La china Cosco exprime a MSC con el bloqueo del puerto de Valencia y dispara negocio

El gigante chino Cosco está sacando partido a la situación de bloqueo que vive el proyecto de ampliación del puerto de Valencia. Su principal competidor en transporte internacional por vía marítima, la italosuiza Mediterranean Shipping Company (MSC), se ha convertido a la vez en uno de sus principales clientes en la terminal de estiba y desestiba de la que es concesionaria en el enclave valenciano (que tiene ahora tres terminales), según aseveran fuentes portuarias. Cosco Shipping Ports Spain Holding, la sociedad paraguas con la que controlan sus negocios en España, cerró el pasado ejercicio con un volumen de ventas consolidado de 288,8 millones de euros, un 9% más que en el ejercicio anterior. El beneficio neto ha crecido hasta los 24,7 millones, frente a los 18,3 millones del año 2021.

La terminal valenciana representa el 77% de todo el negocio de Cosco en España. Frente al estancamiento del puerto de Bilbao, que también opera, en Valencia registró un aumento de las ventas del 7,9% en un contexto de descenso en el número de contenedores gestionados (3,2 millones en 2022). Las cifras son muy superiores a las de MSC, cuya filial española, con sede en Valencia, cerró el año con algo más de 50 millones de euros de cifra de negocio, muy lejos de los números chinos, incluyendo la parte de servicios de consigna de barcos.

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A MSC se le ha quedado pequeña la terminal propia en Valencia y está derivando sus buques a la que gestiona Cosco, de mayor capacidad. Esto explica en parte el fuerte interés de la naviera de la familia Aponte por consolidar su posición en el enclave portuario, donde tiene como hombre fuerte a Francisco Lorente. Una de las empresas del grupo, Terminal Investment Limited (TIL), fue la única ofertante en el concurso abierto por la Autoridad Portuaria de Valencia para el proyecto de ampliación norte, que prevé duplicar la capacidad de estiba del muelle y consolidarlo como el más grande del Mediterráneo occidental, en competencia con los grandes puertos del norte de Europa como Róterdam o Hamburgo. Las cifras de la inversión alcanzan los 1.500 millones de euros: casi 500 que aporta en obra civil la entidad estatal, y otros 1.000 millones que pone TIL para automatizar y condicionar las zonas de carga.

En previsión de que el proyecto salga adelante y MSC se haga con el control de la nueva megaterminal, Cosco ha movido ya una ficha importante. La francesa CMA-CGM ha entrado en el capital del holding chino en España con la compra del 49% del capital que todavía conservaban JP Morgan y APG. La transacción sitúa a las cuatro primeras navieras globales Maersk (APM), MSC, Cosco y CMA con un pie en la gestión de terminales en Valencia, lo que garantiza, por tanto, el destino como enclave estratégico en las rutas comerciales internacionales.

Los empresarios han elevado la presión sobre el Gobierno para desatascar la ampliación

El proyecto de ampliación está ahora mismo bloqueado en la bandeja de entrada del Consejo de Ministros, que debe autorizar la parte de inversión de la Autoridad Portuaria al tratarse de una licitación pública de más de 12 millones de euros. La resistencia a dar luz verde a la iniciativa de la lideresa de Sumar, la vicepresidenta en funciones Yolanda Díaz, aconsejada por Compromís y Unidas Podemos con argumentos medioambientales, dejó sin completar el trámite administrativo. En paralelo, hay un procedimiento judicial promovido por la plataforma ecologista Comissió Port-Ciutat que derivó en una suspensión cautelar de una resolución del Ministerio de Transición Ecológica (Miteco) que dejaba en manos del propio puerto la decisión de si correspondía o no realizar una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), como reclaman los colectivos contrarios a proyecto.

El Gobierno, a través de la Abogacía del Estado, ha recurrido esa suspensión del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid, que todavía no se ha pronunciado sobre el fondo de la cuestión.

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Esta semana, una información publicada por Voz Pópuli sobre una supuesta presión de ERC y Junts al PSOE pare frenar la ampliación de Valencia en beneficio de los intereses del puerto de Barcelona sirvió de detonante para la salida en tromba de las patronales valencianas en favor de la extensión portuaria. El primero en reaccionar fue el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) y vicepresidente de la CEOE, Salvador Navarro. Después fue secundado por el naviero Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), asociado además con MSC, que tiene el 7% del capital de su compañía de remolcadores. Hay mucho negocio en juego alrededor del proyecto portuario.

El Consell de Carlos Mazón admite que no tiene "constancia" ni "confirmación" de esas posibles presiones, pero se ha subido a las críticas advirtiendo que no aceptará que el puerto sea "moneda de cambio" en un acuerdo de investidura de Sánchez con los independentistas. El PSOE niega que el enclave valenciano esté en el paquete de la negociación. También ERC y Junts sostienen que la infraestructura valenciana no está en el diálogo, según publica La Vanguardia. Con todo, Esquerra Republicana, que sí respalda el plan de expansión del puerto de Barcelona junto a Junts, siempre se ha pronunciado contra la ampliación valenciana alegando razones medioambientales, en línea con la posición que también mantiene Compromís en la Comunidad Valenciana. Otra cosa es que eso termine formando parte de un acuerdo de investidura.