Patinazo de ERC al reconocer que una Escocia independiente estaría fuera de la UE

El primer pleno del Congreso después de que Artur Mas y Oriol Junqueras pusieran fecha y pregunta para su consulta separatista en Cataluña ha servido para que Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba dejaran claro su coincidencia en rechazar el desafío. Pero también para que al diputado de ERC Alfred Bosch se haga un lío con su pregunta y reconozca que si Escocia (ahora modelo de ruptura los nacionalistas catalanes) rompe el Reino Unido se quedará fuera de la Unión Europea. “Se trataría de un caso de autoexclusión”, le tuvo que dar la razón el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, encantado con el patinazo parlamentario del republicano.

Jornada de doble satisfacción para el Gobierno ante el reto del presidente de la Generalitat. Rubalcaba empleó una parte del tiempo de su pregunta para defender la disposición de los socialistas a “actualizar” la Constitución, pero también la posición “inequívoca” de su partido contra el llamado derecho de autodeterminación invocado por los separatistas para liquidar la unidad de España. Rajoy ha agradecido la referencia: “sabía que íbamos a coincidir en esto, no esperaba otra cosa”.

Más novedosa ha sido comprobar en la pugna parlamentaria el grado de contradicciones internas en el frente de partidos catalanes que promueven la secesión y el argumentario para promocionar el proceso. Bosch, de ERC, pretendía poner en aprietos a Margallo al preguntarle qué haría el Ejecutivo español en el caso de que Escocia rompa con el Reino Unido, si estaba dispuesto a ejercer el veto a su “presencia” en la Unión Europea. El ministro ha celebrado que por primera vez los nacionalistas catalanes reconozcan que si una parte de un Estado de la Unión Europea abandona ese Estado se queda fuera automáticamente con todas sus consecuencias.

"No es que se le excluya, se autoexcluye, se llame Escocia o Cataluña. Desde hace más de un año, todos los responsables de la Unión lo han repetido hasta la saciedad. Ustedes lo han negado una y otra vez hasta hoy", ha remachado Margallo entre los aplausos de los diputados del PP.

Bosch ha intentado salir del apuro poniendo en duda el carácter democrático del Gobierno, calificando de hooligan a los miembros del Ejecutivo apoyado en la cuestión que le había planteado toda una autoridad intelectual: “un amigo inglés”. El diputado republicano también ha acusado a quienes se oponen a la consulta separatista de tener “urofobia”, odio a las urnas según ha explicado, y no a los uros (expecie de bóvidos extinguida en la Edad Moderna), según se deducía de su manejo del idioma común de los españoles.

Margallo ha recordado a Bosch lo que dicen los tratados de la UE y que ERC empieza a descubrir: que las regiones que se autoexcluyen de un Estado miembro se quedan fuera de la UE y se tienen que poner a la cola de los aspirantes a entrar en el club. Y que todos los países miembros tienen que decidir después por unanimidad si admiten o no el nuevo ingreso.

El ministro, además de recordar que en España, como en todos los países desarrollados, la soberanía de la nación reside en el conjunto del pueblo, ha matizado después en los pasillos del Congreso que el Gobierno tendría en cuenta en el caso de la posible independencia de Escocia la postura que sostenga el Reino Unido. De cualquier modo, Margallo no cree que Gran Bretaña se rompa.