WiZink y los gigantes de las tarjetas 'revolving' vuelven a subir precios tras años de parón

Las tarjetas revolving vuelven a encarecerse después de cuatro años de parálisis. Algunas de las principales entidades del sector han vuelto a elevar el interés de sus tarjetas por encima del 18% TIN (tasa de interés nominal) y del 20% TAE (tasa anual equivalente, que incluye comisiones) en que se había movido el mercado desde la avalancha de sentencias y la regulatoria del año 2020.

El gigante del sector WiZink ha subido ya la TIN de sus principales productos al 21% y la TAE al 23%, y otros competidores de primera fila como Carrefour y Cetelem (BNP), hasta el 23% y 27% TAE, respectivamente.

El último barómetro de tarjetas revolving de Asufin, del mes de diciembre, ya empezaba a atisbar estas subidas, que se han acelerado en los últimos meses al hilo de la evolución de los tipos de interés de los últimos años. Aun así, se producen en un momento en que el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado posibles bajadas de tipos y los bancos ya están empezando a abaratar las hipotecas y otros tipos de préstamos.

Esta repreciación llega también en un momento en que entidades del perfil de las financieras de consumo se están viendo presionadas por el encarecimiento de los depósitos (en el caso de las que tienen licencia bancaria) o de la financiación mayorista.

Los tipos de estos productos se habían mantenido estables (ver gráfico) desde la sentencia del Tribunal Supremo de 2020 que fijó el nivel del 20% como un tipo ya "muy elevado". Aunque no se fijó ninguna obligación, los bancos presentes en este mercado se autorregularon y fijaron sus precios en torno a esta horquilla, hasta ahora.

La subida de precios llega en un momento en que este mercado ha vivido un boom reciente. Durante 2023, el dinero que mueven estas tarjetas superó los 12.000 millones por primera vez desde finales de 2019, tras un crecimiento anual del 5%. Este tipo de plásticos son a menudo usados por familias de clases medias y bajas para financiar compras grandes y llegar a final de mes.

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Las tarjetas revolving han estado en el foco judicial durante los últimos años por varias sentencias del Supremo, donde se fijó que eran usurarias. Tras varias aclaraciones, esta interpretación se ha suavizado y se ha frenado el flujo de sentencias en contra de las entidades.

Muchas demandas se inclinaban en contra del sector financiero debido a que el alto tribunal confundió las TIN con las TAE, por lo que declaraba usurarias muchas tarjetas al comparar la segunda referencia (que incluye comisiones) con la primera. También hay demandas en marcha por falta de transparencia de estos productos y por la complejidad de los intereses compuestos, que multiplican la deuda.

Desde Asufin, advierten de los costes de los seguros de protección de pagos que muchas veces llevan aparejados estas tarjetas: "Una de las prácticas de mayor coste real para los clientes reside en la contratación de un seguro que proteja los pagos en caso de fallecimiento u otras circunstancias extremas que impidan el pago de la deuda. Este coste es variable, dependiendo de la cantidad pendiente de pago cada mes, y oscila entre el 0,63% de la tarjeta Bankinter Card Platinum y el 0,80% de la Visa Pass Carrefour. En general, cuanto más alta es la deuda, más se paga". "Por ello, y aunque el seguro suponga una protección adicional, si se quiere contratar esta garantía, hay que analizar muy bien su repercusión de gasto y apostar por formas de pago lo más rápidas posible", añaden.