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El PP pone en cuarentena el CIS de hoy: no recoge el efecto del 'caso Rato'
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El PP pone en cuarentena el CIS de hoy: no recoge el efecto del 'caso Rato'

“Vamos a ser el primer partido, y con diferencia” y “Aguirre será alcaldesa de Madrid”. Son las frases más repetidas en la dirección del PP ante el arranque de la campaña de las elecciones

Foto: Mariano Rajoy rodeado de otros dirigentes populares en el cierre de la Convención Nacional del PP (EFE)
Mariano Rajoy rodeado de otros dirigentes populares en el cierre de la Convención Nacional del PP (EFE)

“Vamos a ser el primer partido, y con diferencia” y “Aguirre será alcaldesa de Madrid”. Son las frases más repetidas en la dirección del PP ante el arranque de la campaña de las elecciones locales y autonómicas del 24 de mayo. La formación en el poder no tiene más objetivo definido que salvar, aunque sea con minorías mayoritarias, el grueso de las Comunidades y principales alcaldías que ahora gobierna. Pero la incertidumbre es total y el macrosondeo del CIS sobre los comicios aclarará poco: el trabajo de campo es previo al 'caso Rato'.

El optimismo de Mariano Rajoy, tanto en la victoria general como partido más votado en toda España como en el caso específico de Madrid, puede estar sustentado en los primeros datos de la encuesta del CIS sobre las elecciones autonómicas que hoy se hará pública, pero en el propio PP restan importancia a ese estudio por las fechas en que se hizo el trabajo de campo: finales de marzo y primera quincena de abril. Es el periodo habitual de recogida de datos(las preguntas a los encuestados), que dura un mes,para este tipo de macrosondeos. El'caso Rato', el espectáculo del registro de su casa y despacho saltó el día 16 de abrily alcanzó su máxima virulencia ese tercer fin de semana del mes, cuando el trabajo de campo estaba cerrado. Si el escándalo jugó en contra de las expectativas electorales del PP, el Centro de Investigaciones Sociológicas no lo recoge.

Hace cuatro años, ante las elecciones de mayo de 2011, las dudas en el PP se limitaban a esperar a conocer la magnitud de la victoria general y a confiar en que María Dolores de Cospedal se impusiera al PSOE en Castilla-La Mancha. Todo lo demás era previsible, se cumplieron los pronósticos más optimistas y hasta se hicieron con la Junta de Extremadura porque José Antonio Monago supo maniobrar y aprovecharse del maltrato de los socialistas a IU para gobernar en minoría. Ahora las cuentas en la sede de Génova se hacen al revés, sobre las comunidades que pueden perder.

Frente a la preocupación general de los populares a que la mayoría de los Gobiernos autonómicos y buena parte de las principales alcaldías dependan de los pactos postelectorales porque las mayorías absolutas serán contadas, en la dirección del partido repiten que lo importante es que los candidatos del PP quedarán en primer lugar en casi toda España. También insisten en esta vez la fragmentación del voto, por la irrupción de Podemos y Ciudadanos, no juega obligatoriamente en su contra y a favor de los socialistas.

IU y los partidos nacionalistas de izquierdas siempre han pactado con el PSOE para evitar Gobiernos del PP, y ellos podían formar ejecutivos que llamaban “de progreso”. Así ocurrió desde 1979 en autonomías y ciudades de media España, en especial en Galicia, Baleares, Extremadura o Aragón. Podemos y Ciudadanos tendrán que hacer más equilibrios para cuidar sus propias aspiraciones ante las generales del otoño si quieren seguir siendo “emergentes” y captar votantes de los dos grandes partidos. Ese es el argumento básico para que en el PP den por hecho que ser la formación más votada les dará opción a mantener, en general, su actual hegemonía en el poder autonómico sometido a examen en las urnas.

Los populares tienen ahora diez Gobiernos regionales (Madrid, la Comunidad Valenciana, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Murcia, Extremadura, Baleares, La Rioja, Cantabria) más las ciudades de Ceuta y Melilla frente a sólo tres en manos de otros partidos: Asturias (PSOE), Canarias (CC) y Navarra (UPN). En la dirección del PP confían y apuestan por una victoria clara de Cospedal en Castilla-La Mancha (lo contrario equivale a crisis en Génova), esperan imponerse sin problemas en Castilla y León y La Rioja.

Todos los demás Gobiernos autonómicos están en el aire y pueden quedar pendientes de los pactos, reconocen en fuentes del partido. Y apuntan que el peso y la gestión de Luisa Fernanda Rudi, José Ramón Bauzá o José Antonio Monago ofrecen más bazas para la campaña que los candidatos que se estrenan como el de Murcia, Pedro Antonio Sánchez. Los resultados de la Comunidad Valenciana son los más temidos después del constante goteo de casos de corrupción.

Madrid es un caso aparte, la prueba del nueve para confirmar si el PP consigue salvar los muebles en las elecciones. Mariano Rajoy impuso la candidatura de Esperanza Aguirre a la alcaldía, pese a la oposición de buena parte del aparato del partido, por considerar que era la mejor opción para recuperar a su electorado tradicional. Y el presidente del Gobierno sigue convencido de que ha acertado y que la lideresa del PP del Madrid será la próxima alcaldesa de la capital de España, según repite en público y en privado.

“Vamos a ser el primer partido, y con diferencia” y “Aguirre será alcaldesa de Madrid”. Son las frases más repetidas en la dirección del PP ante el arranque de la campaña de las elecciones locales y autonómicas del 24 de mayo. La formación en el poder no tiene más objetivo definido que salvar, aunque sea con minorías mayoritarias, el grueso de las Comunidades y principales alcaldías que ahora gobierna. Pero la incertidumbre es total y el macrosondeo del CIS sobre los comicios aclarará poco: el trabajo de campo es previo al 'caso Rato'.

Mariano Rajoy Esperanza Aguirre María Dolores de Cospedal José Antonio Monago Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)
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