Carlos Torres aceleró la opa hostil sobre el Sabadell tras la presión del consejo del BBVA

El presidente del BBVA, Carlos Torres, aceleró la OPA hostil sobre el Banco Sabadell por la presión del sector crítico del consejo de administración, que lidera el exgobernador del Banco de España Jaime Caruana, según apuntan fuentes financieras. Cuando el Banco Sabadell hizo público el mail que le había remitido el banco sobre su oferta, en el BBVA se sintieron humillados, Torres convocó al consejo de administración, que se reunió el pasado miércoles, y se decidió a lanzar la OPA, sin esperar siquiera a que acabase la campaña catalana del 12 de mayo, según explican fuentes conocedoras de la operación.

Torres quiso demostrar carácter, cuando siempre se le ha acusado de ser un ex McKinsey demasiado cerebral. Al final él y el equipo que le rodea pecaron de lo mismo de lo que se les acusa siempre: de tecnócratas infalibles a la hora de diseñar operaciones, pero faltos de empatía a la hora de aterrizar en la dura realidad lo que antes tan bien encajaba en el Excel. La OPA sobre el Sabadell ha acabado siendo un buen ejemplo de ese tipo de dinámicas.

Al anunciarla en plena campaña electoral, el grueso de los partidos políticos se pusieron de parte de Josep Oliu y de su intento de mantener al Banco Sabadell como entidad independiente. El Gobierno, el PSC, el PP, Sumar, la Generalitat, ERC, Junts. Hasta la CUP. Tiene mérito si recordamos que Oliu fue el banquero que en 2014 dijo que en España hacía falta "un Podemos de derechas" y que también fue el primero en llevarse la sede fuera de Cataluña en 2017, en el punto álgido del procés.

Por sorpresa, el BBVA entregó a Oliu la única baza con la que el Sabadell podía servirle de defensa: la política. El consejo del Banco Sabadell no cuenta con un núcleo duro en su capital. Cerca del 52% del banco catalán está controlado por grandes fondos como BlackRock (3,62%), Fintech Europe (3,1 %), Dimensional Fund Advisors (3%) y Millenium Group Managment (2,26 %). También está el empresario mexicano David Martínez Guzmán, miembro del consejo del Sabadell y propietario del 3,49%.

Por sorpresa, el BBVA entregó a Oliu la única baza con la que el Sabadell podía servirle de defensa: la política

Tal como ha diseñado la oferta, parece destinada a estos inversores institucionales. Un precio a 4,83 euros el título por canje de acciones condicionado a la obtención de más del 50,01% de la aceptación de los accionistas del Sabadell, en una operación que podría prolongarse unos ocho meses. El 48% en manos de particulares podría sentirse tentado a resistirse a los cantos de sirena del BBVA, en especial si no hay oferta en metálico. Y más si los partidos políticos, el empresariado y el Gobierno se muestran contrarios a esta concentración bancaria. Ese diseño también puede dificultar la futura integración del Sabadell.

Tanteo en abril

En abril el BBVA tanteó a Oliu. La respuesta vaga dio alas al banco vasco. Pero cuando Oliu trasladó las intenciones el equipo de César González Bueno, el Sabadell descartó la fusión. Oliu no lo expresó con claridad al BBVA y ahí la operación se embarró.

El BBVA filtró la noticia en el Reino Unido la pasada semana, donde el Sabadell tiene la filial TSB. Se pensó que así el Sabadell cedería. Y que el exceso de liquidez del BBVA jugaba a favor. Pero Oliu y su consejo descartaron la oferta y toda la lógica de la situación creada ya se encaminaba hacia la OPA hostil. La sorpresa ha sido el momento elegido, en medio de la campaña electoral, en especial inoportuno para los intereses del BBVA.

Comprar el Sabadell estratégico para un BBVA con el 75% de su balance fuera de la UE

Comprar el Sabadell resulta estratégico para un banco como el BBVA, con activos de 801.690 millones de euros, pero con el 75% de su riesgo colocado fuera de la UE, en mercados como Turquía, Argentina y México, por ejemplo. Así que la apuesta de Carlos Torres puede acabar siendo de todo o nada.

El fantasma de Sánchez Asiaín

El presidente catalán, Pere Aragonès, destacó en su primera declaración ayer que las OPAS hostiles no triunfaban en banca. Pero también es verdad que la OPA hostil se encuentra en el ADN del BBVA. Cuando la entidad vasca era todavía el Banco de Bilbao el entonces presidente, José Ángel Sánchez Asiaín, lanzó en 1987 una OPA sobre Banesto. La operación fracasó, engendró el monstruo financiero de Mario Conde y terminó con la carrera de Sánchez Asiaín. El entonces presidente del Banco de bilbao siempre culpó a la política de su derrota, porque, de nuevo, sobre los libros de contabilidad la fusión tenía toda la lógica.

La Generalitat ha optado por oponerse de manera activa. Fuentes cercanas aseguran que se mantienen vías abiertas tanto con el Banco Sabadell como con el BBVA, entidad con una fuerte presencia en Cataluña. Se pretende que el banco vasco, que cuenta para la compra con el respaldo del PNV, se retire y que la sangre no llegue al río.

El BBVA tiene una gran presencia en Cataluña. Compraron Banca Catalana en los noventa, luego integraron las cajas de Unnim y luego Catalunya Caixa. Incluso es uno de los gestores de la tesorería de la Generalitat. Muchos intereses en juego en una partida que será larga. Las opas duran un año. Y si son hostiles puede que más.