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Rajoy avisa ante los movimientos internos que seguirá al frente del PP tras el 24-M
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Rajoy avisa ante los movimientos internos que seguirá al frente del PP tras el 24-M

Rajoy no tiene previsto cambios en el PP tras las elecciones de mayo y repetirá como candidato en las generales pase lo que pase. Entremedias, barones y 'lideresas' del partido se juegan su futuro

Foto: Aguirre, Dolores de Cospedal (2i); Mariano Rajoy (c); Javier Arenas (2d) y González Pons (d), durante la convención nacional del PP (EFE)
Aguirre, Dolores de Cospedal (2i); Mariano Rajoy (c); Javier Arenas (2d) y González Pons (d), durante la convención nacional del PP (EFE)

La ofensiva de Mariano Rajoy en política de comunicación incluye el recurso de recuperar la ironía como estilo de respuesta, la tranquilidad como pose fija y los mensajes internos con doble intención: no tiene previsto “provocar” cambios en el partido después de las elecciones de mayo y repetirá como candidato en las generales del otoño pase lo que pase. Entremedias, barones y lideresas del PP se juegan su futuro y para ellos predica más de lo mismo para que ofrezcan seguridad y estabilidad a los ciudadanos.

El presidente del Gobierno entra en precampaña con su apuesta por la recuperación económica por delante, más la sorna que gastaba en su etapa como jefe de la oposición. El ensayo general que hizo en el desayuno de Europa Press frente a dirigentes empresariales y bancarios, más medio Ejecutivo, la dirección de su partido y algunos presidentes autonómicos y alcaldes (más aspirantes) convenció más a los que se examinan ante las urnas a final de año que a los citados para el 24 de mayo.

Ni en las campañas electorales de 2011 ni desde que llegó al poder se había visto a Rajoy bromear, sonreír y jugar con las palabras y los silencios en público como hace ahora. Los asesores le han convencido para que cuide su imagen y procure ser menos serio. El Partido Popular tiene miles de nóminas en peligro después de lograr hace cuatro años la mayor acumulación de poder autonómico y local de la democracia española, y a él le corresponde presentar una cara más amable.

El jefe del Ejecutivo se esforzó en el elogio a su partido en un momento de pánico al fracaso, dudas sobre el apoyo de su gabinete a la organización que lo sustentae imagen de descontrol y desunión en ese mismo Gobierno. Según Rajoy, el PP ha demostrado tener entereza, coraje, solidaridad, aguante, saber estar ante las duras y las maduras, seguridad y estabilidad. Y sobre todo está para ofrecer a los ciudadanos precisamente eso: “Seguridad y estabilidad, no para dar coba a nadie”.

Rajoy acertó a arrancar los mayores signos de aprobación entre sus partidarios con su rápida respuesta a la pregunta sobre qué son unas elecciones plebiscitarias: “Las que no se van a celebrar en Cataluña el 27 de septiembre”. También triunfó con las ironías sobre la coincidencia con los comicios generales. Primero silencio, luego que no le gustan “las cositas de corto plazo” y después que no quería desmentir para dejar la puerta abierta.

Hasta para entrar en las tensiones internas en su partido recurrió a la sorna. El presidente del Gobierno pareció asegurar que aunque los resultados electorales del 24 de mayo sean malos no está dispuesto a hacer cambios en el partido. Pero reconoció al respecto que, si pensara hacerlo, tampoco lo iba a contar antes. No obstante, para rematar agregó: “Dicho esto,quédese con la primera afirmación”. Seguían muy atentos la respuesta la mayoría de los potenciales afectados: María Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Carlos Floriano y demás principales miembros del aparato.

Rajoy también tenía delante a una representación muy variada de sus barones autonómicos: el confirmado a última hora para encabezar la candidatura en la Comunidad Valenciana Alberto Fabra, José Ramón Bauzá, Luisa Fernanda Rudi, Esperanza Aguirre o la aspirante Cristina Cifuentes. Todos se la juegan en las urnas en menos de un mes. Faltaba Alberto Núñez Feijóo, con año y medio de legislatura por delante en Galicia.

Todavía más suelto se mostró el presidente del Gobierno al confirmar que se presentará a las elecciones generales del próximo otoño pase lo que pase el 24-M: “Quiero ser el candidato y confíen en mí, les irá bien”. Se refería a que no cabían dudas sobre el cabeza de lista y que se podía apostar por él. Pero también a que contaba con todos los apoyos necesarios. Los barones pueden serlo menos a partir de los comicios si pierden, pero él seguirá al frente del Gobierno.

La ofensiva de Mariano Rajoy en política de comunicación incluye el recurso de recuperar la ironía como estilo de respuesta, la tranquilidad como pose fija y los mensajes internos con doble intención: no tiene previsto “provocar” cambios en el partido después de las elecciones de mayo y repetirá como candidato en las generales del otoño pase lo que pase. Entremedias, barones y lideresas del PP se juegan su futuro y para ellos predica más de lo mismo para que ofrezcan seguridad y estabilidad a los ciudadanos.

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