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¿Quién es realmente el exasesor de Orbán detrás de la opa a Talgo?
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¿Quién es realmente el exasesor de Orbán detrás de la opa a Talgo?

Un hombre culto, asesor de Orbán durante su primer Gobierno, puso en marcha una institución educativa que ahora es un instrumento más del régimen de Budapest

Foto: Un tren de alta velocidad de Talgo. (Reuters)
Un tren de alta velocidad de Talgo. (Reuters)
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Es difícil que nada se mueva en Hungría sin que pase por las manos de Viktor Orbán, el autoritario primer ministro del país, o por alguno de sus colaboradores cercanos. El líder magiar asegura que su modelo es el de una "democracia iliberal". Sus detractores, así como aquellos que han decidido separarse de él, hablan de un "régimen" en el que él y su entorno cercano se enriquecen. Detrás de cada gran movimiento empresarial en Hungría suele haber alguien directamente relacionado con él, y en muchos casos con el reparto de fondos europeos por parte del Gobierno. Cuando una empresa húngara, Magyar Vagon, se movió para adquirir Talgo, ese hilo llegó directamente a la oficina del primer ministro.

Detrás está Dunakeszi Járműjavító (DJJ), y detrás de esa empresa está András Tombor, un asesor de seguridad nacional e inversiones estratégicas de Viktor Orbán entre 1998 y 2002 bajo la dirección de la economista Réka Szemerkényi, actual embajadora de Hungría ante Estados Unidos. Aunque Tombor parezca haber pasado a una segunda línea, se le considera una figura relevante en los círculos del Fidesz, la formación política del primer ministro, que tras ser expulsado del poder en 2002 volvió en 2010 y desde entonces ha iniciado una deriva autoritaria que ha llevado a la congelación de fondos europeos por parte de la Comisión Europea y a la activación del artículo 7, una cláusula de los tratados europeos contra aquellos países que pongan en riesgo el Estado de derecho.

András fundó en 1996, junto a su padre, Balázs, el Mathias Corvinus Collegium (MCC), "un instituto educativo y centro de investigación dedicado al florecimiento de la nación húngara". Todavía no había entrado en el Gobierno de Orbán y el crecimiento de la institución fue lento. El MCC ha sido considerado durante tiempo como un centro de formación de prestigio, conservador, sí, pero sin que se considerara que impartía una doctrina o una propaganda. András era una persona respetada por muchos estudiantes, culto y con formación, abierto a la discusión y al debate, pero también una figura misteriosa al que no le gusta la prensa ni aparecer demasiado en público.

Como todo en Hungría, con el paso del tiempo el MCC ha ido, cada vez más, estableciendo un vínculo directo con Fidesz y con Orbán. Ahora es un instrumento importante para la visión de guerra cultural y de las ideas que el primer ministro quiere plantear tanto dentro de Hungría como en el exterior. En 2020, Tambor desaparece del ámbito de la MCC, justo cuando aparece Balázs Orbán, que no es familiar del primer ministro, pero sí el director político de su gabinete y uno de los considerados intelectuales de Fidesz: ahora, además de todo eso, es presidente del patronato del MCC y es muy activo.

Foto: Logo de Talgo en uno de sus trenes. (EFE/Divyakant Solanki)

Esa desaparición de Tombor de los círculos del MCC y como cara visible de la institución coincide con un movimiento de 2020 enormemente criticado por la oposición, que lo vio como un intento por parte del primer ministro de preparar a toda una élite económica y mediática externa al Gobierno para hacer oposición en caso de perder las siguientes elecciones: el Parlamento, controlado por Fidesz, votó una ley que hacía que todas las grandes universidades públicas pasaran a manos de instituciones privadas, controladas por aliados de Orbán. La principal beneficiaria de la transferencia de bienes públicos a instituciones privadas de abril de 2020 fue MCC, que en aquel año recibió cerca de 1.300 millones de dólares por parte del Estado, además de 9 millones de dólares en propiedades y más de 400 millones de dólares en metálico.

Para Orbán las universidades son un elemento central. Él, un héroe liberal de la transición húngara a la democracia, lo sabe porque recibió becas desde el extranjero que le permitieron formarse. Sabe que las ideas son poderosas, e invierte en ellas. Desde que el MCC recibió una inyección de dinero por parte del Estado se ha expandido fuera de Hungría, con actividades en ciudades como Bruselas y Londres, donde organiza eventos sobre temática totalmente alineada con las visiones del primer ministro, como una reciente, titulada ¿Cómo se apoderó LGBTQ de la UE? Cómo la UE utilizó la defensa de LGBTQ para demonizar el este de Europa. Tan importante es para Orbán el ecosistema académico alrededor del poder que obligó que la Universidad Central Europea, una institución prestigiosa con décadas de historia en Budapest, financiada por el multimillonario americano de origen húngaro George Soros, archienemigo público de Orbán, se tuviera que reubicar en Viena (Austria), expulsada de la capital húngara.

