Los fondos nombran a Rafael Villaseca para sustituir a Rubiralta como presidente de Celsa

Deutsche Bank, Attestor y el resto de los fondos que se harán con el 100% del capital de Celsa tras la decisión judicial del pasado lunes ya han decidido quién será el nuevo presidente no ejecutivo del grupo siderúrgico. Se trata de Rafael Villaseca, que fue consejero delegado de Gas Natural Fenosa, ahora Naturgy, hasta 2018, y actualmente consejero de VidaCaixa y de Cementos Molins. Pero, sobre todo, un hombre de consenso con el poder político de Madrid y Barcelona.

Con este nombramiento, los acreedores de Celsa, que ayer martes solicitaron formalmente al Gobierno en funciones permiso para tomar el control de la compañía catalana, ponen de manifiesto su voluntad de mantener la españolidad del grupo industrial, una de las condiciones exigidas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Asimismo, lanzan un guiño a la Generalitat de Cataluña, que hasta la fecha se había opuesto al cambio de control en defensa de la familia Rubiralta, al nombrar a un ejecutivo de gran prestigio en la Ciudad Condal.

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Nacido en Barcelona el 30 de abril de 1951, Villaseca es ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Cataluña y MBA por IESE de la Universidad de Navarra. Un ejecutivo con gran experiencia que estuvo 14 años al frente de Gas Natural Fenosa, cargo que dejó en febrero de 2018 en favor de Francisco Reynés. Además, fue consejero de Enagás y Amper, consejero director general del Grupo Panrico, presidente de Túneles y Accesos de Barcelona, S.A.C. (Tabasa), presidente de Túnel del Cadí, de Gestión de Infraestructuras y del Grupo Inisel (hoy Indra). Pero, sobre todo, ya trabajó para la familia Rubiralta cuando estuvo al frente de Nueva Monaña Quijano, que después fue absorbida por Celsa.

Villaseca sustituirá a Francesc Rubiralta, que hasta la sentencia del Juzgado de lo Mercantil Número dos de Barcelona era el tenedor del 100% de las acciones de Celsa, junto con sus dos hermanas. Si el Gobierno autoriza, mediante la aplicación de la ley antiopas, el cambio de propietario, la familia fundadora se quedará sin nada después de una guerra con los acreedores en las que no fue posible el acuerdo.

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Aunque los fondos llegaron a ofrecer a los Rubiralta quedarse con el 51% del capital y capitalizar parte de la deuda por el 49% restante de las acciones, el hijo del fundador no aceptó nunca que los acreedores, a los que acusó de tener prácticas usureras y de querer dar un pelotazo con su empresa, se hicieran siquiera con un título.

Con la familia ya fuera, los fondos están en negociaciones avanzadas para elegir un nuevo consejero delegado para que se haga con las riendas del grupo con sede en Castellbisbal, así como para la designación de un comité ejecutivo ajeno a la familia. Más allá de la primera línea directiva, los nuevos dueños quieren mantener la confianza en los responsables de áreas operativas de Celsa, así como del resto de la plantilla.

Los representantes de los hedge funds ya han mantenido también reuniones con los sindicatos para tranquilizar a los portavoces de los trabajadores y asegurarles que no tienen previsto llevar a cabo ningún ajuste a corto y medio plazo.