La opacidad de Aena en el fallido contrato de los 'duty free' enciende las dudas del mercado

La noticia cayó este miércoles como un auténtico jarro de agua fría en los despachos del edificio Piovera, sede de Aena: nadie había presentado oferta por las tiendas libres de impuestos de los aeropuertos de Madrid y Barcelona. Todo un revés que pone en evidencia la manera en que se ha dirigido una licitación que la propia empresa definió como "el mayor concurso de tiendas libres de impuestos del mundo, con un volumen de negocio de 18.000 millones de euros".

A las siete de la tarde, Aena envió un escueto comunicado a la CNMV, el supervisor de los mercados, reconociendo que las dos joyas de la corona habían quedado desiertas y que los otros cuatro lotes (Andalucía-Levante, Islas Canarias, Islas Baleares y aeropuertos del norte de España) sí habían tenido concurrencia, pero sin especificar cuánta ni a cuántos lotes.

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Una opacidad que choca frontalmente con la manera de actuar de la empresa en la anterior licitación de estas mismas tiendas, cuando fue comunicando paso a paso cada avance: qué compañías habían pedido participar, cuáles cumplían los requisitos exigidos, quiénes presentaron cada oferta técnica y quién hizo la mejor propuesta económica, Dufry, que en aquella ocasión se hizo con el 100% de las tiendas.

En esta ocasión, en cambio, el grupo presidido por Maurici Lucena ha preferido guardar silencio y no aclarar qué compañías han concurrido a los otros cuatro lotes, lo que ha despertado todo tipo de sospechas en el mercado.

Los analistas de UBS, en un primer análisis que realizaron el mismo miércoles, subrayaron la "negativa evolución del concurso de los duty free" y apuntaban ya, en su apartado de preguntas a los directivos, que "una mayor información por parte de Aena en las próximas semanas podría ayudar a reducir el rango del resultado potencial" que va a tener en los números de Aena este fiasco, y citaba como una de sus principales cuestiones: "Cuántas ofertas ha recibido por los otros cuatro lotes".

A la pregunta de este medio de por qué, en esta ocasión, no han querido aclarar quiénes han concurrido, desde Aena han señalado que "en esta fase no tenemos obligación de publicar nada. En el pliego no tenemos ninguna cláusula que nos obligue a ello. Solo tenemos que publicar el día del acto de la apertura económica, que es público, y ahí sí que se sabe qué empresas se han presentado a cada lote y con qué puntuación técnica, pero esta fase es una vez valoradas técnicamente las otras ofertas". Manera de actuar que difiere por completo de la vista en la anterior licitación de este mismo contrato.

Aena fue ayer el segundo peor valor del Ibex y el sexto de todo el Mercado Continuo, al cerrar con una caída del 3,45% en una sesión en la que triplicó su volumen habitual de negociación. El consenso de analistas valoró negativamente el resultado de concurso y los interrogantes que sigue habiendo respecto al mismo. "Noticia negativa", dijeron los expertos de Banco Sabadell, para quienes, "cualitativamente, supone una decepción que los dos mayores contratos se queden desiertos y que, aunque desconocemos las razones, en la práctica podría conllevar rebajas en ciertas condiciones de los pliegos (límites del negocio, cláusula covid-19, renta mínima garantizada, etc.)".

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"Nos sorprende enormemente que no se haya dicho qué empresas se han presentado", ha señalado Carlos Gallego, director general de Aeocape (Asociación Española de Operadores Comerciales de Aeropuertos, Puertos y Estaciones), que agrupa a comerciantes que se plantaron ante Aena por su reclamo de las rentas en la crisis del covid. En su opinión, esta actitud "es ahondar en el problema. Es lo que llevamos diciendo un año: es un problema de modelo de negocio".

Los comerciantes llevan desde la crisis del covid acusando a la empresa pública de vivir de espaldas a la realidad, un mundo que cambió con la pandemia, pero que sigue mutando con el nuevo escenario de tipos de interés, lo que está llevando a compañías de todo el mundo a rehacer sus números. El primero en levantar la voz de alarma respecto a cómo se estaba diseñando esta licitación fue el grupo alemán Heinemann, que el pasado febrero dijo que no se presentaba porque no salían los números y no estaba dispuesto a saltar sus líneas rojas. Y decir eso, cuando se trata del mayor concurso de tiendas libres de impuestos del mundo, es mucho decir.

Tampoco les han cuadrado los números a los gigantes del mundo de la logística que el año pasado presentaron ofertas para desarrollar los terrenos del aeropuerto de Barajas. Segro, Logicor, P3 y Merlin Properties han ido retirándose de la mesa, lo que se ha traducido en una merma del contrato, que ha pasado de valorarse en 247 millones a casi la mitad, los 130 millones de euros ofertados por Goodman, el último candidato.

En las tiendas libres de impuestos, el desplome ha llegado mucho antes y todavía está por ver quiénes han ofertado, con qué condiciones lo han hecho y si terminarán sellando un acuerdo o se repetirá lo visto en logística. Porque, además, ahora hay dudas sobre cómo podrá dar Aena los próximos pasos.

Tras quedar desiertos Barajas y El Prat, la empresa pública prevé lanzar otra licitación, cuyas condiciones previsiblemente deberán flexibilizarse para que no se repita la historia. "Entendemos que las condiciones tendrán que ser ajustadas para que en una nueva licitación obtengan ofertas por los aspirantes", señalaban ayer los analistas de Renta 4. El problema es que si alguno de los ofertantes que ya han concurrido considera que esas nuevas condiciones son una desventaja para él, podría recurrir y echar más vinagre en la herida.