El desplazamiento de Tombor

La mente pensante detrás de este masivo movimiento de millones de dólares públicos a manos privadas fue Balázs Orbán, el director político del primer ministro y presidente del patronato de MCC, la principal beneficiada de esa misma operación. También fue necesario cambiar la ley para que el asesor del autoritario primer ministro húngaro pudiera ocupar dicha plaza sin incompatibilidades. La relación entre el primer ministro y Tombor es confusa. Se le identifica como parte de un círculo de políticos y jóvenes de derecha radical que alrededor de 2007, tras la segunda derrota consecutiva de Fidesz, discutían sobre cómo cambiar de liderazgo. Sin embargo, Tombor expresó abiertamente su alivio con la victoria de Fidesz en 2010 y el regreso de sus aliados al poder tras unos años en los que la financiación estatal había desaparecido. Tras la vuelta de Orbán y su giro autoritario, no hay, más allá de su alejamiento del MCC en 2020, ninguna señal de distanciamiento.

De hecho, el MCC fue recibiendo millones de florines húngaros al mismo tiempo que se aumentaba la percepción de que la institución se iba acercando a Fidesz. Por ejemplo, en 2012 recibió 250 millones de florines húngaros, en 2014 y 2016 unos 300 millones. Durante un momento clave del Gobierno de Orbán, en 2015, el MCC, todavía claramente en manos de Tombor, financió la aparición del Instituto de Investigación sobre Migraciones, que tenía como objetivo apoyar la política antiinmigratoria del Gobierno de Orbán, que ha sido condenado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) por su trato degradante a solicitantes de asilo.

En 2014, Tombor se puso al mando del plan de desarrollo de Tokaji Borvidék, una región vinícola al nordeste de Hungría donde él tiene intereses económicos, un puesto que dependía del Gobierno, aunque duró poco tiempo en el cargo. Y sus negocios personales una vez abandonó el Gobierno también cuentan con muchas conexiones con el poder. Al mismo tiempo que en 2020 los Tombor eran empujados fuera del MCC para que quedara firmemente en manos del principal asesor de Orbán, Balázs Tombor, padre de András, recibió la Cruz de Caballero de la División Civil de la Orden del Mérito de Hungría.

Los estudiantes de la institución no pueden discutir con él de política, como dicen que se hacía en el pasado y nunca más ha ocurrido

Después de 2020, la figura de Tombor, un hombre misterioso pero conocido, que hizo su fortuna en empresas como Multireklám, que elabora carteles, ha pasado todavía más a las sombras, haciendo inversiones aquí y allá, como la adquisición de la aeronáutica checa Aero Vodochody o su intento ahora de hacerse con Talgo. Ya nadie lo ve llegar en su Porsche Cayenne a la facultad de MCC, los estudiantes de la institución no pueden discutir con él abiertamente de política, como dicen que se hacía en el pasado, y nunca más ha ocurrido, como reportó la prensa local hace años, que en una recepción del MCC Tombor haya entrado con la música de fondo de El Padrino.

Su fortuna se construyó en gran medida durante los años posteriores a la caída del primer gobierno de Orbán. Y también entonces, Tombor tejió algunas enemistades que explican las tensiones que hasta 2010 vivió con algunos sectores de Fidesz, como su choque con Lajos Simicska, miembro importante del Gobierno de Orbán de finales del siglo XX y una de las personas más ricas de Hungría, y fue dueño del principal medio conservador del país, el Magyar Nemzet, absolutamente alineado con el primer ministro. En 2015, Simicska se enemistó con Orbán, sus empresas perdieron el acceso a los fondos estatales y europeos y acabó ayudando a fundar Jobbik, una formación de extrema derecha más allá de Fidesz.

Dinero a aliados de Orbán

Uno de los vínculos más claros entre Tombor y el primer ministro húngaro es a través de otra figura misteriosa de la política nacional: Árpád Habony, un empresario que, sin embargo, es considerado por todos un "asesor extraoficial" de Orbán. En 2009, un año antes del regreso de Fidesz al poder, Habony recibió, según medios húngaros independientes, un crédito de 20 millones de florines húngaros por parte de Tombor.

La relación entre Tombor y Habony va más allá. Dunakeszi Járműjavító, DJJ, la empresa detrás de la opa a Talgo, es una compañía que en 2020 adquirieron Magyar Vagon y otra entidad, Transmashholding (THM), tras la que está el oligarca ruso Andrei Bokarev. La rama húngara de THM estaba en manos de una persona muy cercana a Habony. En 2022, Magyar Vagon adquirió el total de DJJ y también THM Hungría, cambiándole de nombre. Transmashholding está sujeta a sanciones por parte de EEUU en el marco de la guerra de Ucrania, al igual que Bokarev, acusado de estar beneficiándose económicamente de la invasión rusa. Además, en 2017 Tombor empezó a formar parte de ese grupo de fieles a Orbán que han ido ocupando espacio en el mundo mediático: se hizo con un medio de comunicación que, desde entonces, ha mantenido una línea cercana a la del Gobierno, el portal Mandiner.

Es difícil que nada se mueva en Hungría sin que pase por las manos de Viktor Orbán, el autoritario primer ministro del país, o por alguno de sus colaboradores cercanos. El líder magiar asegura que su modelo es el de una "democracia iliberal". Sus detractores, así como aquellos que han decidido separarse de él, hablan de un "régimen" en el que él y su entorno cercano se enriquecen. Detrás de cada gran movimiento empresarial en Hungría suele haber alguien directamente relacionado con él, y en muchos casos con el reparto de fondos europeos por parte del Gobierno. Cuando una empresa húngara, Magyar Vagon, se movió para adquirir Talgo, ese hilo llegó directamente a la oficina del primer ministro.

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