psicológico "ha servido para que la gente se espabile, bienvenido sea", advertía un miembro del 'staff' de la candidatura.
El objetivo de la baronesa es afianzar los avales que ya se tienen y ampliar su ventaja en otras federaciones donde el margen ha sido menor
Las rúbricas habrían actuado así, según la percepción generalizada, de "revulsivo" en el flanco susanista más allá de Andalucía, cuyo aparato sí ha funcionado como un reloj en la primera ronda. El objetivo, en consecuencia, es "convertir en votos los avales" y arañar más votos en las zonas donde se observan expectativas de crecimiento. Ello se combina con un endurecimiento del discurso de la candidata, pasando al ataque directo al madrileño.
Se parte de una movilización muy alta
Desde el entorno más cercano de Díaz sí se reconocía que, para vencer a Sánchez —del que solo le separan 6.273 firmas, 59.390 de ella frente a 53.117 de él—, habrá que "apretar" en zonas en las que es posible cosechar un mayor volumen de sufragios, no por "nerviosismo" sino porque la victoria que habían vaticinado desde el principio ya no está tan clara como antes. "Es evidente que hemos tocado a rebato", advertía una dirigente territorial al mando de la campaña. En otras palabras, la escasa diferencia entre los dos grandes rivales se espera que contribuya a "tensionar" más a la organización y a que "la gente tibia reaccione". El problema es que buena parte del PSOE ya está decantado. De hecho, si algo ha demostrado la entrega de avales es una movilización jamás vista para esta primera fase: ya han expresado su apoyo por uno de los tres candidatos 123.373 militantes, el 65,64% del censo total (187.949 afiliados). En 2014, los avalistas fueron el 38,60%.
Puig y Fernández han perdido en esta primera ronda en sus federaciones y el margen en Extremadura o Castilla-La Mancha ha sido menor del previsto
Cuando los equipos de Sánchez y Díaz ofrecieron el desglose de las firmas entregadas en Ferraz por territorios —la gestora no ha desagregado el número de avales por federaciones y provincias y solo ha proporcionado el dato global, en toda España—, salieron a flote las debilidades y fortalezas de ambos y también las de Patxi López, que solo se impuso en su tierra, en Euskadi, aunque desde el principio no quiso entrar en la "guerra de avales". La presidenta arrasó en Andalucía (26.551, el 41,74% de todas las rúbricas recogidas) y ganó en Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, Murcia y Ceuta. Pero perdió estrepitosamente en Valencia (5.313 avales frente a los 8.105 de Sánchez), Asturias (2.435 contra 3.100) —ambas gobernadas por barones susanistas, Ximo Puig y Javier Fernández— y Cataluña (974 frente a 6.058). En Euskadi, cosechó una cifra raquítica (96 respaldos), por los 1.044 de Sánchez y los 2.400 de López.
De reproducirse esa correlación de fuerzas en las urnas del 21 de mayo, dos presidentes autonómicos, Puig y Fernández, quedarían sumamente debilitados en sus federaciones, más aún si gana en el cómputo general el exdiputado madrileño. Pero incluso en los territorios amigos en los que Díaz ganó la ventaja no siempre fue muy amplia: en Extremadura, dirigida por Guillermo Fernández Vara, el margen fue de 671 avales (3.392-2.721); en Castilla-La Mancha, gobernada por Emiliano García-Page, fue algo mayor (869 firmas). En Aragón, en cambio, Javier Lambán proporcionó a Díaz 1.409 avales más que los reunidos por su rival.
Los barones han sentido el riesgo en el cogote, según reconocen diversos dirigentes susanistas. Temen que, si vence Sánchez el 21 de mayo, sean ellos las siguientes víctimas de un secretario general reforzado. El madrileño nunca ha reconocido que vaya a emprender ninguna purga si vuelve a ocupar el trono de Ferraz, ni que pretenda desestabilizar las federaciones que tienen Gobierno socialista. Todo lo más, sí ha advertido de que los barones tendrán que "revisar si representan el sentir de los afiliados" en caso de que él venza. Palabras que sí se han percibido como un aviso para navegantes.
