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España es un país bebedor de whisky por muchos gin-tonics que te hayas pedido
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Tiene una cuota de mercado del 24,5%

España es un país bebedor de whisky por muchos gin-tonics que te hayas pedido

La ginebra (19,5%) queda desplazada al tercer escalón del 'ranking' de bebidas espirituosas, pero se encuentra en una posición envidiable si se compara con la que vivía en los años 80

Foto: Un barman eligiendo una botella. (Reuters/Flavio Lo Scalzo)
Un barman eligiendo una botella. (Reuters/Flavio Lo Scalzo)
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El whisky entró en España en los años 50 y tardó muy poco en convertirse en la bebida destilada más consumida en nuestro país. Ha pasado más de medio siglo desde entonces y ni siquiera el boom de la ginebra ha conseguido destronarle. En contra de la creencia popular, los datos demuestran que uno de cada cuatro litros de las bebidas espirituosas que beben los españoles es de whisky. Su cuota de mercado es del 24,5%, frente al 21,6% de los licores o el 19,5% de la ginebra, según el Informe Socioeconómico 2022 presentado esta semana por Espirituosos España en Jabugo (Huelva).

Aunque es cierto que ha perdido algo de fuerza en los últimos años, el whisky se ha mantenido en estos niveles, incluso bastante por encima, desde la última fase de la dictadura. La apertura económica del franquismo permitió la llegada de turistas extranjeros que querían beber lo que tomaban en otros países cuando viajaban. Las bodegas de Jerez fueron las primeras en cubrir esta necesidad, consiguiendo los primeros cupos de importación de este alcohol. Las destilerías nacionales comenzaron también a producirlo en masa, aunque antes hubo que cambiar la legislación, ya que desde la posguerra los cereales solo podían destinarse a la alimentación, sin ser procesados.

Antes del whisky, la bebida espirituosa predilecta en España era el brandy. "No es más que un aguardiente envejecido, pero ha sido siempre santo y seña de nuestro país", explica Bosco Torremocha, el director ejecutivo de Espirituosos España, la patronal del sector. Pero con el paso de los años ha ido perdiendo presencia en las comandas de los camareros, hasta representar solo el 8,7% de la cuota de mercado en 2022.

Donde sí sigue triunfando el brandy es en las exportaciones, con más de 150 millones de euros facturados fuera de nuestras fronteras en 2022. Solo fue superado por los licores (pacharán, licor de hierbas, orujo...), que consiguieron más de 200 millones. Estas cifras se han conseguido en un año récord para el sector, con más de 1.000 millones obtenidos con las ventas en el extranjero, un 24% más que un año antes. Más asombroso es el incremento del 140% en la producción nacional de bebidas espirituosas para comercializarlas en otros países, alcanzando los 131 millones de litros.

Más allá del brandy, en las primeras etapas del franquismo, e incluso antes de la guerra civil, también tenían mucho tirón los licores, asociados a la materia primera de cada territorio. En la zona de Navarra y País Vasco se pedía pacharán, en la de Galicia se prefería el orujo y en la de Andalucía se decantaban por el anís. Y siguen teniendo éxito en la actualidad, aunque sin tanta distinción geográfica. De hecho, los licores (21,6%) fueron la segunda categoría más consumida en 2022, y eso que se contabiliza por separado el anís (5,60%) y el ponche (0,8%), debido a la relevancia de estas dos bebidas.

La ginebra (19,5%) queda desplazada al tercer escalón, pero se encuentra en una posición envidiable si se compara con la que vivía en los años 80, cuando se movía en una cuota de mercado inferior al 10%. "Era una categoría que estaba muy denostada, con una imagen muy castigada y una experiencia de consumo que no se parece en nada al gin-tonic de hoy", remarca Torremocha. Por aquel entonces, lo habitual era mezclar la ginebra con refrescos de cola y beberla en vaso de tubo, un ritual muy alejado de las copas de balón y los cócteles con tónica, limón y cardamomo que triunfan hoy en día.

Tanto ha cambiado la valoración de la ginebra, que es la única que consiguió desbancar al whisky como la bebida espirituosa más vendida, aunque solo fuese por un ejercicio. Lo hizo durante 2020, el año en el que estalló la pandemia del coronavirus. El confinamiento disparó el consumo casero de alcohol y la ginebra alcanzó una cuota de mercado del 24%, frente al 23% de los licores y el 22% del whisky, que registró su menor porcentaje de los últimos años.

El confinamiento también benefició al anís, que está recuperando el volumen de ventas que vivió años atrás. La explicación la da Torremocha y tiene mucho que ver con la afición por los postres que se instauró en muchas de las cocinas españolas: "Los licores han estado toda la vida, pero el anís se está recuperando, porque la gente en casa empezó a utilizarlo más en repostería".

Otro valor al alza es el tequila. Apenas representa el 0,60% del consumo total, pero creció un 30% en el último año. En este incremento tiene mucho que ver Estados Unidos, donde la clásica bebida mexicana se ha instaurado como la segunda referencia por valor de mercado. La previsión que manejan desde Espirituosos España es que siga creciendo, ya que el país norteamericano suele mover las tendencias en Occidente.

Para Torremocha, lo importante no es si se vende más whisky que ginebra. Lo que destaca el empresario, como buen embajador de la patronal del sector, es que "en España se consumen prácticamente todas las categorías". Se niega a aceptar que haya codazos entre los diferentes tipos de bebidas por ver quién lidera el ranking, porque entiende que hay momentos para disfrutar de todas y cada una de ellas. "Lo bueno que tiene es que hay una riqueza que permite que haya muchos jugadores, del ámbito internacional, nacional y regional; lo que también hace que haya una competencia muy sana y tener un sector muy fuerte", señala.

Lo más destacable para el director ejecutivo de Espirituosos España es que durante el año pasado se hayan consumido casi 200 millones de litros bebidas espirituosas, situándose muy cerca de los niveles previos a la pandemia. Aunque, como se ha visto, el consumo de estas bebidas creció en los hogares, el sector tiene una mayor dependencia de la hostelería. El cierre de bares y restaurantes hizo mucho daño a las destilerías y bodegas, pero ya empiezan a ver la luz al final del túnel. En concreto, en 2022 se consumieron 197 millones de litros, un 19,4% más que el año anterior, cuando todavía hubo meses con restricciones en la restauración.

El whisky entró en España en los años 50 y tardó muy poco en convertirse en la bebida destilada más consumida en nuestro país. Ha pasado más de medio siglo desde entonces y ni siquiera el boom de la ginebra ha conseguido destronarle. En contra de la creencia popular, los datos demuestran que uno de cada cuatro litros de las bebidas espirituosas que beben los españoles es de whisky. Su cuota de mercado es del 24,5%, frente al 21,6% de los licores o el 19,5% de la ginebra, según el Informe Socioeconómico 2022 presentado esta semana por Espirituosos España en Jabugo (Huelva).

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