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Las guerras familiares y la deuda de Prisa agitan el volcán mediático español
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EXPECTACIÓN EN LA POLÍTICA

Las guerras familiares y la deuda de Prisa agitan el volcán mediático español

La decisión de una rama de los Lara de vender un tercio de Planeta ha abierto una caja de los truenos que también afecta a Vocento, Prisa y hasta la Mediaset de los Berlusconi

Foto: Logo del Grupo Prisa. (EP)
Logo del Grupo Prisa. (EP)
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No hay poder político que se sustente sin un poder mediático, un cañón respaldado a su vez por un poder financiero. Una vez resuelta la batalla por la Moncloa, con Pedro Sánchez como contundente ganador, se avecinan movimientos de calado por controlar los altavoces desde los que influir. Un negocio que, mirando solamente sus números, está dando más penas que alegrías, pero que, incluso así, suele atraer capitales con ambiciones personales.

La noticia de que una rama de la familia Lara ha puesto a la venta un 33% del Grupo Planeta, dueño de Antena 3, la Sexta, Onda Cero y La Razón, además de numerosas editoriales de libros, ha provocado un terremoto en el sector de la prensa. Que los Lara García hayan contratado a Morgan Stanley para deshacerse de su paquete accionarial al sentirse apartados de la gestión del holding, como adelantó este diario el pasado miércoles, ha sacudido a los poderes fácticos del país.

Desde Planeta subrayan que las otras dos sagas, los Lara Bosch y los Lara Hoces (cada una con un 33%), mantienen su compromiso con la estrategia dirigida por José Crehueras, consistente en tener medios de todos los colores —pluralidad informativa para la ciudadanía— para llevarse bien con la mayoría de bancadas del Congreso de los Diputados. Pero lo cierto es que, desde el pasado miércoles, se sabe que una parte del capital está en el mercado al acecho del mejor postor.

El comprador lo puede tener difícil de inicio, al tratarse de una participación minoritaria, pero que una vez dentro podría terminar por convertirse en el comprador privilegiado de futuros paquetes accionariales, si en algún momento los eventuales herederos de cada rama familiar deciden monetizar su inversión, bien en bloque, bien por separado.

Foto: Sede del Grupo Planeta en Barcelona. (EP/David Zorrakino)

Inés Lara Bosch, que ostenta el 33% del capital de Planeta, cumplió en junio 79 años. La tercera generación está formada por ocho personas, de las cuales tres son miembros del consejo de administración: la rama de los Lara García, con los cuatro hijos de José Manuel Lara Bosch, José Manuel, Pablo (en el consejo), Marta y Ángela; los dos hijos de Fernando, Fernando Lara Hoces (en el consejo) y Patricia Lara Hoces, y los dos hijos de Inés, Laura Falcó (en el consejo) y Juan Falcó Lara. La cuarta generación tiene ya unos 11 representantes.

Los números rojos de Oughourlian

El mismo día que la ruptura de facto de los Lara recorría los despachos más influyentes del Ibex y de la Moncloa, el Grupo Prisa celebraba en Barcelona los premios Ondas. Uno de los galardonados fue el Banco Santander por un pódcast sobre ciberseguridad, galardón que recogió Juan Manuel Cendoya, vicepresidente de la entidad en España y máximo responsable de comunicación corporativa. Cendoya compartió en redes sociales las fotos del premio. En una de ellas posó con Joseph Oughourlian, presidente del Grupo Prisa y máximo accionista. El acercamiento de cortesía se produce casi tres años después de que el inversor de origen armenio provocase la salida de Javier Monzón de la compañía. Monzón, que entonces ostentaba la presidencia de Prisa, era el hombre fuerte del banco Santander, dueño a su vez de un 4% del capital.

En Ciudad Santander no olvidan esa maniobra y algunos en la casa aún esperan la oportunidad de resarcirse. Sobre todo porque el dueño de El País y Cadena SER paga al año 80 millones en intereses por su deuda: 800 millones al 10%. Una carga insoportable que se come la mejora de los resultados operativos (el ebitda creció más un 170%) y llevó a la sociedad holding a perder 36,7 millones de euros entre enero y septiembre.