Vara tiene contrincante: Eva Pérez
Algunos de ellos, de hecho, bregan con oposiciones fuertes en sus territorios. Puig tiene enfrente al diputado nacional José Luis Ábalos, secretario provincial valenciano —y uno de los indudables triunfadores de la fase de avales—, y Fernández, también presidente de la gestora del PSOE, está enfrentado con la parlamentaria Adriana Lastra que, en alianza con el sindicato minero SOMA-UGT, le ha vencido en Asturias. Ábalos y Lastra son coordinadores de la campaña de Sánchez. Vara, por su parte, ya tiene en pista a una contrincante: la exconsejera de Educación y diputada regional Eva Pérez, que ha lanzado su precandidatura a la secretaría general del partido en Extremadura.
Los presidentes autonómicos ya cuentan con oposiciones internas en sus territorios: en Valencia, José Luis Ábalos; en Asturias, Adriana Lastra
Ese "riesgo" evidente de que Díaz pueda perder el 21 de mayo y después ellos mismos puedan tener dificultades en sus territorios en sus respectivos congresos ha hecho que sientan que deben "echar el resto" en los 15 días que quedan por delante, implicarse mucho más. "Aquí en Valencia sí estábamos muy activados. Pero ahora lo haremos con más intensidad que antes para que Pedro no gane", señala uno de los colaboradores más estrechos de Puig, que subraya que no espera una diferencia tan amplia con el exlíder en los votos como la que se vio en los avales (2.792). En Asturias, Fernández, como jefe de la gestora, ha decidido no moverse para no perder su condición de árbitro, y eso hace que "no sea igual" remar a favor de Díaz, pese a que en el Principado actúen de embajadores su secretario de Organización, Jesús Gutiérrez, y el líder de Juventudes, Nino Torre. En cualquier caso, a la militancia de estas federaciones sí se está trasladando la idea de que si pierde la baronesa andaluza también pierde el presidente autonómico. Fue justo la idea que Page quiso trasladar en el comité federal del 1 de abril, ligando su propio futuro a la suerte de Díaz.
"Cuando las cosas se trabajan bien, salen bien, aunque es cierto que es complicado combatir un discurso populista y que Pedro ha estado haciendo campaña más de tres meses, y nosotros escasamente uno. Pero, tras los avales, cada uno tiene que hacer una reflexión de lo que ha ocurrido en su territorio. La gente tiene que pedalear", confiesa una de las integrantes del 'staff' de campaña. En el equipo más directo de la presidenta no quieren culpar a ningún barón en particular, pero sí deslizan que "alguno podía haber hecho más", aunque disculpan a los presidentes por sus labores de gobierno. "Lo que ha pasado es que se confiaron, pensaban que iba a ser más fácil, y no, hay que trabajárselo y alertar de que lo que está en juego es el PSOE", tercia un alto cargo de Madrid, federación que, con Murcia, ha dado la sorpresa y se ha inclinado del lado de la baronesa.
Pero no solo ha podido haber fallos en los territorios, a juicio de sus partidarios. También errores de apreciación y de estrategia de la propia candidata. "Él está surfeando sobre la abstención a Rajoy, que ha generado más descontento en las bases de lo que pensábamos, y ha sabido jugar bien con sus expectativas, poniéndolas más bajas para generar el efecto rebote al superarlas", sentencia uno de sus 'embajadores'. "Ella no le ha tocado un pelo mientras él no ha parado de cargar contra ella", observa otra emisaria de su proyecto.
"Orden" de no "entrar en Euskadi"
Con esa "mayor implicación" que anuncian para estas dos semanas, los susanistas esperan arrancar más votos en Valencia, Asturias, Castilla-La Mancha y Extremadura, e incluso sacar algo más de ventaja en zonas de Aragón como Teruel. En Andalucía firmó a favor de Díaz aproximadamente el 60% del censo, y confian en aumentar el porcentaje de apoyo el 21-M.
Los susanistas creen haber avanzado posiciones en Cataluña tras una jornada intensa en Barcelona, pero es un territorio muy inclinado hacia el exlíder
Cataluña, ya se sabía de antemano, es un terreno muy complicado para la baronesa. Ella desplegó este sábado una agenda frenética, pateándose el cinturón rojo. De Sant Boi de Llobregat a L'Hospitalet, luego a Cànoves i Samalús, luego Badalona y cierre en la Feria de Abril de Barcelona. Díaz quiso arrancar en Cataluña su campaña ya como candidata, una vez hecho el recuento provisional de avales, para explicar su proyecto de España federal y disipar su imagen de política centralista. Un proyecto capaz, dijo, de "resolver el encaje territorial en el conjunto del país", que respete la "diversidad, la singularidad y la fuerte identidad nacional que hay en algunos rincones de España, como en Cataluña" y que al tiempo preserve "la libertad, la igualdad y los derechos de la gente".
