Prosegur acumula pérdidas de 130 millones por su inversión en Telefónica

La alianza firmada hace tres años entre Prosegur y Telefónica le ha salido mal a la compañía de seguridad. El grupo dirigido por la familia Gut Revoredo acumula pérdidas latentes de 130 millones de euros por el acuerdo con la operadora de telecomunicaciones, que le pagó en acciones por la adquisición del 50% del negocio de alarmas en España. Unas minusvalías sobre las que Ernst & Young (EY), el auditor, tendrá que pronunciarse en las próximas semanas para decidir si obliga a provisionarlas contra las cuentas de 2023.

El pacto entre Prosegur y Telefónica se anunció en septiembre de 2019, pero la operación se cerró el 28 de febrero de 2020, una vez obtenidas las aprobaciones regulatorias pertinentes. La transacción, por la que la primera vendió la mitad de su filial de alarmas en España a la segunda, se cerró por un precio de 305,34 millones de euros. La multinacional de la seguridad aceptó cobrar la desinversión en acciones de Telefónica, por lo que recibió 49,54 millones de títulos de la sociedad dirigida por José María Álvarez-Pallete. Es decir, valoradas a 6,16 euros.

La irrupción semanas más tarde del covid y, sobre todo, la caída del negocio de telefonía y televisión de pago en España por el aumento de la competencia llevaron a Telefónica a cotizar en mínimos de más de 20 años, situación de la que apenas se ha recuperado pese a los anuncios de la entrada en su capital por parte de Saudi Telecom Company y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. Actualmente, el precio de las acciones se cambia a unos 3,5 euros, por lo que Prosegur acumula minusvalías de casi el 45% por su participación, unos 132 millones. Esta cantidad duplica el beneficio obtenido por la multinacional en 2022.

Cuando se firmó el acuerdo, los Gut Revoredo recibieron cerca del 1% del capital de Telefónica. Pero, dado que la operadora paga su dividendo tanto en dinero en efectivo como con acciones, sus 49,54 millones de títulos representan ahora el 0,86%. La parte positiva es que, durante estos tres años de socios, la empresa de seguridad ha percibido dividendos por 51,08 millones, lo que suaviza las pérdidas latentes, si bien la remuneración anual ha ido menguando, al tener menor porcentaje del capital.

TE PUEDE INTERESAR

Telefónica pierde en cuatro días el impulso recibido tras aprobarse la entrada de la SEPI

J. Melguizo

Prosegur ajusta anualmente el valor de su participación. Ya en el primer ejercicio de la alianza, tuvo que rebajarlo hasta los 260 millones, importe que después disminuyó hasta los 168 millones a finales de 2022. Fuentes del sector indican que tendrá que negociar con EY si debe de reconocer un deterioro por el descenso continuado de su paquete. Esta firma también audita la sociedad familiar, Gubel, desde donde la familia controla la mayoría del capital de Prosegur.

Desde el punto de vista técnico, su 0,85% de Telefónica lo clasifica como "instrumento de patrimonio a valor razonable, con cambios en otro resultado global, debido a que las mismas no se mantienen para su negociación". Como consecuencia, únicamente se reconocen en resultados los dividendos asociados, y en la venta de los mismos no se reclasificarán a resultados los importes reconocidos en patrimonio hasta la fecha.

Otro desplome en bolsa

No obstante, la fallida inversión en Telefónica no es el único problema de los Gut Revoredo. La familia lanzó el pasado mes de noviembre una opa parcial por el 15% de la compañía, de la que ya controlaban el 60% del capital. La operación, inesperada para el mercado, se hizo con la cotización de Prosegur en mínimos de 18 años, afectada por la pérdida de valor de su negocio de recogida de efectivos o Prosegur Cash. La matriz ha perdido más de un 60% de su valor en los últimos cinco años, mientras que la filial, también cotizada, se ha dejado un 70% de su capitalización en el mismo periodo. En total, se han evaporado 3.000 millones.

En abril de 2023, la familia decidió reordenar la cúpula directiva de Prosegur Alarmas, lo que supuso la salida de su consejero delegado, Francisco Lanzuela. La joint venture con Telefónica, que también relevó a su principal directivo de este negocio, tenía al cierre de 2022 unos 455.000 clientes, el doble que el año anterior.