El grupo acumula números rojos de unos 500 millones en los últimos cinco años, lo que le condena a seguir vendiendo activos

El grupo acumula números rojos de unos 500 millones en los últimos cinco años, lo que le condena a seguir vendiendo activos o a pedir otra vez dinero a sus accionistas, tras haber realizado ya una ampliación de capital de este año. Lo de menos es que el próximo gran vencimiento no sea hasta 2026, sino que el coste de la deuda es una indigestión inasumible.

La acción de Prisa cerró ayer a 0,29 céntimos de euro, lo que arroja una capitalización bursátil de 295 millones de euros. Algunas fuentes cifran en 500 millones de euros la inversión de Oughourlian en el Grupo Prisa, del que ahora posee un 29,7%. En su máximo histórico bursátil, durante la burbuja de las puntocoms en el año 2000, Prisa llegó a valer 6.400 millones de euros. En diciembre de 2020, poco antes del golpe de mano de Amber Capital en el accionariado, cotizó con un valor bursátil de 750 millones.

La guerra familiar en Vocento

Tampoco andan tranquilas las aguas en Vocento, dueño de ABC y de numerosos periódicos regionales, como El Correo. El grupo ha perdido 15,6 millones de euros hasta septiembre y ayer cerró la semana a 0,62 euros por acción, una capitalización bursátil de 77 millones de euros. A los pocos meses de salir a bolsa, en 2006, llegó a valer 2.000 millones de euros. Mezouna, la sociedad propiedad de la familia Ybarra, es su principal accionista (11,08% del capital) y vive desde hace años una guerra interna entre sus socios.

Esta guerra tuvo precisamente ayer un nuevo capítulo. Los cuatro hijos de Emilio Ybarra y su tío Santiago se vieron las caras en una junta en la que el segundo pidió la disolución de la sociedad, que ha visto evaporarse más de la mitad de su patrimonio en la última década. Ganaron los primeros porque tienen una acción más que decanta la balanza.

Foto: Ignacio Polanco Moreno. (EFE)

Una máquina de hacer pérdidas que ha acabado en una todavía inconclusa batalla en Neguri, no solo por motivos empresariales, sino también personales. Los sobrinos de Santiago Ybarra todavía no han superado que su tío se casara con Mercedes Baptista, una ciudadana venezolana con la que ellos no han hecho buenas migas. La guerra ha llegado a los tribunales, pero también a los templos. En una misa familiar que se celebró el pasado miércoles, el padre Aitor Larramendi pidió para que Santiago volviera al seno familiar.

La incógnita de los Berlusconi

A todo este cóctel falta añadirle una incógnita: la decisión que adopten los hijos de Silvio Berlusconi, fallecido en junio, sobre el futuro de Mediaset; es decir, Telecinco, cuyos ingresos y audiencia no dejan de bajar. Fusionada en una sociedad holding holandesa, MediaForEurope, las diferencias entre los vástagos de las distintas parejas del magnate italiano auguran reparto de activos. Los milaneses ya han hecho público que estarían encantados de hacerse con la SER de Prisa si Oughourlian, que acumula pérdidas superiores a los 350 millones, opta por desprenderse de este activo para reducir la deuda y garantizar la viabilidad del resto de medios del grupo.

Un tablero de ajedrez mediático que los dirigentes de Ferraz y Génova miran con lupa, conscientes de que necesitarán armamento pesado para combatir una legislatura que requiere más que nunca editores amigos.

No hay poder político que se sustente sin un poder mediático, un cañón respaldado a su vez por un poder financiero. Una vez resuelta la batalla por la Moncloa, con Pedro Sánchez como contundente ganador, se avecinan movimientos de calado por controlar los altavoces desde los que influir. Un negocio que, mirando solamente sus números, está dando más penas que alegrías, pero que, incluso así, suele atraer capitales con ambiciones personales.

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