En el equipo de la presidenta acabaron satisfechos y convencidos de que el número de votos será superior al de avales en Cataluña, que hay "mucho terreno por delante por ganar", como aseguró ella misma. Su comité de campaña en la comunidad lamentaba la "movilización a tope del aparato del PSC a favor de Pedro", lo que le dificultó la captación de firmas. La "neutralidad" que prometió el partido hermano y su primer secretario, Miquel Iceta, era "mentira", deploraban. Díaz aprovechó su visita a Cataluña para afear a Sánchez que pida a Patxi López que se sume a su candidatura: "No pediré el apoyo a Patxi para ir contra Pedro, ni pediré el apoyo a Pedro para ir contra Patxi".
El viernes los susanistas también finalizaron la jornada en Baleares con la sensación de que la aspirante progresará. Igual que se confía en que crezca en Galicia, pilotada por una gestora. ¿Y Euskadi? Se harán más incursiones, explican los suyos, pero ella "dio la orden de no forzar allí en los avales para respetar el territorio de Patxi". "No podíamos entrar en su tierra para echarle un pulso, cuando además allí el aparato es muy fuerte", comentaban fuentes de su candidatura.
La duda es cómo se comportarán los seguidores de López: si se quedarán con él o emigrarán hacia los otros dos aspirantes fruto de la polarización
Los defensores de Díaz no tienen tan claro que los seguidores del exlendakari le abandonen en bloque y partan con Sánchez. Intuyen que, dado el rápido portazo del diputado vasco, ha podido contener la "diáspora" y que buena parte de sus bases se han sentido molestas con la oferta "a lo Podemos", sin avisar, del exsecretario. Cruzan los dedos, prometen "patearse el territorio", "desenmascararle". Pero las certezas que circulaban horas antes de la entrega de avales se han tornado incógnitas e inseguridades.
"Susana quería ganar las primarias antes de que los militantes votasen"
Pedro Sánchez mantiene su oferta de integración a Patxi López, pero respeta su "opción de seguir hasta el final". En una entrevista en 'La Sexta noche', el candidato socialista insistió en su mensaje de que solo hay dos modelos en estas primarias, de ahi que pida a los militantes que sean "conscientes de la encrucijada" a la que se enfrentan: llevar al PSOE a la tercera plaza o bien aspirar a ganar unas elecciones. El exlíder presumió de haber sorteado el 'sorpasso' de Podemos en las dos últimas generales, al lograr afianzar el PSOE como partido hegemónico de la izquierda.
"Ella es la primera en avales, pero nosotros los primeros en ilusión", respondió Sánchez cuando escuchó las palabras de la presidenta haciendo hincapié en que él se conforma con ser segundo. "El problema de Susana es que quería ganar las primarias antes de que los militantes votasen, y va a ser que no. No hay atajos", sostuvo.
¿Liderará una escision si pierde? "Amo profundamente al PSOE", señaló. El candidato echó en falta que no se pregunte lo mismo al resto de aspirantes. Y recordó que, pese a que Díaz cree que quiere echarse en brazos de Podemos, él puso una serie de condiciones a Pablo Iglesias "que no aceptó". "Otros en cambio vendieron la abstención gratis", criticó.
Es una reflexión muy compartida por los partidarios de Susana Díaz. La primera vuelta de las primarias del PSOE, la entrega de los avales, les ha hecho ver "las orejas al lobo". Constatar, para su sorpresa, que Pedro Sánchez estaba mucho más cerca de lo que pensaban, que tenía más ejército de fieles del que creían, que la abstención en la investidura a Mariano Rajoy creó una fractura con las bases mucho más honda de lo que siquiera podían calcular. De hecho, del optimismo y de la convicción total de que la presidenta andaluza ganaría, y con cierta holgura, se ha transitado abruptamente a la preocupación y a la asunción de que, en efecto, ella puede o ganar por poco o ser batida por su principal rival. Una derrota que consideran apocalíptica y que tendría su segunda onda expansiva en los congresos autonómicos y provinciales, los que suceden al federal.
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