La resistencia asturiana de Unicaja Banco impacienta a los supervisores

El último encuentro del sector financiero supuso un buen foro para juntar a los principales banqueros del país y poner en común la situación de la banca española y retos en el corto plazo. Según lo hablado en dicho evento, organizado por el IESE y EY, las expectativas generales son buenas, si bien, como anticiparon Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, y Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, no se debe ser complaciente con el sector como ocurrió en 2009, máxime con las alertas que llegan desde EEUU.

En los pasillos también se habló de Unicaja Banco, entidad que está en boca de todos, esperando decisiones de gobernanza que no llegan, si bien todos descuentan. Algo que ha empezado a impacientar a los supervisores, que quieren decisiones y soluciones cuanto antes que resuelvan la incertidumbre que hay sobre la sucesión en la entidad malagueña.

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Jorge Zuloaga

Los últimos acontecimientos (junta de accionistas y dimisiones en el consejo) apuntan a una mayoría clara en el accionariado y el consejo de administración a favor de un cambio de consejero delegado, puesto que ocupa actualmente Manuel Menéndez, procedente de Liberbank. En el sector, se especuló incluso con una salida voluntaria del banquero asturiano tras la última junta. Pero, lejos de ello, el bando procedente de Liberbank está defendiendo una ampliación del plazo para reevaluar a Menéndez más allá de finales de julio, con el objetivo de ganar tiempo, según las fuentes consultadas.

Fuentes de primer nivel del supervisor consultadas por este medio prefieren mantenerse al margen sobre lo que debe ocurrir en Unicaja Banco y no interferir en la cotizada, pero piden celeridad para que la disputa en la cúpula no afecte a la entidad: "Que hagan lo que quieran, pero que lo hagan ya". Así, extender la decisión sobre el CEO a, por ejemplo, diciembre supondría prorrogar las diferencias de la cúpula otros cinco meses en un momento de inestabilidad financiera al otro lado del Atlántico.

De hecho, los últimos resultados del banco son los más flojos que ha habido entre los grandes bancos españoles (los 10 supervisados por el BCE), algo que desde el sector creen que se debe, en parte, a la crisis de gobernanza. "Lo normal es que esté calando en la organización", señala un alto directivo de una entidad rival.

El reto para Unicaja Banco en los próximos dos meses es mayúsculo. Debe definir un nuevo esquema organizativo de su cúpula en el que el presidente, Manuel Azuaga, perderá sus funciones ejecutivas, y reevaluar a Menéndez, tal y como se fijó en el pacto de la fusión aprobado por la junta de accionistas en julio de 2021. Deshacer este acuerdo y ampliar el plazo se antoja complicado, ya que implicaría incumplir algo aprobado por los accionistas. Los asturianos defienden hacerlo por el bajo peso de consejeros independientes, derivado de la dimisión de dos de los suyos (María Garaña y Jorge Delclaux) y la negativa de la junta a que se ratificara a dos próximos a Menéndez (Isidoro Unda y Maite Costa).

Las fuentes consultadas ven solo tres posibles explicaciones en este intento de ganar tiempo. La primera, que Menéndez vea margen de convencer al consejo de que es el mejor CEO a futuro. Parece algo a priori complicado, dadas las posiciones actuales y que Menéndez no lograría los dos tercios de votos necesarios, aunque entraran cuatro independientes afines a él. Solo entre la Fundación Unicaja, Azuaga, la familia dueña de Mayoral y una de las independientes suman siete votos de los 15 que tendrá el consejo.

La segunda posible explicación es que los asturianos quieran tener más margen para influir en el nombre del futuro consejero delegado, y la tercera, que se rumorea en el sector, es que el objetivo sea preparar una operación corporativa en los próximos meses.

El BCE tiene en el foco la gobernanza de Unicaja desde hace meses

Al margen de estas interpretaciones, para el BCE es clave que la gobernanza se aclare cuanto antes. El BCE ya puso el foco en los problemas de gobernanza de la entidad hace unos meses y lanzó una inspección específica sobre ello, realizada por un equipo de inspección independiente del habitual. Este tipo de revisiones se inició en 2016 en un programa de supervisión denominado RIGA y que fue definido y liderado por Margarita Delgado para toda la banca europea.

La actual subgobernadora del Banco de España, que opta a suceder al italiano Andrea Enria en la presidencia del supervisor único, fue la responsable de subir el nivel de transparencia e implicación de los órganos de gobierno de las entidades financieras, como una de las principales lecciones aprendidas de la crisis anterior (crisis de gobernanza).

Todavía no se conocen las conclusiones de esta inspección, si bien este medio ya adelantó que advertía de dudas sobre el proceso de nombramiento de independientes, lo que afectó a la ratificación de Unda y Costa, y a la independencia de Delclaux.

La referencia de Indra

A este foco sobre la gobernanza se suma la crisis reciente de Estados Unidos, plasmada en la fuga de depósitos que sufrió el SVB, que hace ser especialmente cuidadosos con aspectos reputacionales. Aun tratándose los españoles de modelos de banca retail muy diferentes a los americanos (Unicaja cuenta con la mejor posición en liquidez), Hernández de Cos anunciaba esta semana proyectos de mejora en la protección de la liquidez de las entidades financieras.

Siendo diferente el caso de Indra al de Unicaja, dado que en el primero las salidas de independientes llegaron sin estar en el orden del día de la junta, el reciente nombramiento del nuevo consejero delegado en la tecnológica se pone como ejemplo en determinados foros. "Los debates estratégicos acaban cuando los accionistas se pronuncian, como no puede ser de otra forma, e Indra es el mejor ejemplo", afirma una fuente cercana al supervisor.

Recientemente, ha sido nombrado el nuevo consejero de Indra, José Vicente de los Mozos, con cierto consenso entre PSOE y PP como exponentes y responsables de la participación pública y consenso con los principales fondos. En todo caso, como no se puede contentar a todos en situaciones complejas de partida, un independiente extranjero votó en contra y dimitió, "lo que no detiene el proceso".