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La sociedad holandesa vinculada a los Grifols negocia con Santander la refinanciación urgente de 400 M
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El mayor acreedor de la familia

La sociedad holandesa vinculada a los Grifols negocia con Santander la refinanciación urgente de 400 M

La familia tiene que devolver ese crédito, garantizado con las acciones de la compañía, antes del próximo 30 de junio, por lo que ha pedido cinco años más de plazo

Foto: Ana Botín, presidenta del Banco Santander. (Reuters/Violeta Santos)
Ana Botín, presidenta del Banco Santander. (Reuters/Violeta Santos)
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Scranton Entreprise BV, la sociedad holandesa vinculada a la familia Grifols, se enfrenta a su primer match ball para saber si podrá continuar en activo o solicitar el concurso de acreedores. La fecha límite es el próximo 30 de junio. Según han confirmado varias fuentes próximas a las conversaciones, los dueños del grupo productor de hemoderivados negocian con Banco Santander la extensión hasta 2029 de un crédito que expira en apenas cinco meses y cuya garantía son las propias acciones de la empresa sanitaria.

La operación la está liderando la entidad presidida por Ana Botín, que es el mayor acreedor de la familia, al haber prestado dinero a Grifols, a Scranton y a otras sociedades controladas por los empresarios catalanes. Pero, junto al Santander, en este crédito con vencimiento inmediato a la sociedad holding domiciliada en Países Bajos también están Bank of America, HSBC, CaixaBank, BBVA, Sabadell, Commerzbank y BNP Paribas.

Según estas fuentes, los Grifols han pedido a este pool de acreedores que le concedan cinco años más, hasta 2029, para amortizar estos 400 millones. Además, han solicitado que sea mediante la modalidad bullet, es decir, que no tengan que devolver el principal hasta la fecha final de expiración del crédito, por lo que solo tendrán que hacer frente a los intereses durante este periodo.

Los bancos implicados están valorando la petición de la familia, ya que ante las dudas sobre la credibilidad de las cuentas de Grifols, la refinanciación va a ser sometida a un profundo análisis por los respectivos departamentos de Riesgos. Especialmente, por las entidades europeas, cuya decisión depende principalmente de lo que se acuerde en sus sedes principales, como Londres, donde ya han saltado las alarmas por las dudas sobre la solvencia del grupo y de su principal accionista.

La deuda de Scranton ascendía a 1.800 millones al cierre de 2021, últimas cuentas públicas

Fuentes oficiales de Grifols han confirmado la situación de esta deuda y su vencimiento inminente, pero han declinado hacer ningún comentario sobre la petición a la banca. Desde el Santander, han optado por no hacer ninguna valoración sobre la exposición al grupo de hemoderivados ni a la familia. La deuda total de Scranton ascendía a 1.800 millones de euros al cierre de 2021, últimas cuentas públicas. Se supone que ese pasivo se ha reducido de forma significativa con la venta de activos, como su participación en Wallapop o una sociedad inmobiliaria.

Otras fuentes próximas a las conversaciones indican que el principal problema para esta refinanciación urgente de 400 millones es que la garantía de ese préstamo son las propias acciones de Grifols, que la semana pasada se desplomaron cerca de un 40% a raíz de la publicación del informe por parte de Gotham City Research. El inversor cortoplacista o hedge fund aseguró que el valor de la multinacional catalana era cercano a cero, aseveración rotunda de la que difieren los bancos acreedores.

No obstante, lo que parece claro es que la cotización de Grifols se encuentra lejos de los niveles previos a la publicación del análisis de Gotham —estas deberían subir un 60% para recuperarlo—. En consecuencia, el menor valor de las acciones, que los bancos usan de colateral, tendrá que ser compensado por la familia con una nueva aportación de fondos. De lo contrario, la banca podría quedarse con parte de esos títulos, por lo que serían accionistas directos del grupo. Santander había concedido un crédito de 250 millones a Quadriga Real Estate, una sociedad española, propiedad final de Scranton.

Foto: Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV. (Europa Press/Fernando Sánchez)

Junto a los vencimientos de la patrimonial holandesa de la familia, Grifols afronta el repago de 1.800 millones de deuda que expiran en 2025. Un pasivo que la compañía confía en cumplir con la venta de un 20% de su negocio en Asia por 1.600 millones. Este pasado domingo, Grifols salió al paso de las dudas del mercado sobre la ejecución de esta operación al asegurar que seguía adelante en los plazos previstos.

Posteriormente, a partir de 2027, Grifols tendrá que refinanciar o devolver más de 3.500 millones en bonos. Entre los acreedores de la empresa productora de plasma se encuentra BlackRock, uno de los mayores fondos del mundo y el principal accionista del Ibex 35. Asimismo, entre los tenedores de estos títulos de renta fija destacan CVC, JPMorgan, Morgan Stanley, Nordea, Allianz, Carlyle y Deutsche Bank.

Las acciones de Grifols cerraron ayer a 8,90 euros, un 0,25% por encima del cierre del viernes, pero un 37,5% por debajo de los niveles previos al informe de Gotham.

Scranton Entreprise BV, la sociedad holandesa vinculada a la familia Grifols, se enfrenta a su primer match ball para saber si podrá continuar en activo o solicitar el concurso de acreedores. La fecha límite es el próximo 30 de junio. Según han confirmado varias fuentes próximas a las conversaciones, los dueños del grupo productor de hemoderivados negocian con Banco Santander la extensión hasta 2029 de un crédito que expira en apenas cinco meses y cuya garantía son las propias acciones de la empresa sanitaria.

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