Alerta en el sector alimentario tras la caída de las ventas por debajo de niveles prepandemia

El sector alimentario está preocupado por las cifras del consumo. Los precios de la cesta de la compra no dejan de subir y los consumidores españoles, aunque cada vez gastan más en el supermercado, han reducido notablemente el número de productos que se llevan a casa, hasta el punto de que las empresas de distribución alertan de una crisis de volumen sin precedentes.

Así lo demuestra el Índice de Comercio Minorista (ICM), que refleja una caída en la venta de productos de gran consumo del 4,5% en enero de 2023, el mayor descenso de la serie histórica que sitúa el dato por debajo de los niveles previos a la pandemia. También lo ponen de manifiesto las cifras de la consultora Nielsen, que advierte de un problema de demanda en los supermercados tras observar una disminución del volumen de ventas del 3,8% en enero. Entre los productos que más recortan su demanda se encuentra el aceite, con una caída del 14,5%; los alimentos infantiles, con un 11,5% menos; y el azúcar, que cede un 8,6%.

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Las compañías alimentarias tienen perfectamente detectado cuál es el principal culpable de esta crisis de demanda: la inflación. El precio de los alimentos se ha encarecido notablemente en el último año y el problema es que seguirá escalando en los próximos meses. De hecho, voces autorizadas del sector aseguran que estos niveles han llegado para quedarse. "Los precios de la alimentación no van a volver hacia atrás", apuntaba el secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Miguel Padilla, durante una jornada en defensa del sistema alimentario español organizada por el PP en el Congreso de los Diputados.

En ese mismo encuentro, que reunió a las principales asociaciones del sector, el presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), Pedro Barato, aseguraba que "la época de tener una alimentación excesivamente barata ya se ha acabado". Apoyaba su teoría en que hay ciertos costes que ya nunca volverán a bajar de precios y apuntaba directamente a la subida del SMI. "No estamos en contra de que un trabajador cobre lo que tenga que cobrar, pero en su nómina hay más de 600 euros en impuestos y eso es lo que hay que bajar", remarcaba.

Para intentar atajar tanto la crisis de precios como de demanda en los supermercados, el Gobierno aprobó a finales del año pasado la rebaja del IVA en algunos productos básicos, pero la medida ha resultado ineficiente por el momento. Recientemente, también ha planteado a las distribuidoras que elaboren una cesta básica con precios topados, una iniciativa que ya se ha acordado en Francia y que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, viene reclamando desde hace tiempo.

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Pero en el sector no quieren ni oír hablar de esta medida, porque aseguran que por cada euro que vende una cadena de supermercado, esta gana un céntimo y medio, según apuntan diversas fuentes. Reconocen que para proteger estos márgenes, que consideran pequeños, están traspasando el aumento de los costes al precio final que paga el cliente. "Es una inflación de costes y no de márgenes empresariales", remarcan.

Quienes más en contra está del tope a los precios son los ganaderos y agricultores, el primer eslabón de la cadena de valor. "Si se topan los precios, repercutiría en nosotros, en el productor", señalaba el secretario general de COAG. Aunque si se toma como ejemplo Francia, la medida sería de carácter voluntario y las distribuidoras serían quienes sacrificarían sus márgenes. Algunos miembros del Gobierno, como la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, o el ministro de Agricultura, Luis Planas, ya han pedido públicamente a los supermercados que actúen motu proprio en este sentido, aunque no se ha iniciado ninguna negociación formal.

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Mientras tanto, las empresas que conforman toda la cadena de valor (productores, transportistas y distribuidores) piden acelerar el Perte alimentario para poder reducir costes y ofrecer un precio final más atractivo. Planas ya ha hablado en varias ocasiones de estas ayudas provenientes de los fondos europeos y ha mantenido que se podrán llevar a cabo actuaciones de apoyo tanto al sector agroalimentario como a la distribución.

En el ámbito político, el Partido Popular ha llevado al Congreso una proposición de ley para reducir el precio de los alimentos, que incluye extender la rebaja del IVA a la carne, el pescado o las conservas; además de ayudas al sector, modificar la ley de residuos o reforzar la posición negociadora de los productores agrarios.